
La empresa se los comunicó a los trabajadores a la vuelta de sus vacaciones. El Sindicato de la Industria del Calzado en alerta porque podrían llegar a ser 100 personas las despedidas.

En la localidad de Aguilares, la planta de las zapatillas Topper, en Tucumán, anunció el despido de 22 trabajadores apenas regresaban de su receso por vacaciones el pasado lunes. El año pasado ya habían desvinculado a 120 personas más entre los meses de marzo y abril.
«Una de las mujeres tenía 20 años de servicios y no paraba de llorar cuando se lo comunicaron», cuentan los trabajadores. Entre los despidos hay un matrimonio. «Ni eso tuvieron en cuenta, quebraron a un hogar con esa decisión», cuestionaron los empleados.
Debido a exceso de stock y falta de ventas, Topper Tucumán paralizó la producción durante unas semanas el año pasado, obligando a todo el personal a tomar licencias adeudadas. Esa vez no hubo despidos pero sí mucha preocupación.
«No puedo creer que nadie haga nada. Hicieron silencio el año pasado y esta vez, de nuevo, me desilusionaron, no los voto más», me dijo un empleado, en referencia a los diputados nacionales Agustín Fernández y Elia Fernández de Mansilla, que son de Aguilares.
El Sindicato de la Industria del Calzado está en alerta por una situación que ya se expande a otras empresas de zapatillas a nivel nacional como la de Puma, en La Rioja.

Algunos empleados fueron notificados de la desvinculación con el retorno de las vacaciones. La Unión de Trabajadores de la Industria del Calzado (Uticra) advirtió sobre la posibilidad de que haya nuevos despidos en el corto plazo, si el escenario de la economía no mejora.
