

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sostuvo este domingo, 8 de junio, un almuerzo de trabajo en Mónaco con el presidente del Consejo Europeo, António Costa. Durante el encuentro, Lula destacó su convicción de que el acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea puede ser firmado antes de fin de año, coincidiendo con la presidencia brasileña del Mercosur, que comenzará en julio.
En sus declaraciones, Lula subrayó la importancia de demostrar la compatibilidad del acuerdo con los intereses ambientales, comerciales y estratégicos de ambas partes. «Como enfaticé en mi reciente visita de Estado a Francia, es esencial realizar un esfuerzo para aclarar la total compatibilidad de este acuerdo con los intereses de ambas partes desde el punto de vista ambiental, comercial y estratégico. En un contexto de resurgimiento del proteccionismo, coincidimos en el papel fundamental de este acuerdo para el multilateralismo», expresó el mandatario brasileño en sus redes sociales.
El presidente también señaló que Brasil trabajará en las próximas semanas para evidenciar las convergencias y complementariedades entre la agricultura brasileña y europea, uno de los puntos que ha generado divergencias, especialmente por parte de Francia. Asimismo, Lula destacó la alineación del acuerdo con los compromisos asumidos en el Acuerdo de París.
El acuerdo Mercosur-Unión Europea, concluido el 6 de diciembre durante la Cumbre del Mercosur en Montevideo, representa el mayor tratado comercial firmado por el bloque sudamericano. Consta de 20 capítulos, además de anexos y documentos adicionales. Su entrada en vigor requiere un proceso de revisión legal, traducción, firma y ratificación final por las instancias competentes de ambos bloques.
La Unión Europea es el segundo socio comercial más importante para Brasil, con un intercambio comercial que alcanzó los 92 mil millones de dólares en 2023. Este acuerdo no solo diversificará las asociaciones comerciales del país sudamericano, sino que también fomentará la modernización de su parque industrial mediante su integración a las cadenas productivas europeas. Además, se espera que dinamice los flujos de inversión extranjera directa, consolidando a la Unión Europea como el principal inversor extranjero en Brasil.
Otro tema central abordado durante la reunión con António Costa fue la colaboración entre Brasil y la Unión Europea en la lucha contra el cambio climático. En noviembre, Brasil será anfitrión de la COP30 en Belém (Pará), un evento clave para avanzar en los compromisos financieros prometidos por los países desarrollados para limitar el calentamiento global a 1.5 grados Celsius.
«La Unión Europea es un socio imprescindible para el éxito de la COP30 en Belém. Compartimos la certeza de que una transición energética justa representa una oportunidad para construir una nueva agenda de desarrollo económico inclusivo que preserve la salud del planeta», afirmó Lula. En el almuerzo participaron también los ministros brasileños Marina Silva (Medio Ambiente y Cambio Climático), Alexandre Silveira (Minas y Energía), Luciana Santos (Ciencia y Tecnología) y Mauro Vieira (Relaciones Exteriores), así como el presidente designado para la COP30, el embajador André Corrêa do Lago.
Antes del encuentro con António Costa, Lula participó en el cierre del Foro de Economía y Finanzas Azules en Mónaco, una actividad vinculada a la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos que se celebrará en Niza, Francia, del 9 al 13 de junio. En su intervención, en el marco del Día Mundial de los Océanos, Lula reiteró la necesidad urgente de que la comunidad internacional priorice la conservación y el uso sostenible de los recursos marinos, como lo establece el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 de la Agenda 2030. «O actuamos ahora o el planeta estará en riesgo», advirtió.
La visita oficial de Lula a Europa incluyó una reunión con el Príncipe Alberto II de Mónaco y una visita de Estado a Francia. Durante su estancia en territorio francés, se firmaron 20 acuerdos bilaterales y empresarios franceses anunciaron planes para invertir 100 mil millones de reales en Brasil hasta 2030.
Con este viaje, Lula refuerza su estrategia diplomática para posicionar a Brasil como un líder clave en temas globales como el comercio internacional, la sostenibilidad ambiental y la transición energética.
