
En un día histórico para la institucionalidad de la Argentina, la Justicia confirmó la condena a Cristina Fernández de Kirchner por corrupción en la causa conocida como “Vialidad”. Se trata de un paso fundamental hacia la rendición de cuentas y el fin de la impunidad de quienes se enriquecieron a costa del pueblo argentino.

La ex presidente, Cristina Fernández de Kirchner fue hallada culpable de haber dirigido una asociación ilícita que desvió fondos públicos millonarios hacia el empresario Lázaro Báez, figura central del entramado de negocios espurios montado durante su gestión. Esta decisión ratifica lo que millones de argentinos han sabido durante años: que el poder político no puede estar por encima de la ley.
La condena, originalmente dictada en diciembre de 2022, implica seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Hoy, tras el análisis de los jueces de la Corte Suprema de Justicia, se confirmó esa sentencia, marcando un precedente clave en la lucha contra la corrupción estructural que tanto daño ha hecho al país.
Esta confirmación no solo representa una victoria jurídica, sino también un acto de reparación simbólica. Es un mensaje contundente: la Justicia puede llegar, incluso cuando se trata de las máximas esferas del poder. Ya no se trata de una denuncia mediática o de un señalamiento político. Es una verdad judicial firme.
La causa Vialidad fue investigada, juzgada y defendida con el debido proceso. No hubo persecuciones, sino pruebas. No hubo manipulación, sino hechos. Más de 100 licitaciones direccionadas, sobreprecios, empresas sin capacidad técnica que ganaban obras por ser “del entorno” presidencial: el sistema de corrupción quedó claramente expuesto.
En un país donde tantas veces la impunidad se impuso sobre la ley, esta confirmación es un hito. Refuerza la esperanza en una democracia republicana donde nadie está por encima de la Constitución, donde el mandato popular no habilita el saqueo ni la apropiación del Estado como botín.
Cristina Fernández de Kirchner, como cualquier ciudadano, debe asumir las consecuencias de sus actos. Es hora de que los argentinos miremos hacia adelante sabiendo que la justicia, aunque demore, llega. Que la república tiene herramientas para defenderse y que el futuro no puede construirse sobre cimientos de corrupción.
Hoy se hizo justicia. Y eso, en la Argentina de los últimos tiempos, no es poco.
Por Hernán Diego Sabater
Director de Prensa Mercosur en Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
