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En un pronunciamiento que ha desatado una auténtica tormenta política a nivel internacional, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, lanzó su más feroz crítica contra el mandatario estadounidense, Donald Trump. En declaraciones concedidas este viernes 31 de enero durante una entrevista exclusiva con Univisión, Petro no solo calificó a Trump de «fascista», sino que fue más allá al compararlo abiertamente con Adolf Hitler, desatando una ola de reacciones que podrían redefinir las relaciones diplomáticas entre Colombia y Estados Unidos.
“No se puede estigmatizar a todos los migrantes tildándolos de delincuentes; esa narrativa refleja un pensamiento peligrosamente similar al que Europa conoció en la década de 1930”, declaró Petro, visiblemente indignado, mientras denunciaba con vehemencia la política antimigratoria de Trump. Sus palabras, cargadas de una cruda frontalidad, resonaron como un eco de advertencia sobre los peligros del discurso de odio y la discriminación institucionalizada.
El presidente colombiano, quien reconoció no haber sostenido nunca una conversación directa con Trump para discutir estas profundas diferencias, justificó su crítica asegurando que el silencio frente a tales posturas sería cómplice de un retroceso en los valores democráticos y humanitarios. “El liderazgo político debe construirse sobre la base del respeto, la inclusión y la dignidad humana, no sobre el miedo y la xenofobia”, añadió Petro, subrayando la necesidad de un debate global sobre el trato a los migrantes.
Las reacciones a estas declaraciones no se hicieron esperar. En Colombia, diversos sectores políticos manifestaron posturas encontradas: mientras algunos aplaudieron el coraje de Petro por alzar la voz frente a una figura tan influyente, otros advirtieron sobre los riesgos de deteriorar una alianza estratégica clave para la seguridad y la economía del país. En Estados Unidos, figuras del entorno de Trump tacharon las declaraciones de «irresponsables» y «ofensivas», mientras que analistas internacionales evalúan las posibles repercusiones en la cooperación bilateral en temas críticos como el comercio, la lucha contra el narcotráfico y la seguridad regional.
Hasta el momento, la Casa Blanca no ha emitido una respuesta oficial, pero fuentes cercanas a la administración estadounidense indican que las declaraciones de Petro ya han generado tensiones en los círculos diplomáticos de Washington. Este episodio marca un nuevo capítulo en la compleja relación entre Colombia y Estados Unidos, en un escenario internacional cada vez más polarizado por discursos que desafían los límites del debate político tradicional.
carloscastaneda@prensamercosur.org
