Imagen FIXIT
En los márgenes del sistema tradicional, donde los seguros no llegan, donde los formularios excluyen y donde los números no cuadran para las grandes aseguradoras, existe una Colombia invisible. Una Colombia que trabaja, que cuida, que sueña, pero que no tiene a quién acudir cuando la salud falla, cuando una mascota enferma, cuando un adulto mayor necesita ayuda para llegar al médico o cuando simplemente se rompe una tubería en casa.
En ese país no atendido, nació FIXIT. Una startup 100 % colombiana que no solo identificó una brecha, sino que la convirtió en oportunidad. No para hacer dinero rápido, sino para construir un nuevo modelo de bienestar basado en empatía, tecnología y sentido común. Una revolución que no hace ruido, pero que ya ha impactado profundamente la vida de más de 500.000 personas.
Detrás de FIXIT están Mauricio Quiroga y Diego Rodríguez, dos emprendedores que conocían bien el mundo de los seguros, pero que decidieron tomar otro camino. Uno que no pasa por el filtro de la rentabilidad ni por los perfiles de riesgo calculados en hojas de Excel. Su visión fue clara desde el principio: crear un sistema para quienes siempre quedaron por fuera. Y lo lograron. Hoy, seis años después, FIXIT ha prestado más de un millón de asistencias en todo el país. Pero el verdadero logro no está en las cifras, sino en la forma. Esta es la primera Insuretech en Colombia que opera de forma independiente a bancos y aseguradoras, y que ofrece cobertura real a quienes no están bancarizados, no tienen contrato formal o no cuentan con EPS. Su modelo de membresía permite que cualquier persona —sin importar edad, trabajo o estatus migratorio, pueda acceder a un paquete de servicios personalizados que le ayuden a vivir con más tranquilidad.
,«El sistema tradicional no está diseñado para la vida real de millones de colombianos. Nosotros sí», dice con convicción Diego Rodríguez. Y es cierto. FIXIT no llega cuando la catástrofe ocurre; está antes, durante y después. Está en el acompañamiento médico para el abuelo que vive solo, en la asistencia legal para una madre que enfrenta un desalojo, en el veterinario que llega a casa cuando el perro se enferma, en la boleta de cine que sirve de respiro para una familia agotada.
El portafolio de FIXIT es amplio y profundamente humano. Ofrecen desde planes como FIXIT Gold, con más de 30 beneficios para adultos mayores, hasta FIXIT Empresas, diseñado para organizaciones que quieren brindar a sus empleados un paquete de bienestar real. También están FIXIT Mascotas, FIXIT Héroes —para miembros de la fuerza pública— y FIXIT Pensionados, que permite incluso incluir a hijos y nietos menores de 18 años. Y todos estos planes tienen algo en común: entienden la vida como un todo, no como un conjunto de coberturas frías y lejanas.
La estructura que sostiene este ecosistema es impresionante: más de 8.000 prestadores y 1.000 proveedores a nivel nacional, operando 24 horas al día, todos los días del año. Pero el alma del proyecto no está en la plataforma tecnológica ni en la red de servicios. Está en la historia de cada persona que, gracias a FIXIT, dejó de sentirse sola frente a un problema. Está en cada llamada respondida, en cada solución entregada sin burocracia, sin letra pequeña.
FIXIT no compite con las aseguradoras. Juega en otra liga. Su apuesta no es financiera, es social. Y es justamente ese enfoque el que la ha hecho crecer en un entorno donde pocos se arriesgan a innovar desde lo humano. Para 2026, la empresa proyecta alcanzar el millón de usuarios, no solo a través de ventas directas, sino mediante alianzas estratégicas con empresas que entienden que cuidar del equipo humano ya no es un lujo, sino una responsabilidad ética.
Mientras tanto, el panorama nacional muestra señales contrastantes. Según Fasecolda, en 2024 el sector asegurador pagó $25.5 billones a sus clientes, un incremento del 13,6 % respecto al año anterior. Las reservas del sistema se duplicaron en la última década, alcanzando los $120 billones. Y aunque estas cifras evidencian la solidez del sector, también ponen en relieve una pregunta clave: ¿quién está protegiendo a los que no entran en esas cifras?
FIXIT responde esa pregunta con hechos. Lo hace sin afiches publicitarios millonarios ni promesas grandilocuentes. Lo hace desde abajo, desde el terreno, construyendo un modelo que entiende que la protección no empieza con un contrato, sino con el compromiso real de estar cuando más se necesita.
Porque al final del día, lo verdaderamente revolucionario no es tener una app o usar algoritmos de última generación. Lo revolucionario es mirar a quienes nadie ve y decirles, sin condiciones: aquí estamos para ti. Y eso es lo que FIXIT está haciendo. Cambiar vidas, una asistencia a la vez.
carloscastaneda@prensamercosur.org