

La importancia de cuidar la próstata Foto:Istock
En un mundo donde la medicina natural despierta cada vez más interés, millones de hombres mayores de 50 años han depositado su confianza en una pequeña baya silvestre que, durante décadas, ha sido promovida como un aliado frente a los problemas urinarios asociados a la próstata. El saw palmetto, extraído de la palma enana americana, se ha convertido en un suplemento habitual en botiquines naturales, recomendado por herbolarios, clínicas alternativas e incluso algunos profesionales médicos. Pero la ciencia más reciente plantea una pregunta incómoda: ¿realmente funciona?
La respuesta, según una rigurosa revisión publicada por Cochrane en 2024, es más bien negativa. El estudio analizó los datos de 27 ensayos clínicos que involucraron a más de 4.600 hombres de distintos países. Su conclusión fue contundente: ni el saw palmetto solo ni combinado con otros suplementos herbales mostró mejoras clínicas significativas en los síntomas de la hiperplasia prostática benigna (HPB), una condición que afecta la calidad de vida de millones de hombres en el mundo.
Esta evaluación se alinea con los resultados de investigaciones previas realizadas por la Facultad de Medicina de Harvard, cuyos ensayos clínicos también desinflaron las expectativas. En uno de los estudios más extensos, hombres que recibieron hasta 960 mg diarios del suplemento durante un año y medio no mostraron avances perceptibles frente a aquellos que tomaron un placebo.
El atractivo de este remedio natural ha sido, en parte, cultural. Su uso se remonta a siglos de medicina tradicional en América del Norte, y se le han atribuido propiedades antiinflamatorias y efectos similares a los medicamentos inhibidores de la enzima 5-alfa reductasa —como la finasterida— utilizados para reducir el tamaño prostático. Sin embargo, los mecanismos propuestos no han sido demostrados de manera concluyente en estudios con seres humanos.
Harvard ha sido clara: más allá del marketing y la tradición, las pruebas no respaldan el entusiasmo que rodea a esta baya. Y aunque algunos pacientes reportan sentir alivio, los expertos señalan que este efecto podría deberse en gran parte al placebo. De hecho, en numerosos ensayos, hasta un 40 % de los hombres que recibieron una sustancia inerte aseguraron haber experimentado una mejora subjetiva en sus síntomas, lo cual sugiere que el simple acto de “tomar algo” puede influir poderosamente en la percepción del bienestar.
En un tiempo donde la desinformación se propaga con facilidad y los productos naturales gozan de una popularidad creciente, estas conclusiones invitan a la prudencia. La salud prostática no debería confiarse exclusivamente a remedios cuya eficacia no ha sido comprobada con estándares científicos. Como siempre, el diálogo abierto con profesionales médicos —basado en evidencia y no en promesas— sigue siendo la mejor herramienta para quienes buscan respuestas frente a una condición que, aunque común, merece atención seria y rigurosa. Tomado del periódico el Tiempo
carloscastaneda@prensamercosur.org
