**Cuando el bebé casi no articula palabras y los niños de su entorno sí lo hacen es cuando empieza la preocupación de muchos padres y madres por posibles retrasos en el habla y consultan con un especialista**. Puede tratarse de un problema físico o de un trastorno del lenguaje y por eso hay que estar atentos a las señales de alarma.
## El desarrollo del habla
La mayoría de famílias comparan la evolución de su hijo con el del vecino, el de los amigos o con el primo de la misma edad, una comparación que no es buena “porque cada niño es diferente, tiene su ritmo” y hasta los cuatro años la diferencia de desarrollo puede ser “muy amplia”, explica la logopeda Estela Bayarri. Pero a pesar de la apreciación reconoce que las familias acuden a su consulta “porque se han comparado con otros niños de la misma edad”.
,Antes de dar con un logopeda, padres y madres preocupados acuden al pediatra “aunque no siempre es la mejor opción”, y es que según Bayarri muchos médicos “no tienen la información adecuada y piden a los padres que esperen un poco más antes de realizar cualquier prueba. La falta de conocimiento sobre el habla es algo habitual no sólo entre los profesionales de las medicina, también en las familias: **“cuando nace un hijo lo sabemos todo sobre la lactancia, el pañal, el sueño, alimentación… En cambio, casi no sabemos nada de lo que hay que esperar a nivel comunicativo con ese bebé, y no sólo de lo que el niño debería hacer, sinó de qué hacemos nosotros como padres. Sería fantástico que ese conocimiento llegara de la misma manera que el resto”**, explica.
Esta falta de información provoca que los padres actúen de manera equivocada. Según Bayarri, que es experta en intervención naturalista, ante la falta de habla, las madres -que suelen ser las primeras en detectar estos problemas y en preocuparse- optan por dos conductas distintas que pueden frenar el lenguaje: “O no hablan con sus hijos, porque están desmotivadas y porque piensan que el niño no las comprende, o no paran de hablar para llenar ese silencio, que tampoco es adecuado porque el niño necesita esos espacios”.
Buena parte de las familias acuden al especialista entre el año y medio y los dos años, que es cuando es más fácil detectar los problemas del habla pero los especialistas avisan que las señales pueden aparecer mucho antes. Es lo que explica la logopeda Jennifer Martos: **“Si con cuatro meses no realiza contacto visual o no reacciona a los sonidos, si con ocho [meses] no balbucea ni llora ni intenta imitar a un adulto, y si con doce no responde cuando se le pregunta o no señala lo que quiere, son signos de alarma”**.
## La visita al logopeda
Una vez se acude al especialista, el primer paso es descartar un problema físico, que no haya mocos en los oídos, que no se haya sufrido muchas otitis, que no se tenga una anomalía auditiva o que no existan antecedentes familiares. Dejando a un lado casos más graves como un síndrome de down, el trastorno de espectro autista o la parálisis cerebral, a veces, “simplemente”, el niño o niña necesita más tiempo que la media “su desarrollo va a ser lento, pero normal”.
En cambio en otros pacientes, existe un trastorno del lenguaje, es decir **“una alteración del neurodesarrollo que afecta la capacidad de adquirir, de comprender, de procesar y también de usar el lenguaje, tanto hablado como escrito o incluso la lengua de signos”**, explica Martos. En muchos casos, el trabajo no es solo con el niño afectado, también con la familia y es que según Bayarri, “lo que tiene el pequeño dentro, en general, no lo podremos modificar, pero lo que le rodea sí”. Es por eso que en sus sesiones trabaja con la familia “porque ellos lo ponen en práctica día a día y todas las horas: “Si trabajo una hora con el niño, es una hora a la semana, si trabajo con los padres, los abuelos o los referentes, es un trabajo casi de 24 horas”, explica Bayarri.
El trastorno en el lenguaje es algo con lo que se nace y con lo que se muere, los tratamientos son largos, pero la buena noticia, alienta Martos, es que «con trabajo es posible que en la edad adulta ni se note”, concluye.
## El habla y la comunicación por etapas
En los 2-4 primeros meses, aparecen los primeros balbuceos, la comunicación no verbal, miradas y movimientos. **A partir de los 9 meses, aparecen vocalizaciones y sonidos intencionados, con una intencionalidad comunicativa para indicar, por ejemplo, hambre o sueño**.
Según los expertos, en esta etapa es importante que los padres den una respuesta a lo que se está comunicando. A esta edad también aparecen los gestos comunicativos. En esta etapa empiezan a señalar. Apuntar con el dedo es una cita importante en el desarrollo. A los 15 meses deberían decir unas 5 palabras A los 18 meses, unas 20. A los 2 años, un mínimo de 50, aunque muchos utilizan entre 100 y 200.
Fuente de esta noticia: https://psicologiaymente.com/psicologia/tu-hijo-no-habla-aun-estas-son-las-senales-que-no-debes-ignorar
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