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En una decisión que podría marcar un precedente en la lucha por la transparencia en la administración pública, el Ministerio del Interior designó al viceministro general de esa cartera, Jaime Luis Berdugo, como alcalde ad hoc de Barranquilla. La determinación, tomada por instrucción directa del ministro Armando Benedetti, tiene como propósito revisar e intervenir en todos los trámites y decisiones administrativas relacionadas con proyectos de vivienda que comprometen a la constructora Alejandro Char & Cía, una firma que pertenece a la familia del actual alcalde de la ciudad, Alejandro Char Chaljub.
La medida, que ya fue formalizada mediante acta en la Notaría Séptima de Barranquilla, busca prevenir posibles conflictos de interés que pudieran comprometer la imparcialidad y legalidad de decisiones adoptadas desde la administración distrital. Según lo expresado por el Ministerio del Interior, Berdugo estará encargado de “conocer las actuaciones judiciales y administrativas, incluidas las decisiones que se profieran, relacionadas con programas de vivienda de la constructora Alejandro Char & Cía”.
La constructora en cuestión ha ejecutado múltiples proyectos de vivienda en Barranquilla, algunos de ellos desarrollados con participación o supervisión de la administración local. Entre las obras señaladas se encuentran las unidades residenciales Ciudad del Sol II, Terragona, Barcelona, Parque 100 y Parque 98. Todos estos complejos habitacionales han sido promovidos como iniciativas de desarrollo urbano y soluciones de vivienda para sectores populares y de clase media, lo que aumenta la sensibilidad política y social de la intervención del Gobierno Nacional.
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La designación de un alcalde ad hoc en pleno ejercicio de un mandatario electo no es una decisión menor. Se trata de una figura excepcional prevista para casos en los que la objetividad de una autoridad local pudiera verse comprometida por vínculos personales o familiares con decisiones de gobierno. Y en este caso, el vínculo no es menor: la empresa a revisar lleva el nombre del alcalde en ejercicio y ha sido históricamente gestionada por miembros de su entorno cercano.
Para el Gobierno Nacional, esta decisión representa un acto de responsabilidad institucional orientado a proteger los principios de transparencia, legalidad y confianza ciudadana. En un contexto político donde la figura del alcalde Alejandro Char tiene un peso considerable no solo a nivel local, sino también en la política nacional, el nombramiento de Berdugo como alcalde ad hoc puede ser leído también como una advertencia sobre los límites éticos que deben respetarse cuando se ejerce poder público con intereses privados de por medio.
Sectores de la ciudadanía barranquillera han recibido con expectativa la decisión, aunque otros la observan con cautela, a la espera de que no se convierta en un pulso político entre el Gobierno central y una de las casas políticas más influyentes de la región Caribe. Sin embargo, lo cierto es que la figura de Berdugo llega con la misión clara de revisar, con independencia y rigor, cada una de las actuaciones en las que la administración distrital haya podido beneficiar, directa o indirectamente, a la firma constructora en cuestión.
El país seguirá de cerca el curso de esta intervención excepcional. Porque más allá de sus consecuencias inmediatas sobre los proyectos de vivienda en Barranquilla, lo que está en juego es un principio fundamental para la democracia: que ningún funcionario, por influyente que sea, debe quedar por fuera del escrutinio público cuando se trata de administrar bienes comunes y tomar decisiones que afectan la vida de miles de ciudadano.
carloscastaneda@prensamercosur.org
