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La reciente crisis diplomática entre Colombia y Estados Unidos ha encendido un debate sobre la necesidad de redefinir las alianzas estratégicas del país. En el centro de la discusión están los BRICS+, un bloque económico y político que promete un orden mundial menos dependiente de las potencias tradicionales.
El conflicto comenzó cuando el presidente Gustavo Petro se negó a recibir dos vuelos de deportados desde California, argumentando que las condiciones eran “indignas”. La reacción de Washington no se hizo esperar, escalando la tensión entre ambos gobiernos. Pero este incidente ha servido también como catalizador para que Colombia considere con mayor seriedad alternativas en su política exterior, como la posibilidad de unirse a los BRICS+.
Este foro, liderado por algunas de las economías emergentes más importantes del mundo, ofrece un enfoque diferente al de los bloques tradicionales como el G7. Según David Mauricio Castrillón, profesor de la Universidad Externado de Colombia, este tipo de alianzas podrían abrirle a Colombia un camino hacia una mayor independencia en sus relaciones internacionales.
“Esta crisis con Estados Unidos es una señal de que países como Colombia necesitan diversificar sus opciones. Los BRICS no son solo un grupo económico, sino también una plataforma para construir un orden global más democrático y menos centralizado”, explicó Castrillón en declaraciones para France24.
BRICS+: ¿Qué es y qué representa?
Los BRICS son un bloque multilateral que reúne a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Su importancia no solo radica en que representan el 37 % del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, sino también en su capacidad para actuar como un contrapeso al dominio económico y político de Estados Unidos y Europa.
Fundado originalmente como BRIC, el grupo sumó a Sudáfrica en 2010, ampliando su alcance a África. Más recientemente, en 2024, se invitó a países como Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, y en enero de 2025, Indonesia se convirtió en miembro oficial. Además, hay naciones asociadas, como Bolivia, Cuba, Malasia y Nigeria, que fortalecen el carácter inclusivo del bloque.
El objetivo principal de los BRICS es fomentar la cooperación económica entre sus miembros, reducir la dependencia del dólar en el comercio internacional y promover un sistema más equitativo de toma de decisiones globales. En la práctica, esto se traduce en iniciativas como el uso de monedas locales para el comercio y el fortalecimiento de bancos de desarrollo alternativos al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial.
Colombia y su apuesta por el Sur Global
El interés de Colombia en los BRICS no es nuevo. En 2024, Ricardo Bonilla, entonces ministro de Hacienda, manifestó públicamente el deseo del país de postularse como miembro del bloque. Sin embargo, el contexto actual de tensiones con Estados Unidos ha dado un nuevo impulso a esa aspiración.
En este escenario, Colombia podría encontrar en los BRICS una oportunidad para diversificar su política exterior. “Los BRICS no exigen alineamientos ideológicos estrictos, lo que les permite reunir a un grupo diverso de países con diferentes intereses, pero con un objetivo común: reconfigurar el poder global”, subrayó Castrillón.
América Latina: Una región con potencial, pero sin protagonismo
En América Latina, la relación con los BRICS ha sido mixta. Argentina fue invitada a unirse en 2023, pero la administración de Javier Milei rechazó la oferta, argumentando su falta de alineación con las prioridades del país. Esto dejó a Venezuela, Bolivia y Colombia como los principales aspirantes a representar a la región en el bloque.
No obstante, los analistas señalan que una adhesión inmediata de estos países es poco probable, ya que el grupo busca consolidar a sus nuevos miembros antes de expandirse aún más. Pese a esto, la creciente influencia de los BRICS en la agenda global no pasa desapercibida en América Latina, donde muchas naciones ven con buenos ojos la posibilidad de reducir su dependencia de Washington y fortalecer la cooperación Sur-Sur.
Más allá de las tensiones
La crisis con Estados Unidos ha obligado a Colombia a mirar hacia otras latitudes, y los BRICS emergen como una opción estratégica. Sin embargo, la decisión de unirse a este bloque va más allá de una reacción momentánea: implica un cambio estructural en la política exterior del país y una apuesta por redefinir su rol en el escenario global.
En un mundo cada vez más polarizado, los BRICS se posicionan como un contrapeso al modelo tradicional de poder. Para Colombia, esta puede ser una oportunidad única para jugar un papel más activo en la construcción de un orden mundial más justo y equilibrado. ¿Será este el camino que Petro decida tomar?
carloscastaneda@prensamercosur.org
