

En un mundo globalizado donde los discursos sobre el campo suelen quedarse en meras declaraciones políticas, dos figuras emergen como símbolos de una lucha que trasciende palabras: Celestino Escandón Betancourt y Alberto Octavio Rivera Morales. Estos líderes técnicos, con décadas de experiencia y un compromiso inquebrantable con la tierra, han sido designados por la Asociación del Centenario Generales Emiliano y Eufemio Zapata Salazar A.C. para encabezar proyectos que redefinirán el destino del agro en México y más allá.
Este nombramiento no es casualidad ni responde a una coyuntura pasajera. Es el resultado de una visión estratégica que reconoce la necesidad de revolucionarios técnicos capaces de devolver al campo su soberanía, dignidad y libertad. En un continente donde la tierra ha sido históricamente explotada y despojada, la transformación ya no llegará a caballo, sino con conocimiento, ciencia y estrategia.
Celestino Escandón no solo dirige proyectos; reinventa paradigmas. Con más de 40 años de experiencia en la industria azucarera, ha transformado ingenios en trincheras de autonomía energética y económica. Su enfoque no se limita a la producción de azúcar; apuesta por biorefinerías, mecanización de cosechas, cogeneración con bagazo y diversificación de cadenas de valor que devuelven al campo lo que es suyo.
Como Director de Proyectos de la Industria Azucarera en México, Brasil y Estados Unidos, Escandón representa un puente entre tres naciones que enfrentan el mismo dilema: cómo recuperar la soberanía agroindustrial sin caer en el colonialismo disfrazado de inversión extranjera. Su labor no solo refuerza la economía rural, sino que también posiciona al agro como un actor clave en la transición hacia energías limpias y modelos sostenibles.
Por su parte, Alberto Rivera Morales lleva la medicina veterinaria más allá del ámbito técnico, convirtiéndola en una bandera de dignidad campesina. Con una trayectoria que incluye roles destacados en SENASICA, PRONABIVE y la Comisión Binacional México–Estados Unidos para enfermedades animales, Rivera se ha consolidado como uno de los principales guardianes del sistema zoosanitario nacional.
Hoy, desde su nuevo rol como Director de Proyectos en Medicina Veterinaria y Zootecnia, Rivera impulsa una agenda centrada en la soberanía sanitaria comunitaria. Su enfoque incluye salud animal, bioseguridad productiva y el rescate del conocimiento rural. Su medicina no es neutral; es profundamente política y humana, diseñada para fortalecer al productor y proteger la economía rural.
En línea con esta visión transformadora, la Asociación del Centenario Generales Emiliano y Eufemio Zapata Salazar A.C., bajo el liderazgo de Tiburcio Zapata Fierros, ha presentado una propuesta estratégica para enfrentar la emergencia del gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax). Este parásito, cuya erradicación fue un logro histórico en 1991, ha reaparecido, poniendo en riesgo la salud animal y la estabilidad económica de miles de productores.
La solución propuesta por Zapata Fierros incluye la incorporación de Kuxtal-Oxi®, un biocida formulado con ácido hipocloroso (HOCl), reconocido por su eficacia, seguridad y respeto al medio ambiente. Este producto ofrece beneficios clave como desinfección efectiva de heridas infestadas, prevención de infecciones bacterianas secundarias y aceleración del proceso de cicatrización sin dañar tejidos vivos.
Además, su implementación contempla una estrategia integral basada en capacitación técnica en comunidades ganaderas, distribución directa con respaldo veterinario y manuales prácticos para su aplicación en partos, castraciones y curaciones de heridas. Esta propuesta no solo busca combatir el problema inmediato, sino fortalecer la resiliencia sanitaria del campo a largo plazo.
La legitimidad de esta iniciativa radica tanto en su sustento técnico como en su origen moral. Tiburcio Zapata Fierros, presidente de la Asociación del Centenario y único nieto varón vivo del General Emiliano Zapata Salazar, encarna la continuidad de un legado histórico que defiende tierra, producción y dignidad campesina.
Su discurso no apela a nostalgias; es una llamada a la acción: “Proteger al ganado es proteger a la familia. Sanar una herida es defender la economía de un pueblo. Nuestra causa es justicia para quien trabaja la tierra, respeto para quien la defiende y acción para quien la necesita.”
La revolución agraria no ha terminado; simplemente ha cambiado de forma. Hoy se presenta con ciencia aplicada, organización estratégica y liderazgo auténtico. Celestino Escandón Betancourt y Alberto Rivera Morales son ejemplos vivos de cómo el conocimiento técnico puede convertirse en una herramienta insurgente para transformar el campo desde sus raíces.
Desde Enlace Hispanoamericano, reconocemos el valor simbólico y práctico de estas iniciativas. Combinan innovación científica con compromiso social, aplicabilidad inmediata con visión a largo plazo, y voluntad rural con liderazgo histórico. En un momento crítico para el agro mexicano y continental, estos esfuerzos demuestran que el campo no suplica; se levanta con conocimiento profundo y voluntad inquebrantable.
La tierra sigue siendo de quien la trabaja. Y hoy también pertenece a quienes la defienden con ciencia, estrategia y coraje. La revolución continúa, ahora armada con los instrumentos del siglo XXI.
