

El Jefe del despacho de la presidencia de Colombia , Alfredo Saade, en dialogo permanente con el presidente Gustavo Petro
En medio de la incertidumbre que rodea la expedición de pasaportes en Colombia y los rumores sobre la supuesta intención del presidente Gustavo Petro de perpetuarse en el poder, Alfredo Saade, jefe de despacho de la Presidencia y pastor evangélico, dio un paso al frente para despejar dudas, admitir desafíos y defender, con la Biblia en una mano y la Constitución en la otra, la hoja de ruta de un gobierno que asegura no le teme a la transformación.
En conversación con Prensa Mercosur, Saade ofreció detalles inéditos sobre el acuerdo internacional que busca devolverle la tranquilidad a millones de colombianos dentro y fuera del país, quienes durante meses han vivido con la zozobra de no poder acceder a su documento de viaje. “Documentos de Viaje 2025 es el contratista. No hay que hablar más de Thomas Greg & Sons. Nos sentamos con Portugal, llegamos a un acuerdo total para firmar y ya la delegación portuguesa viajó. Este martes 15 firmamos y empieza la transición. Habrá empalme, cada empleado que se va debe entregar, y así recuperamos el control que se perdió hace años”, aseguró.
Saade no titubea al hablar de soberanía: “La Imprenta Nacional, cuando termine este convenio, se quedará con la maquinaria. Colombia recuperará el dominio sobre su propia documentación. Eso es soberanía, eso es dignidad nacional. Emitir nuestros pasaportes no puede depender de un privado extranjero”.
En ese punto, fue categórico en desmentir la versión que sugiere que la Imprenta Nacional no tiene capacidad para asumir la tarea: “Es una caricatura que algunos medios alimentan para desinformar. La prensa, sabiendo la lógica, miente. El país debe saber que la impresión la hará Portugal, no la Imprenta, pero la infraestructura y la tecnología quedarán para Colombia. Eso no lo cuentan porque no vende”.
Articulador, no usurpador
Criticado por sectores que lo acusan de invadir funciones de la Cancillería o de la Imprenta Nacional, Saade responde con serenidad: “No usurpo funciones de nadie. Ni Cancillería, ni Imprenta, ni ningún ministerio. Soy el facilitador, el articulador, siguiendo órdenes claras del presidente Petro. Nada más. Trabajo día y noche para que este proceso fluya y se garantice una transición responsable”.
El funcionario enfatiza que detrás de cada decisión hubo rigor técnico: “Tuvimos mas de diez mesas técnicas para entender qué debía pasar. Nada es improvisado. Este martes, cuando firme, mostraré el convenio a los periodistas, completo, con Portugal y la parte del gobierno francés involucrada. Todo a la vista del país”.
Desmontando fantasmas
Uno de los fantasmas que más alimentan la polarización política en Colombia es la idea de que Gustavo Petro quiere quedarse en la Casa de Nariño más allá de lo permitido. Saade lo rebate de frente: “¿Cómo va a quedarse si la Constitución no se lo permite? El presidente es profundamente democrático. Lo que pasa es que los procesos de transformación política no se hacen en cuatro años, y eso incomoda. En la plaza pública el pueblo grita reelección, pero la ley es clara: no se puede. Punto”.
Sobre la idea de una constituyente, tan mencionada en discursos recientes, matiza: “No es que el presidente se baje o se suba de un bus. La constituyente es un anhelo del pueblo que debe decidir si se hace o no. Es el pueblo el que evalúa el efecto jurídico, no un capricho presidencial”.
Fe y familia, baluarte en la tormenta
Saade se muestra inquebrantable cuando habla de su fe. Recuerda que viene de una familia de ocho hermanos, con raíces campesinas y valores sembrados por una madre resiliente y un padre pensionado. Sus propios hijos y nietos son parte de su motivación: “Mi hijo me dio un nieto que vive en Argentina, mi hija tuvo que salir del país porque la amenazaron con matarla y violarla delante de mí. Aun así, aquí estoy. Amenazado, pero firme. Mi encuentro con Dios es diario, no un disfraz. Cuando el presidente me firmó y me señaló como pastor, lo hizo con respeto”.
En Barranquilla fundó la iglesia Levántate y participó en mesas técnicas del Ministerio del Interior en asuntos religiosos. Hoy, desde el Palacio, no pretende fundar ninguna iglesia: “Aquí hay un capellán. Algún día voy a orar allá por Colombia. Vine a servir, no a evangelizar”.
El fuego cruzado con la prensa
Uno de los momentos más tensos de la entrevista fue cuando defendió su estilo, a veces incómodo para los medios. Algunas veces le preguntaron si un pastor debería mostrarse agresivo. Respondió con una imagen bíblica: “¿Saben cómo entró Jesucristo al templo? Lo encontró lleno de mercaderes y entró con carácter. Hoy pasa lo mismo en Colombia: hay mucho mercader disfrazados de periodistas. Cada noticia distorsionada hiere la moral de una nación. La prensa debe autorregularse. Las redes, mal usadas, son una puerta al infierno”.
También recordó la controversia cuando fue acusado de comparar a Petro con Jesucristo: “Jamás lo comparé. Hay un Dios tripartito. Si alguien tergiversó eso, es blasfemia”. Y remata con una reflexión que, según él, resume el origen de la crisis de la comunicación: “Nuestro problema es que escuchamos y leemos para responder, no para entender. Si escucháramos para entender, otra sería la historia de este país”.
Nuevos canales, nuevas batallas
Saade confirmó que se trabaja en una red social propia del presidente Petro para sortear la desinformación y la censura: “En eso estamos. Hoy un dominio cuesta lo mismo que el de Trump: un dólar. Lo caro no es el dominio, es el sistema de gestión y comunicación directa. Muy pronto lo mostraremos. Si la desinformación sigue, el pueblo debe tener un canal limpio”.
Sobre si Petro planea cerrar su cuenta en X (antes Twitter), replicó: “Si se cierran puertas, se abren otras. La información debe llegar directa. La prensa filtra, tergiversa. Nosotros hablamos con el pueblo sin intermediarios”.
Sin miedo a la soledad política
En cuanto a la relación con el Congreso, fue duro: “Cuando los congresistas elegidos por el pueblo le dan la espalda a ese mismo pueblo, ¿qué queda? Las iniciativas del Gobierno buscan dignidad. Si el Congreso bloquea, el pueblo debe pronunciarse. El presidente es justo y democrático. Antes este país era de los hijos de los hijos. Hoy se rompió ese linaje de privilegios”.
De su papel como jefe de despacho, insistió: “No pido renuncias, no soy jefe de ministros. Mi tarea es relacionarme, articular, visitar oficinas, escuchar. Dentro de poco le presentaré un informe al presidente sobre todo lo que estamos moviendo. Es trabajo, no protagonismo”.
En su vida privada, Alfredo Saade insiste en que no tiene doble discurso: “Soy pastor de calle. Así como fue Jesucristo, así soy yo. Mi fe me sostiene. La política sin Dios es arrogancia. Aquí seguimos, con templanza y carácter, mientras algunos apuestan a la confusión”.
Este martes, Colombia sobra la materialización de las palabras del pastor Saade . Si el nuevo contrato de pasaportes se firma y se destraba uno de los puntos más sensibles para millones de familias que necesitan viajar y trabajar . Saade confía en que el país entenderá que, más allá de rumores, la fe -según él- también puede ser una forma de gobernar.
