

A las 7 comenzaron a caer algunos copos en distintos partidos de la provincia de Buenos Aires. Persiste la posibilidad de que se repita el fenómeno en la Ciudad de Buenos Aires
Vecinos de Pilar y de José C. Paz reportaron esta mañana, a partir de las 7, la caída de nieve, un fenómeno inusual para el centro del país.
Desde sus redes sociales, compartieron fotos de las leves nevadas que los sorprendieron apenas salieron a la calle; algunos para trabajar y otros para llevar a los chicos al colegio.
“Buen día, desde la ciudad de Morón”, escribió la usuaria @ItsGiselle en su cuenta de X. Al igual que ella, @ifCyberPolo compartió una postal similar, pero en San Miguel: “Atención. confirmo nieve en San Miguel, Buenos Aires”.
“Como que cayó nieve literal yo pensé que era todo una joda”, tuiteó @maxiigrosso_ mientras mostraba a los pasajeros súper abrigados y encapuchados sobre el andén.
La posibilidad de la caída de nieve había sido anticipada por el Servicio Meteorológico debido al frente frío que comenzó el domingo y se mantuvo en las primeras horas desde lunes.
Ayer, en localidades más alejadas del AMBA, como Sierra de la Ventana o Puán las calles se habían teñido de blanco producto de las intensas tormentas que se dieron durante la mañana del domingo.
El pronóstico de lluvia persiste para toda la jornada de este lunes en estas áreas, alcanzando mayor intensidad por la tarde.
La última vez que había nevado en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) fue el 9 de julio de 2007. Era el Día de la Independencia, y la ciudad se preparaba para sus habituales celebraciones. Sin embargo, ese inesperado evento meteorológico transformó la jornada en un recuerdo imborrable.
Al mediodía, el aire frío había descendido sobre la ciudad con una intensidad inusitada. Los primeros copos de nieve comenzaron a caer, tímidos al principio, pero con una constancia que no dejó lugar a dudas. La nieve cubrió las calles, las plazas, los techos de los edificios.
Durante más de diez horas, el manto blanco se extendió sobre la urbe, creando un espectáculo tan bello como inesperado.
En aquella oportunidad, la temperatura bajó rápidamente, rondando los 0°C, permitiendo que los copos se acumularan sin derretirse. En cada rincón de la ciudad, la gente salió a las calles, se maravilló, jugó y documentó el fenómeno con sus cámaras.
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