

En las últimas semanas, las alertas sanitarias relacionadas con productos avícolas provenientes de Brasil han encendido las alarmas en la Unión Europea (UE). El sistema de alerta rápida para alimentos y piensos de la Comisión Europea (RASFF Window) ha detectado problemas graves en importaciones brasileñas, incluyendo residuos de pesticidas prohibidos, productos químicos clorados y la presencia de patógenos como la Salmonella. Estas irregularidades no solo han provocado el rechazo de los productos en frontera, sino que también han reavivado el debate sobre el impacto del acuerdo comercial entre Mercosur y la UE en la seguridad alimentaria y el sector avícola europeo.
Problemas en los controles sanitarios brasileños
Desde la Asociación Interprofesional Española de Carne Avícola (AVIANZA) han expresado su preocupación por la incapacidad de verificar el 100 % de los embarques provenientes de Brasil. Este hecho pone en evidencia las debilidades del sistema de control alimentario brasileño, generando dudas sobre su capacidad para cumplir con los estándares sanitarios exigidos en Europa.
Un informe reciente de la Comisión Europea, basado en una auditoría realizada en Brasil entre abril y mayo de 2024, también ha señalado deficiencias importantes en el diagnóstico temprano de enfermedades como la influenza aviar. Aunque Brasil ofrece ciertas garantías en cuanto al cumplimiento de requisitos de importación, la vigilancia sobre la influenza aviar altamente patógena (HPAI) parece insuficiente para detectar brotes a tiempo. Esto resulta especialmente preocupante cuando se considera el volumen de exportaciones brasileñas hacia Europa.
El impacto del acuerdo Mercosur-UE
El acuerdo comercial entre Mercosur y la UE, actualmente en negociación, podría agravar esta situación. Según un informe de Rabobank titulado *»EU-Mercosur agreement: Implications for food and agribusiness»*, este tratado permitiría la entrada de 180.000 toneladas adicionales de carne avícola desde países del Mercosur, lo que representaría un aumento del 58 % respecto a las importaciones actuales desde esta región. Este incremento no solo pondría presión sobre los productores locales, sino que también podría comprometer la seguridad alimentaria europea si no se refuerzan los controles.
En contraste, el sector avícola europeo sigue destacándose por su rigurosidad en términos de supervisión sanitaria. España, por ejemplo, ha sido recientemente declarada libre de gripe aviar por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), lo que refleja los altos estándares que caracterizan a la industria avícola del continente.
¿Qué está en juego?
La entrada masiva de productos avícolas desde Brasil y otros países del Mercosur plantea serios riesgos no solo para la salud de los consumidores europeos, sino también para la sostenibilidad económica del sector avícola local. Los productores europeos operan bajo estrictas normativas que garantizan el bienestar animal, la trazabilidad completa y altos estándares de calidad. Sin embargo, competir con importaciones más baratas que no cumplen con los mismos requisitos podría poner en desventaja a la industria local.
Además, las alertas sanitarias recientes subrayan la importancia de priorizar la producción local frente a las importaciones. La falta de controles efectivos en países exportadores como Brasil podría traducirse en un aumento del riesgo sanitario para los consumidores europeos.
Un llamado a la acción
Ante este panorama, AVIANZA ha instado a las autoridades europeas a reforzar los controles sobre las importaciones provenientes de Mercosur y a evaluar cuidadosamente el impacto del acuerdo comercial en la salud pública y el sector avícola europeo. La organización también hace un llamado a priorizar la producción local, que opera bajo estándares mucho más estrictos y ofrece productos seguros y de calidad superior.
“Es fundamental defender nuestra industria avícola, que no solo garantiza seguridad alimentaria, sino que también respalda el bienestar animal y promueve prácticas sostenibles”, señalan desde AVIANZA.
Reflexión final
El debate sobre el acuerdo Mercosur-UE pone en evidencia un dilema crucial: ¿debería Europa abrir aún más sus mercados a productos importados que no cumplen con los mismos estándares sanitarios y éticos que se exigen a los productores locales? Las recientes alertas sanitarias relacionadas con productos brasileños son un recordatorio claro de los riesgos asociados con esta apertura.
En este contexto, reforzar los controles sanitarios y proteger la producción local no solo es una cuestión económica, sino también una prioridad para garantizar la seguridad alimentaria y la confianza de los consumidores europeos.
