

Ya pasaron varios días. La vorágine de las noticias, la urgencia de las elecciones, los plazos y los pendientes… todo nos retrasó este homenaje que nadie quiere escribir, pero que sentimos como un deber. Un homenaje a Germán Poet: músico coloniense, amigo, hermano, hijo y padre. Uno de esos jóvenes que parten antes de tiempo y dejan en quienes lo rodearon una estela de sensibilidad, arte y preguntas sin respuesta.
Murió por la ingesta de un hongo. Y decirlo así, con crudeza, no alcanza para dimensionar el impacto que tuvo su partida en toda una generación de músicos y amigos que crecieron a su lado en Rosario, entre acordes, ensayos y escenarios improvisados. Lo que sigue son las palabras de quienes lo conocieron de verdad, desde adentro, y hoy lo despiden como se despide a los que no se van: con música, con memoria, con amor.
Fernando del Río
“Conocí a Germancito cuando él y su barra —Alvarito y los Sebas— tenían apenas 15 años. Eran un grupo de rockeros con talento. En 2001 o 2002 armamos otra banda con Álvaro Barneche y Alejandro Villanueva, y desde el inicio supe que Germán era distinto: su sensibilidad y fluidez con la guitarra estaban muy por encima de lo habitual. No era solo lo bien que tocaba; era todo lo que tenía para decir. Colaboró muchas veces con Amoaolga, y su entrada al escenario —con traje plateado y tocado de plumas— solía marcar el punto de éxtasis del show. Cuando regresamos a vivir a Rosario en 2010, volvimos a componer juntos, y en 2013 grabamos el primer material de Vanesa como dúo. Ese proyecto se convirtió luego en cuarteto, con presentaciones hasta la pandemia. Germán es, para mí, mi hermano del alma. Y el mejor guitarrista del mundo.”
Diego Cruz “el Chimba”
“Estoy produciendo música como solista, y Germán estaba siendo parte del proyecto como bajista. Nos habíamos reencontrado gracias al Checho, un amigo en común, y compartimos varias semanas de ensayos, encuentros en casa, charlas, mensajes… Lo poco o mucho que compartimos queda en mí para siempre, y en todo lo que haga él va a estar presente.
Se notaba la felicidad que le daba volver a tocar. Era un músico increíble, y va a seguir siéndolo, allá donde esté.
Un fuerte abrazo para su familia, para sus amigos de toda la vida. Mucha fuerza. Nunca se olviden de Germán, mi amigo Motor.”
Bernardo
“Germán Poett: ‘yo amo a mi gato, yo lo amo a él, yo lo amo a él, porque mi gato es lo más grande que hay, turun turun tum’.
Corazón enorme. Guitarra grandiosa.
Compartimos la emoción de la música.
Abrazo enorme en tu viaje de armonías y encuentros en otra dimensión.”
Leandro Dufour
“Soy músico de Rosario. Conocí a Germán cuando iba al liceo: venía a casa a hacer tareas con mi hermana, y siempre estaba con su guitarra. Se apartaba del grupo para tocar. Ya entonces me impresionaba su vocación, su imán con el instrumento.
Años después la vida nos volvió a cruzar, armamos una banda que se llamó Yogurt y vivimos muchas historias juntos.
Muchos de los que fuimos sus amigos compartimos el amor por la música. Yo doy clases de guitarra, pero Germán tenía una conexión especial. Era un artista que respiraba música.
Tenía una sensibilidad única, un humor único. Nos duele muchísimo no poder seguir compartiendo la vida con alguien tan especial.”
Edgardo Nieves
“Lo conocí hace cinco o seis años, cuando empecé a ir al estudio Mestizo. Él tocaba con la banda Dolor, junto a Antonio Solares, Fede Serpa y el Pato Porley.
Recuerdo que escuché una grabación y pregunté quién era ese guitarrista. Era Germán. También participaba en La Experience, una banda de rock progresivo con Diego Goldman en la voz, Fede en el bajo. Germán intervenía en la composición y las partes instrumentales eran de altísimo nivel.Cuando lo conocí, pegamos onda enseguida. Callado, pero cálido. Tenía una sensibilidad enorme, amaba el blues, el jazz, la buena música.Era autodidacta, como yo, y eso nos unía. La muerte de Germán es una pérdida cultural para todo el arte uruguayo. Lo que hacía con la guitarra era impresionante. También lo escuché con Fede del Río: siempre componiendo, creando. Hacían muy pocos covers; casi todo era material propio. Una vez grabamos juntos una canción del Spirien. Me invitaron a hacer un solo de teclado. Fue un honor. Germán era esencialmente creativo. Un tipo especial. De los que no se olvidan.”
Hoy, este homenaje no cierra nada. Porque cuando muere un artista, lo que queda no es el silencio: es su eco. Germán tocó las cuerdas de muchas almas. Lo siguen escuchando quienes compartieron un escenario con él, quienes se cruzaron con su guitarra en alguna tarde de liceo, quienes lo abrazaron antes de tocar. Y también quienes no lo conocimos, pero hoy lo lloramos al escuchar lo que otros dicen de él. Gracias, Germán. Por lo que diste. Por lo que dejás.
Por Luciana Demaría
pablo
Fuente de esta noticia: https://helvecia.com.uy/2025/05/15/ante-el-fallecimiento-de-german-poet-el-adios-a-un-amigo/
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