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“SI TUVIEREIS FE COMO UN GRANO DE MOSTAZA” …

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La Semana Santa es el momento propicio para mirar hacia dentro. Los cristianos conmemoramos la muerte y resurrección de Jesús.

En la Biblia, Jesús es un ejemplo de Dios vivo que nos guía y transforma nuestras vidas, nos inspira a afrontar las pruebas y a seguir adelante con fe en nuestro camino de regreso a Él y a Su Padre. Jesús nos enseña a vivir como él vivió, enfrentando el sufrimiento, el odio y las tentaciones. En la Biblia, (Mateo 22:32) (Reina-Valera 1960) dice: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Dios no es Dios de muertos, sino de vivos”.

En el camino de la vida cada uno de nosotros se encuentra en la búsqueda de algo que nos otorgué un significado, un propósito y una paz permanente. La fe en Dios promete ser ese faro que ilumina el camino, da fuerza en los momentos difíciles y ayuda a no perderse.

¿Qué dijo Jesús acerca de la fe?

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El Salvador dijo en (Mateo 17:20) (Reina-Valera 1960) dice: “Por vuestra incredulidad; porque de cierto os digo que, si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible”. Un grano de mostaza es muy pequeñito, pero al plantarlo se convierte en un árbol enorme.

La fe es un don gratuito de Dios, un regalo, pero también se considera un fruto que se desarrolla a través de la experiencia. (Efesios 2:8-9) (Reina- Valera 1960) “8 porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe”.

Quien tiene fe, ve a Dios en todos los acontecimientos y en todas partes. La fe es vivir con la firme convicción de que estamos en manos de Dios, que es a la vez amor y Poder. La fe es desprendernos de nuestras ansiedades y temores, de nuestras dudas y desesperaciones. Jesús mandará a sus discípulos a dar testimonio de su fe, a anunciar lo que habían visto, oído y vivido en (Juan 1 del 1:1- 4) (Reina- Valera) dice: «En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Este estaba en el principio con Dios. Todas las cosas por medio de él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres».

Como cristianos, nuestra fe está basada en la certeza de que Dios (el objeto de nuestra fe), hará lo que esperamos a su manera y en su tiempo. No para complacer nuestros caprichos, no para llamarlo solo en tiempo de emergencia como a un Dios “bombero”.  Sino que pedimos de acuerdo con su voluntad y basamos nuestras peticiones en lo que agrada a nuestro Dios.

(2 corintios 5:7) (Reina-Valera 1960) “7 Porque por fe andamos, no por vista”.

En este camino nos encontramos con la fe en Dios, que promete brindar confianza, paz, seguridad y fortaleza, y puede ayudar a vencer el temor y a superar los obstáculos. La fe nos equipa de recursos para transformar nuestro ser y cambiar radicalmente nuestra forma de ver el mundo y lo que antes era una gran dificultad, ahora se convierte en una oportunidad para sentir la presencia divina obrando en nuestras vidas. Tener fe en Dios no significa que no tendremos problemas, pero sí que no estaremos solos y que podemos confiar en Él para enfrentar los desafíos de la vida. (Romanos 10:8–9) (Reina-Valera 1960) “8Mas, ¿qué dice? Cercana está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos”: 9 “si confiesas con tu boca al Señor Jesús, y crees en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”.

¿Qué puedo hacer para fortalecer mi fe?

La fe se nutre y se fortalece cada día, de lo contrario igual que una planta sin agua moriría, por eso debemos ejercerla y ejercitarla. En la medida en que ejercemos la fe, esta se va ejercitando y como un musculo se va fortaleciendo y creciendo. A continuación, comparto algunos ejercicios espirituales para fortalecer la fe en Dios:

  • La oración fortalece la fe porque es una manera de conectarse con Dios y recibir su amor y su guía. También nos ayuda a vencer las tentaciones y a tomar las decisiones correctas según la voluntad de Dios. (Colosenses 4:2-6) (Reina-Valera 1960) «Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias».
  • El estudio de las sagradas escrituras nos inspira a vivir de acuerdo con sus enseñanzas. Sumergirse en la Palabra de Dios. La primera y más fundamental manera de crecer en la fe es sumergirnos en la Palabra de Dios. El apóstol Pablo nos recuerda en (Romanos 10:17) (Reina-Valera 1960) “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”.
  • El servicio. Servir te hace más como Jesús. (Mateo 20:26-27) (Reina-Valera 1960) «El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor» Si no aprendes a servir a los demás, nunca alcanzarás la madurez espiritual. (Santiago 2:17) (Reina -Valera 1960) dice: «Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.»
  • El ayuno, combinado con la oración, es sin duda una forma de prepararse para recibir las bendiciones de Dios. El ayuno y la oración van de la mano. Jesús mismo ayunó. Jesús ayunó en el desierto durante 40 días y 40 noches después de su bautismo, según la Biblia. Este ayuno fue una preparación para su ministerio público. ¿Por qué ayunó Jesús? para prepararse para su misión, para negar a la carne sus deseos terrenales y buscar devotamente al Padre, para vivir cada momento dirigido por el Espíritu, para mostrar su dependencia en el pan del cielo, la palabra de Dios. ¿Qué decía Jesús sobre el ayuno? En la Biblia, (Mateo 6:16-18) (Reina Valera) dice: «Cuando ayunéis, no pongáis un semblante como los hipócritas, porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas»
  • Las comunidades de fe. La Biblia dice que congregarse es un mandato de Dios para su pueblo, y que es un privilegio y también es una necesidad para los cristianos. Como cristianos no podemos vivir aislados en las comunidades de fe adquirimos recursos para crecer espiritualmente, nos ayuda a moldear el carácter imitando el carácter de Jesús. La comunión que debe reinar en las comunidades cristianas nos ayuda a ser testimonio vivo de la bondad de Dios para el mundo. (Hebreos 10:25) (Reina-Valera 1960) «No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca».
  • Obedecer los mandamientos es sin duda otra forma de fortalecer la fe. La fe permite obedecer a Dios, y la obediencia es la prueba de la fe. Romanos (10:14-18) (Reina-Valera 1960) “14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! 16 Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? 17 así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. 18 pero digo: ¿No han oído? Antes bien, Por toda la tierra ha salido la voz de ellos, Y hasta los fines de la tierra sus palabras”.

Las sagradas escrituras son la fuente de la dirección divina, no leer la Biblia nos desorienta espiritualmente y hace que perdamos el sentido, el rumbo, el propósito de nuestra existencia. Sin estudio bíblico no tendremos fe, la fe es un don de Dios y sin fe no se puede agradar a Dios.

Quienes viven sin fe pueden experimentar desasosiego, incertidumbre, y desesperanza. En cambio, aquellas personas que creen en Dios encuentran en él un refugio, una esperanza, fortaleza y un propósito de vida, por tanto, la fe es sin duda, un factor protector de la salud mental.

Elizabeth Rondón.

Dra. En ecología del desarrollo humano.


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