Histórico paso de la OMI para la descarbonización del transporte marítimo

LONDRES (De una enviada especial).- Tras dos años de negociaciones, la Organización Marítima Internacional (OMI) aprobó la creación de un sistema que gravar las emisiones de los buques de todo el mundo, en el primer paso concreto en el camino hacia la descarbonización del sector.

Pasaron 14 años desde que algo se definió por medio de una votación en la agencia de Naciones Unidas donde “el consenso” es la regla. Hoy, descontentos con la propuesta que el grupo de trabajo había cerrado por la madrugada, Arabia Saudita pidió que se realizara una votación nominal. ¿El resultado? 63 países apoyaron la iniciativa (Polonia, Portugal, España, Reino Unido, Suiza, China, Brasil, México, Chile, Paraguay, Uruguay, India y Japón, entre otros) 16 lo rechazaron (en su mayoría países petroleros), y 25 se abstuvieron (Argentina, Colombia, Nueva Zelanda, Australia, Egipto y los Estados insulares del Pacífico, como Kiribati, Fiyi, República de las Islas Marshall, Islas Salomón, Tonga, Tuvalu, Nauru, Palaos y Vanuatu).

Aunque con diferentes argumentaciones, el resultado final dejó amargados por igual a los países y organizaciones no gubernamentales que abogaban por medidas más profundas contra el cambio climático, y a quienes pedían exactamente lo contrario.

Trump metió la cola

Fueron dos intensas y particularmente politizadas semanas de negociaciones en las que Donald Trump y su cruzada contra el multilateralismo irrumpieron en una organización acostumbrada al consenso y los buenos modales. Por medio de una carta, el gobierno norteamericano anunció que retiraría a sus delegados de las conversaciones y alertó –muchos medios calificaron la advertencia como “amenaza”- a los países sobre la imposición de “medidas recíprocas” en el caso de que la OMI avanzara con la instrumentación de un impuesto.

“Si se implementa una medida tan flagrantemente injusta, nuestro gobierno considerará medidas recíprocas para compensar los perjuicios ocasionados por cualquier tarifa cobrada a los buques estadounidenses y al pueblo de nuestro país”, decía la misiva citada por diferentes medios. Y si quedaban dudas, luego se enfatizaba el rechazo a “cualquier intento de imponer medidas económicas contra sus buques basadas en las emisiones de GEI o la elección del combustible”.

Tal como ha ocurrido –y sigue ocurriendo- en diferentes ámbitos, el justificativo para la reacción fue que la administración Trump toma ese tipo de medidas para proteger al pueblo estadounidense y sus intereses económicos.

Qué se aprobó

El documento aprobado, una enmienda al Anexo Marpol (Convenio internacional para prevenir la contaminación por los buques), establece el primer sistema mundial significativo para un sector completo de fijación de precios del carbono.

A partir de 2028, todos los buques del mundo tendrán que empezar a utilizar una mezcla de combustibles menos intensiva en carbono o pagar por el exceso de sus emisiones.

El sistema, que estipula tres bandas, establece que un buque que siga utilizando combustible convencional (fósil) tendrá que pagar una tasa de 380 dólares por cada tonelada de emisión de GEI, los que se ubiquen en la franja intermedia de cumplimiento de los topes de emisiones fijados, abonarán US$100 por tonelada; y los que tengan un saldo de cumplimiento de emisiones igual o superior a cero respecto del objetivo base, podrán recibir “unidades excedentarias” y transferirlas a buques que deban compensar su déficit de cumplimiento, conservarlas como crédito para su uso futuro, o cancelarlas voluntariamente como contribución a la mitigación (con lo que el sistema habilita una suerte de mercado de “bonos verdes” entre privados).

De acuerdo con estimaciones extraoficiales, el acuerdo alcanzado permitiría recaudar entre 30.000 y 40.000 millones de dólares entre 2028 (cuando debería entrar en vigor) y 2030.

Fondo Net Zero

Como parte de lo suscripto, la OMI creará el “Fondo Net Zero”, a través del cual se recibirán y gestionarán las contribuciones pagadas en concepto de emisiones.

¿A qué se destinarán esos fondos? El dinero recaudado será asignado a la adquisición de tecnologías y combustibles con emisiones GEI nulas o casi nulas, “para promover una transición justa y equitativa en los Estados facilitando la protección, adaptación y resiliencia ambiental y climática dentro de los límites de la transición energética del trasporte marítimo”, con especial foco en los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo.

Pese a ello, los Estados insulares del Pacífico expresaron su “desilusión” y dijeron que lo aprobado no es suficiente para financiar la “transición justa y equitativa” a la que se había comprometido la OMI.

“No hemos terminado. Volveremos. Junto a nuestros amigos del Caribe, el Pacífico, África, América Central y el Reino Unido. Seguiremos en pie”, dijo el embajador Albon Ishoda, enviado especial de las Islas Marshall para la descarbonización marítima.

En la conferencia de prensa de cierre, el Secretario General de IMO, Arsenio Domínguez, se mostró orgulloso del acuerdo aprobado y dijo que aunque es habitual que en el contexto actual se ponga el foco en los “aspectos negativos de las conversaciones” en lugar de en los positivos, lo logrado, es un hecho “histórico”.

El panameño explicó que “el texto está abierto para seguir negociando”, y que espera que las negociaciones se cierren definitivamente en octubre próximo, cuando se realice una reunión extraordinaria del Comité de Protección del Medio Marino (MEPC).