
Montevideo, Uruguay – La violencia armada volvió a sacudir la capital uruguaya este martes, cuando un hombre de 30 años y su hija de 12 fueron atacados a tiros mientras circulaban en su automóvil en el barrio Nuevo Ellauri. El ataque, ocurrido en la intersección de calle B y General San Martín, dejó a la menor con una herida de bala en la zona lumbar y a su padre con lesiones de gravedad aún desconocidas.
Según la información policial, la niña fue trasladada de urgencia a la policlínica de Capitán Tula, en Piedras Blancas, por un vecino que se encontraba en las inmediaciones. Mientras tanto, el padre fue llevado por otro particular al hospital Pasteur. En la escena del crimen, la Policía Científica encontró varios casquillos de bala, lo que indica la magnitud del ataque.
El automóvil de las víctimas, un Suzuki Swift rojo, quedó en el lugar con impactos de bala en la parte trasera. Testigos del hecho aseguraron haber escuchado una ráfaga de disparos, lo que sugiere el uso de armas automáticas. Minutos después del atentado, la Policía halló una metralleta y armas cortas a unas diez cuadras de la escena, en la intersección de San Bautista y Las Piedras, en el barrio Casavalle. Los investigadores manejan la hipótesis de que este hallazgo está vinculado directamente con el ataque.
Este hecho se produce en un contexto de creciente violencia en los barrios periféricos de Montevideo. La madrugada del lunes, en el barrio contiguo de Plácido Ellauri, un hombre de 43 años fue asesinado a tiros dentro de su casa, dejando a sus hijos de 12 y 15 años heridos por balas perdidas. Este patrón de violencia refuerza las preocupaciones sobre el recrudecimiento del crimen organizado en la capital uruguaya y la facilidad con la que circulan armas de fuego en estas zonas.
Las autoridades no han confirmado si los dos episodios de violencia están relacionados, pero la reiteración de estos ataques en un corto período de tiempo genera alarma en la población. La creciente presencia de armas automáticas y el uso de ráfagas de disparos en atentados en plena vía pública plantean interrogantes sobre el control de la violencia y la capacidad de respuesta de las fuerzas de seguridad.
A medida que avanza la investigación, la Policía intenta determinar si se trata de un ajuste de cuentas vinculado a bandas criminales o si hay otros móviles detrás de estos hechos. Mientras tanto, los habitantes de estos barrios siguen enfrentando una escalada de violencia que impacta no solo a personas involucradas en disputas delictivas, sino también a ciudadanos ajenos a estos conflictos, incluyendo menores de edad.
El gobierno uruguayo ha reconocido el incremento de los homicidios y episodios violentos en algunos barrios de Montevideo, pero las soluciones siguen siendo motivo de debate. La falta de recursos policiales, la dificultad en el desarme de grupos criminales y la creciente sensación de inseguridad exigen respuestas urgentes para evitar que la violencia siga cobrándose más víctimas inocentes.
Alexis Martinez Diaz
Colaboración Adriana Asat
