

En una revelación estremecedora, el presidente Gustavo Petro denunció la existencia de un plan para asesinarlo con misiles adquiridos por narcotraficantes, lo que ha desatado una crisis de seguridad nacional. La grave advertencia se produjo durante la ceremonia de transmisión de mando del nuevo director de la Policía Nacional, general Carlos Fernando Triana, donde el mandatario aseguró que los criminales no solo han conseguido uno, sino dos misiles con la intención de derribar el avión presidencial.
“Usted sabe que quieren disparar un misil a mi avión, que se compraron los narcotraficantes y que tienen guardados por ahí. No uno, sino dos misiles”, afirmó Petro, generando una inmediata reacción dentro de los organismos de inteligencia y seguridad del Estado.
La amenaza no es nueva. En semanas anteriores, el presidente había alertado sobre planes para acabar con su vida, señalando a poderosos capos del narcotráfico como los responsables. Entre ellos mencionó a Julio Lozano Pirateque, un colombiano radicado en Dubái, al que acusó de ordenar asesinatos de esmeralderos y de conspirar en su contra. “Por alguna razón cree que el presidente es su enemigo”, sostuvo Petro en su momento. La gravedad de estos señalamientos ha sido corroborada por fuentes diplomáticas. Francisco Palmieri, exembajador encargado de Estados Unidos en Bogotá, confirmó que información sobre amenazas contra el mandatario ha sido compartida con las autoridades colombianas.
Pero los misiles no son el único peligro que enfrenta el jefe de Estado. Según reveló Petro, hace unas semanas un dron con fines de inteligencia colisionó con un avión de Avianca en el aeropuerto El Dorado, lo que permitió descubrir una red de espionaje en su contra. “Ahora sabemos que no es un cuento. Es una verdad”, enfatizó.
En medio de este complejo panorama, el general Carlos Triana asumió la dirección de la Policía con un mandato claro: desmantelar las estructuras del crimen organizado y frenar la infiltración del narcotráfico en las instituciones del Estado. Triana se comprometió a desplegar toda la capacidad de inteligencia y contrainteligencia para identificar y capturar a los responsables de estas amenazas. “Vamos a realizar una revisión profunda. Lo que sí puedo asegurar es que hay investigaciones muy sólidas y avances significativos”, declaró el alto oficial.
Uno de los principales objetivos de la lucha contra el crimen es la red de contrabando que, según denuncias del propio presidente, ha logrado permear entidades clave como la Dian y la Policía Fiscal y Aduanera. Entre los señalados se encuentra Diego Marín Buitrago, alias ‘Papá Pitufo’, quien durante más de 30 años ha construido un imperio ilegal en el tráfico de licores, calzado y cigarrillos con la complicidad de funcionarios corruptos.
Las denuncias de Petro confirman un hecho innegable: el crimen organizado sigue ejerciendo un enorme poder en Colombia y está dispuesto a todo para frenar un gobierno que ha decidido enfrentarlo sin concesiones. En un país donde el narcotráfico ha impuesto sus propias reglas por décadas, la batalla que libra el presidente no solo es una cuestión de seguridad, sino de supervivencia política.
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