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Una nueva variante de Covid-19, altamente contagiosa y con un impacto ya visible en Asia, ha encendido las alarmas en Estados Unidos, donde las autoridades sanitarias confirmaron la presencia de casos, incluidos contagios en la ciudad de Nueva York. Identificada como NB.1.81, esta cepa ha generado un aumento significativo de hospitalizaciones en China, donde se ha convertido en la dominante, y ahora comienza a extenderse silenciosamente en múltiples estados estadounidenses.
Detectada por primera vez en territorio estadounidense entre finales de marzo y principios de abril, la variante fue inicialmente localizada en viajeros internacionales que ingresaron por aeropuertos en California, Washington, Virginia y Nueva York. Más recientemente, casos adicionales han surgido en Ohio, Rhode Island y Hawái. Aunque aún representan una proporción pequeña dentro del total de contagios, la creciente difusión y el comportamiento observado en Asia han puesto en alerta a los expertos, que advierten sobre su capacidad de propagación superior a las variantes respiratorias previamente dominantes.
En China, la NB.1.81 ha marcado un preocupante repunte en las infecciones, con Hong Kong reportando el peor brote en al menos un año. En el último mes, el aumento en las visitas a urgencias y hospitalizaciones ha sido notable, con 81 casos graves y 30 fallecimientos, principalmente entre adultos mayores. En la China continental, la presión sobre los sistemas hospitalarios también se intensifica: las admisiones en salas de emergencia se han más que duplicado, mientras que las hospitalizaciones superan el 6%, según cifras oficiales divulgadas por China Daily.
Pese a este escenario alarmante, las autoridades sanitarias en Hong Kong, bajo la influencia directa de Pekín, han minimizado la amenaza, asegurando que la variante no presenta mayor letalidad que sus predecesoras. Sin embargo, especialistas internacionales mantienen una postura prudente. La doctora Amy Edwards, pediatra de la Universidad Case Western Reserve, destacó que “la tendencia observada en China y regiones cercanas indica un claro aumento en hospitalizaciones”. Por su parte, el profesor Subhash Verma, experto en microbiología e inmunología en la Universidad de Nevada, señaló que la variante posee una ventaja biológica en su capacidad de replicarse, lo que le otorga una transmisibilidad superior. “Se propaga más fácilmente que otras versiones anteriores,” señaló Verma, subrayando que, hasta ahora, no se ha detectado una mayor gravedad en los casos.
La detección de NB.1.81 en aeropuertos estadounidenses, gracias a las pruebas sistemáticas de los CDC, ha evidenciado su paso por diversos países, incluyendo Japón, Corea del Sur, Francia, Tailandia, Países Bajos, España, Vietnam y Taiwán. Los síntomas reportados son similares a los de otras variantes: fiebre, fatiga, tos y dolor de garganta.
Esta nueva amenaza llega en un momento de cambios en la política sanitaria estadounidense. La administración ha anunciado un ajuste en sus recomendaciones, limitando las vacunas de refuerzo anuales a personas mayores y grupos de alto riesgo, mientras que los CDC han dejado de recomendar la vacunación para niños sanos y mujeres embarazadas, lo que añade complejidad a la gestión de la pandemia en el país.
Con esta variante ya en suelo estadounidense y su rápida expansión en Asia, la comunidad internacional observa con preocupación y atención el desarrollo de esta nueva fase del virus, que podría redefinir el curso de la pandemia en los próximos meses.
carloscastaneda@prensamercosur.org
