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Un hecho de extrema gravedad ha sacudido a Montería y encendido las alertas sobre la seguridad de los funcionarios públicos en Colombia. La superintendente de Industria y Comercio y ministra encargada de Comercio, Industria y Turismo, Cielo Rusinque, denunció públicamente que cuatro personas se encuentran hospitalizadas tras consumir unos dulces que le habían sido obsequiados a ella durante su reciente visita oficial a la capital cordobesa.
La alta funcionaria dio a conocer los hechos a través de su cuenta oficial en la red social X (antes Twitter), relatando que los dulces —dos potes— fueron entregados en medio de una actividad protocolaria. Sin embargo, por descuido, quedaron en el vehículo en el que se transportaba. Horas más tarde, miembros de su esquema de seguridad hallaron el paquete y, sin conocer su origen exacto, los compartieron con algunas personas en Montería.
Poco después, al menos cuatro personas que consumieron los productos comenzaron a presentar síntomas severos de intoxicación, lo que obligó a su traslado de urgencia a la Clínica del Río. Según informes preliminares, las sustancias contenidas en los dulces eran altamente tóxicas y ya se habla de un posible intento de envenenamiento dirigido contra la ministra.

“Fui informada por uno de mis escoltas sobre lo ocurrido. Las personas afectadas están siendo atendidas por personal médico, y he pedido a la Policía Nacional y a la Fiscalía General de la Nación que actúen con la mayor celeridad para esclarecer los hechos”, expresó Rusinque en su mensaje, visiblemente consternada.

La funcionaria también pidió oraciones por las víctimas y expresó su esperanza en una pronta recuperación. “Este es un momento doloroso. Confío en que las personas afectadas se recuperarán pronto y en que se hará justicia”, añadió.
La denuncia ha generado un amplio eco en la opinión pública. Cielo Rusinque es considerada una de las funcionarias más leales al proyecto político del presidente Gustavo Petro. Su firmeza, transparencia y compromiso con las causas sociales la han convertido en una de las figuras más visibles del actual gobierno. No son pocas las voces que reconocen su valentía al haber denunciado casos de corrupción heredados de administraciones pasadas, lo que le ha valido tanto el respeto ciudadano como la enemistad de sectores poderosos.
Tras conocerse este intento de envenenamiento, diferentes sectores políticos y sociales han expresado su preocupación por su seguridad. “Hay que cuidarla”, es una frase que se ha repetido con insistencia en redes sociales y círculos políticos, donde se teme que este acto no sea un hecho aislado, sino un mensaje de advertencia.
La Policía y la Fiscalía ya adelantan las investigaciones para determinar el origen de los dulces y si efectivamente se trató de un atentado contra la vida de la funcionaria. Cámaras de seguridad, testimonios y análisis toxicológicos forman parte del material que están evaluando las autoridades para esclarecer el caso.
Este incidente, que pudo haber terminado en tragedia, plantea serias preguntas sobre los niveles de riesgo a los que están expuestos los servidores públicos en el ejercicio de sus funciones. Y, al mismo tiempo, revela los peligros silenciosos que pueden esconderse incluso en los gestos más cotidianos, como un obsequio durante una visita institucional.
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La atención nacional sigue centrada en Montería, mientras se aguarda el pronunciamiento oficial de la Fiscalía y se vigila de cerca el estado de salud de las personas afectadas. El país entero espera respuestas claras, justicia pronta, y sobre todo, garantías reales para quienes han decidido asumir con valentía la lucha contra la corrupción.
carloscastaneda@prensamercosur.org
