Procurador General de la Nación, Gregorio Eljach
En un país donde el Estado de Derecho es muchas veces puesto a prueba por intereses políticos y tensiones institucionales, el Procurador General de la Nación, Gregorio Eljach, alzó la voz con firmeza para recordar lo esencial: la justicia no se negocia.
“Los fallos de las altas cortes, o de cualquier juez, son para respetarlos y acatarlos”, declaró con contundencia ante los medios, luego de participar en un evento público en Bogotá. Sus palabras, más que un pronunciamiento institucional, se sienten como un llamado urgente a fortalecer la confianza en la justicia, en tiempos donde la polarización amenaza con erosionar sus cimientos.
El Procurador insistió en que el país debe proteger, sin titubeos, la autonomía de la Rama Judicial y la independencia de quienes la integran. “Los jueces tienen un mandato constitucional que han sabido defender, que han sabido ejercer, y que han honrado incluso con su propio sacrificio”, afirmó. Su defensa no es solo técnica ni académica: es profundamente ética. La declaración cobra mayor relevancia al enmarcarse en el contexto de una jornada académica que se realizará este miércoles en la sede de la Procuraduría General, convocada por el propio Eljach. El evento contará con la participación del reconocido profesor francés Fabrice Hourbequie, autor del libro La independencia de los magistrados, y reunirá a más de 250 participantes entre jueces, magistrados, académicos, exmagistrados y representantes de las tres ramas del poder público.
,El jefe del Ministerio Público subrayó que este debate debe darse “con rigor científico y académico, y no bajo supuestos o fundamentos ideológicos”. Su intención es clara: que el país reflexione con profundidad y sin prejuicios sobre el rol de los jueces y el deber ciudadano de acatar sus decisiones.
En un momento donde la institucionalidad se ve desafiada, el mensaje de Eljach no es solo una advertencia: es un recordatorio del pacto constitucional que nos une y del respeto inquebrantable que merece quien imparte justicia. Porque sin jueces independientes, no hay democracia que se sostenga.
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