

Imagen TransMilenio
En medio del acelerado ritmo de una capital que se reinventa cada día, el sistema TransMilenio da un paso firme hacia un transporte más seguro, justo y corresponsable. Lo hace a través de los TransMiLabs, una estrategia que no solo busca mejorar la experiencia de viaje de sus más de cuatro millones de usuarios diarios, sino también transformar la cultura ciudadana en los espacios públicos de movilidad.
En su tercera edición de este año, bajo el título “¿Usted qué haría? – Hablemos de corresponsabilidad”, TransMiLab se convirtió en un laboratorio cívico donde la conversación, la reflexión y la pedagogía se unieron para abrir una nueva ruta hacia la seguridad colectiva. Más que una actividad institucional, fue un ejercicio de escucha activa y de construcción ciudadana, donde los usuarios, especialmente las mujeres, compartieron sus experiencias, inquietudes y propuestas para hacer del transporte un espacio verdaderamente habitable.
“El desafío de ofrecer un sistema seguro no se logra solo desde la operación o desde la norma. Necesitamos que cada persona entienda que también es parte de la solución”, afirmó María Fernanda Ortiz, gerente general de TRANSMILENIO S.A. La funcionaria enfatizó la necesidad de pasar de ser testigos pasivos a convertirse en actores activos frente a cualquier situación de riesgo dentro del sistema, especialmente en contextos de violencia basada en género (VBG).
Video TransMilenio
Los TransMiLabs han abordado temáticas que van más allá de la superficie del problema: el primero del año se centró en la prevención del acoso sexual y el uso del botón de pánico; el segundo, en promover masculinidades responsables y no violentas. Estos espacios no son discursos vacíos, sino escenarios de cambio concreto donde las vivencias de los usuarios alimentan políticas públicas y protocolos de actuación.
La apuesta por la corresponsabilidad también se ha extendido a acciones contundentes en el terreno. Este año, TransMilenio ha liderado nueve “megatomas de género”, en articulación con la Policía Metropolitana y las secretarías distritales de la Mujer, Seguridad y Movilidad. Durante estas intervenciones, se han difundido rutas de atención y líneas de ayuda para mujeres víctimas de violencia, reforzando la presencia institucional en el entorno del transporte.
A la par, más de 4.600 colaboradores del sistema han sido formados en el código de emergencia TM26, un protocolo que permite activar de inmediato los canales de respuesta ante casos de acoso o agresión sexual. Y como medida pionera, se ha puesto en marcha una prueba piloto del botón de pánico en la estación Universidades – City U, que conecta en tiempo real a víctimas y testigos con el centro de control, garantizando una respuesta más ágil y coordinada.
En tiempos donde las ciudades del mundo buscan formas de humanizar su infraestructura, el caso de Bogotá resalta por su enfoque integral: no solo invierte en tecnología y seguridad, sino que entiende que el cambio más duradero ocurre cuando los ciudadanos se reconocen como parte del tejido de soluciones. TransMilenio no solo transporta cuerpos; empieza a transportar también nuevas formas de convivencia.
Este tipo de iniciativas posiciona a la capital colombiana en la vanguardia de los sistemas de transporte urbano comprometidos con los derechos humanos, la equidad de género y la construcción de espacios seguros y dignos para todos. La corresponsabilidad ya no es un concepto abstracto: en Bogotá, empieza a tomar cuerpo en cada estación.
carloscastaneda@prrensamercosur.org
