

El mercado japonés, conocido por su alta demanda de carne vacuna premium y su disposición a pagar precios significativamente superiores a los de otros compradores tradicionales, se ha convertido en el nuevo objetivo estratégico para los países del Mercosur. Brasil, Uruguay, Argentina y Paraguay buscan posicionarse en esta plaza internacional, considerada una de las más codiciadas por su volumen y rentabilidad. En un contexto donde la dependencia de China genera incertidumbre, diversificar exportaciones hacia Japón se presenta como una jugada clave.
Japón: un mercado premium con alto potencial
Japón es el tercer mayor importador de carne vacuna del mundo, con un consumo anual promedio de 720 mil toneladas. Este mercado se caracteriza por su segmentación: un 60% de la carne importada es consumida en restaurantes, mientras que el resto llega a los hogares a través de supermercados. En este país, la carne vacuna es considerada una proteína de lujo, lo que explica los elevados precios que está dispuesto a pagar por ella.
Actualmente, Australia y Estados Unidos dominan el 80% del mercado japonés. Australia se destaca por su modelo de producción a pasto, similar al de Argentina y Uruguay, mientras que Estados Unidos tiene éxito con carne terminada a grano. Estos países, junto con la producción local japonesa (que representa el 39% del consumo), plantean un desafío competitivo para los nuevos jugadores que buscan ingresar.
Brasil lidera las negociaciones
Brasil se encuentra en una etapa avanzada de negociaciones con Japón para abrir su mercado a la carne vacuna brasileña. Una delegación del Ministerio de Agricultura y Ganadería (Mapa) visitó Japón recientemente para discutir temas clave como la flexibilización del límite de edad para el sacrificio del ganado y la autorización de frigoríficos para exportar carne de ave termoprocesada. Las expectativas son altas, ya que los frigoríficos brasileños cuentan con experiencia en la producción de carne bajo estándares internacionales, como el «boi China», que también cumple con los requisitos japoneses.
Además, Brasil ve una oportunidad particular en el segmento «yakiniku», un estilo culinario japonés que utiliza cortes poco tradicionales como lengua e intestinos. Este nicho representa un atractivo adicional para los exportadores brasileños, quienes podrían ofrecer productos a precios competitivos.
Uruguay consolida su presencia, pero enfrenta barreras arancelarias
Uruguay ya ha logrado avances significativos en Japón, con exportaciones que alcanzaron las 10 mil toneladas en 2024, un aumento del 26% respecto al año anterior. Un hito importante ha sido la incorporación de la lengua bovina, un corte muy demandado en la gastronomía japonesa. Sin embargo, el principal obstáculo sigue siendo el arancel del 38,5%, que afecta la competitividad del producto uruguayo frente a Australia y Estados Unidos, cuyos aranceles son significativamente más bajos y se reducirán aún más en los próximos años.
A pesar de este desafío, los ganaderos uruguayos confían en el potencial de crecimiento en este mercado. Según expertos locales, la reducción del arancel es una prioridad en las negociaciones bilaterales y podría abrir nuevas oportunidades para consolidar su posición.
Argentina busca expandir su alcance
Argentina también está trabajando para ampliar su acceso al mercado japonés. Actualmente, solo puede exportar carne vacuna y ovina desde la región patagónica debido a restricciones sanitarias relacionadas con la fiebre aftosa. Sin embargo, el gobierno argentino está en conversaciones para habilitar exportaciones desde otras regiones del país.
En 2018, Argentina logró un acuerdo inicial para exportar desde la Patagonia, pero el objetivo ahora es ampliar esta autorización. La lengua vacuna aparece nuevamente como un producto clave para ganar terreno en Japón. No obstante, al igual que Uruguay, Argentina enfrenta el desafío de los altos aranceles, que limitan su competitividad frente a países como Australia y Estados Unidos.
Paraguay redobla esfuerzos
Paraguay es el último de los socios del Mercosur en buscar su entrada al mercado japonés. Desde 2019, el país ha estado trabajando para cumplir con los requisitos sanitarios y comerciales exigidos por Japón. Próximamente, el presidente Santiago Peña realizará una visita oficial para avanzar en estas negociaciones. Aunque aún queda camino por recorrer, Paraguay ve en Japón una oportunidad estratégica para diversificar sus exportaciones cárnicas.
Un desafío compartido: los aranceles
Uno de los mayores obstáculos para los países del Mercosur es la diferencia arancelaria que enfrentan frente a competidores como Australia y Estados Unidos. Mientras que estos últimos disfrutan de tarifas reducidas gracias a acuerdos comerciales específicos (que llegarán al 9% en 2030), los países sudamericanos deben lidiar con un arancel del 38,5%. Esta barrera no solo encarece sus productos, sino que también limita su capacidad de competir en igualdad de condiciones.
Perspectivas futuras
El interés del Mercosur por ingresar al mercado japonés refleja una estrategia regional para diversificar destinos de exportación y reducir la dependencia de China. Aunque cada país enfrenta desafíos específicos —desde barreras sanitarias hasta altos aranceles—, todos coinciden en el potencial que ofrece Japón como un mercado premium dispuesto a pagar por calidad.
La clave para consolidarse en este destino radica no solo en cumplir con los estrictos estándares japoneses, sino también en negociar mejores condiciones comerciales que permitan competir con los actuales líderes del mercado. Si bien el camino no será fácil, los avances recientes indican que los países del Mercosur están decididos a conquistar esta «joya de la corona».
