

El líder colombiano, Carlos Caicedo marchando en Barranquilla
Colombia vivió este 11 de junio una de las movilizaciones más significativas de los últimos tiempos. Miles de ciudadanos, en decenas de ciudades, salieron a las calles para expresar con firmeza su respaldo al proceso de transformación social que lidera el Gobierno del presidente Gustavo Petro. No se trató de una simple protesta, sino de una jornada de afirmación democrática, de defensa de un proyecto de país más justo, más igualitario, más humano. Fue la ciudadanía hablando directamente, sin intermediarios, en defensa de las reformas que buscan corregir décadas de exclusión, pobreza y privilegios concentrados.
Entre las voces que han tomado fuerza en esta coyuntura, resalta con claridad la del exgobernador del Magdalena y líder del movimiento Fuerza Ciudadana, Carlos Caicedo. Con un tono firme, cargado de convicción, Caicedo sintetizó el espíritu de la jornada con una frase que ya resuena como consigna nacional: “O avanza el cambio, o regresan los mismos de siempre”. Su liderazgo, forjado en luchas sociales desde la academia y la administración pública, se ha convertido en un referente para quienes creen que otra Colombia es posible y que el poder debe estar al servicio del pueblo.
La movilización de este martes no solo dejó imágenes impactantes de plazas llenas, pancartas vibrantes y cantos de esperanza; también generó consecuencias políticas de enorme calado. Horas después de finalizadas las concentraciones, el presidente Petro anunció oficialmente la convocatoria a una consulta popular mediante decreto, colocando en manos del constituyente primario -la ciudadanía- la decisión sobre el futuro de las reformas estructurales que hoy enfrentan resistencia en los sectores más conservadores del Congreso.
“Esta no es una lucha menor. Es la lucha por el alma de Colombia”, advirtió Caicedo durante su intervención en Santa Marta, donde miles de personas se congregaron frente al mar Caribe, con el sol cayendo sobre las banderas al viento, como un símbolo del país que quiere renacer. “La justicia social no se mendiga. Se conquista luchando. Y eso es lo que ha demostrado hoy el pueblo colombiano: que está dispuesto a luchar por su dignidad”, agregó.

Imagen Carlos Caicedo
El respaldo popular a las reformas -en salud, trabajo, pensiones, educación y territorio- se presenta como un contrapeso legítimo frente a los intereses de quienes, desde el privilegio, buscan conservar un modelo que ha marginado históricamente a las mayorías. En esa encrucijada, la movilización se transforma en una herramienta de soberanía democrática, y figuras como Caicedo emergen como puentes entre las calles y las instituciones.
Desde Bogotá hasta Barranquilla, desde Medellín hasta Pasto, las concentraciones de este 11 de junio fueron espontáneas, multicolores, lideradas por jóvenes, mujeres, campesinos, sindicalistas, indígenas, profesores, líderes comunitarios. No hubo un solo protagonista: hubo un país que, cansado de esperar, decidió dar un paso al frente.
Para Fuerza Ciudadana, el movimiento fundado por Caicedo, la convocatoria no fue un hecho aislado sino parte de un camino largo que se ha venido construyendo desde las regiones. “Llevamos años diciendo que Colombia necesita cambios estructurales. Lo que hoy vimos en las calles es el resultado de una conciencia que ha madurado. El pueblo sabe que el cambio no se delega: se construye desde abajo y con las manos propias”, dijo el líder costeño.
La consulta convocada por el presidente será, probablemente, uno de los momentos más definitorios de esta etapa del país. Más allá del resultado, la movilización del 11 de junio ha dejado una certeza política: en Colombia ha despertado un nuevo sujeto colectivo, consciente de su poder, dispuesto a defender en las urnas y en las plazas el proyecto de nación que sueña. Y en esa lucha, como lo ha hecho antes, Carlos Caicedo vuelve a estar al frente.
Porque cuando los pueblos deciden no retroceder, ni el miedo ni los poderosos bastan para frenar el curso de la historia.
carloscastaneda@prensamercosur.org
