

Imagen Prensa FFIE
En un país donde las brechas sociales siguen marcando la geografía nacional, una noticia devuelve la esperanza a miles de familias campesinas, indígenas y afrodescendientes: más de 4.000 estudiantes de zonas rurales hoy asisten a clases en espacios escolares seguros, renovados y humanizados, gracias a la entrega de 36 sedes educativas liderada por el Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa (FFIE), en alianza con el Ministerio de Educación Nacional.
Desde mayo hasta la fecha, las nuevas infraestructuras se han puesto en funcionamiento en comunidades rurales de 13 departamentos: Antioquia, Atlántico, Boyacá, Caquetá, Casanare, Cundinamarca, Cauca, Chocó, Huila, Nariño, Santander, Tolima y Vichada. Las intervenciones, que forman parte de los programas Mejoramiento Rural, Fondo Paz, Comedores Escolares y Residencias Estudiantiles, no son solo inversiones en ladrillo: son decisiones políticas que apuntan a cerrar las heridas históricas del abandono educativo en los territorios más apartados del país.
Las sedes intervenidas ahora cuentan con aulas dignas, cocinas equipadas, comedores funcionales, redes eléctricas seguras, techos termoacústicos, bibliotecas, laboratorios y baños adaptados para personas con movilidad reducida. En muchos casos, las mejoras incluyen también espacios recreativos, dormitorios escolares, rampas de acceso y zonas verdes: condiciones fundamentales para que la experiencia escolar sea integral, humana y segura.
En Antioquia, municipios como Heliconia, Giraldo, Necoclí y San Luis recibieron mejoras sustanciales que abarcan desde laboratorios hasta fachadas, con una de las intervenciones más amplias en la sede rural Santa Rosa de Lima, con más de 1.370 metros cuadrados intervenidos. En Cundinamarca, comunidades rurales de Vianí, Fosca y Tabio ahora cuentan con aulas renovadas, comedores amplios y espacios de juego seguros, impactando directamente a más de 400 estudiantes.
Boyacá, por su parte, se convirtió en un modelo de renovación sostenible con la sustitución de antiguas cubiertas de asbesto por tejas termoacústicas UPVC en municipios como Paipa, Caldas y Saboya. En Santander, zonas montañosas como Charalá y Valle de San José vieron la llegada de comedores escolares funcionales, pisos antideslizantes y una nueva red eléctrica, mejorando la seguridad y el bienestar de los niños.
En el sur del país, Huila destaca con la transformación integral de la sede El Progreso de la I.E. La Gaitana, en Timaná, donde se adecuaron aulas, baños, biblioteca, y zonas de uso múltiple. En Nariño, a través del programa Fondo Paz, las sedes rurales de Ipiales y Barbacoas fueron adaptadas a las condiciones climáticas del Pacífico, utilizando materiales de alta resistencia y beneficiando a estudiantes de comunidades vulnerables.

Escuelas totalmente renovadas y nuevas
La transformación también tocó el corazón de comunidades étnicas. En Chocó, la comunidad Emberá del municipio de Acandí recibió una nueva sede con enfoque diferencial, construida con materiales propios para zonas húmedas, lo que garantiza su durabilidad y pertinencia cultural. En Vichada, en pleno territorio de frontera, dos sedes educativas en Puerto Carreño (La Conquista y Antonia Santos) fueron completamente renovadas, mejorando los espacios de más de 300 estudiantes en la región.
En la costa Caribe, municipios del Atlántico como Repelón, Luruaco y Piojó celebraron la entrega de cocinas, comedores y aulas remodeladas que hoy benefician a más de 700 niños. Y en el centro del país, Tolima entregó sedes en Cajamarca y Casabianca con mejoras estructurales en más de 450 metros cuadrados.
Todas estas intervenciones han tenido como denominador común la dignificación de la escuela rural. Entre las principales obras ejecutadas se incluyen:
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Cambio total de cubiertas de asbesto por tejas termoacústicas UPVC
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Renovación completa de redes eléctricas con luminarias LED
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Construcción e instalación de baterías sanitarias modernas
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Aulas, bibliotecas, laboratorios y comedores con ventilación e iluminación adecuadas
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Accesibilidad universal mediante rampas, andenes y baños adaptados
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Obras complementarias en entornos escolares: zonas verdes, juegos, cerramientos, tanques y redes hidráulicas
Todo este esfuerzo institucional forma parte del cumplimiento de los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo, que se ha propuesto como prioridad garantizar condiciones dignas de enseñanza y permanencia escolar en las zonas rurales, históricamente excluidas de las grandes inversiones públicas.

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El Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa (FFIE), como brazo técnico del Ministerio de Educación, ha asumido este reto con compromiso territorial, enfoque diferencial y planeación estratégica. Sus equipos han recorrido trochas, selvas, sabanas y cordilleras para asegurar que las obras no sean un privilegio urbano, sino un derecho garantizado para todos los estudiantes, vivan donde vivan.
En tiempos donde la confianza en las instituciones públicas se encuentra en disputa, esta serie de entregas es una prueba tangible de que es posible transformar realidades con transparencia, eficiencia y visión de país. La educación rural colombiana, por décadas relegada a aulas improvisadas, hoy comienza a escribir un nuevo capítulo. Y lo hace, ladrillo a ladrillo, con la esperanza de que ningún niño o niña vuelva a aprender en condiciones indignas. Porque donde hay una escuela renovada, florece la dignidad. Y donde florece la dignidad, comienza la paz.
