Sorprendente pero cierto: 237 años después de la redacción de la Constitución estadounidense, el texto sigue sin garantizar la igualdad entre hombres y mujeres. Y eso que se ha intentado. Sin ir más lejos, el ya ex presidente Joe Biden ha sido el último en hacerlo en una de sus últimas decisiones en calidad de “pato cojo”, el cariñoso apelativo usado en EE. UU. para referirse, durante el periodo de transición, a los presidentes que se disponen a abandonar el poder.
“La igualdad de derechos ante la ley no será denegada ni restringida por Estados Unidos ni por ningún Estado por razón de sexo”. Durante casi un siglo, esas pocas palabras han sido objeto de una larga batalla en EE. UU. para conseguir que las mujeres gocen de igual protección ante la ley. La Enmienda de Igualdad de Derechos (ERA, por sus siglas en inglés) propuesta es sencilla, pero la lucha por añadirla a la Constitución de Estados Unidos no lo es tanto.
El proceso para enmendar la Constitución de los Estados Unidos es bastante riguroso y está delineado en el Artículo V de la Constitución. “El Congreso propondrá enmiendas a esta Constitución, siempre que dos terceras partes de ambas Cámaras así lo estimen necesario; o bien, a petición de las Asambleas Legislativas de dos terceras partes de los estados”, reza la Carta Magna con respecto a las vías de enmienda, bien por el poder Legislativo Federal, la Cámara de Representantes y el Senado, o bien a través de 38 de los 50 estados.
En sus últimos días en el cargo, el Presidente Biden emitió un dictamen que declaraba que la centenaria enmienda ERA estaba “ratificada”. Pero aquí lo importante no es eso: la proclamación no significa que el texto de la ERA vaya a añadirse inmediatamente a la Constitución. Para entender por qué, es útil conocer la larga historia de la enmienda propuesta y los obstáculos legales a los que todavía se enfrenta.
La lucha sufragista por la igualdad ante la ley en Estados Unidos
La enmienda tiene sus raíces en las secuelas del movimiento sufragista. Algunas activistas se mostraron satisfechas con la aprobación definitiva en 1920 de la 19ª Enmienda, que legalizaba su voto, pero Alice Paul se mostró decidida a seguir luchando, pues aún quedaba por aplicar la totalidad del programa de derechos de la mujer establecido por las sufragistas fundadoras en 1848. “Siempre tuvimos una lealtad perfecta a todo el programa y, si podíamos continuar, sabíamos que la cosa debía extenderse para conseguir que todo el programa fuera una realidad”, dijo en un testimonio oral de 1972.
En 1923, Paul anunció sus planes de elaborar y defender una enmienda constitucional que garantizara la igualdad de protección a ambos sexos. La bautizó con el nombre de Lucretia Mott, pionera de los derechos de la mujer. Fue presentada en el 68º Congreso en diciembre de ese año por el representante Daniel Read Anthony, Jr. y posteriormente revisada y rebautizada con el nombre de Paul.
El plan tropezó con obstáculos desde el principio. Muchos de ellos procedían de otros activistas de los derechos de la mujer, que temían que la enmienda pusiera en peligro leyes que habían costado mucho conseguir y que protegían a las trabajadoras. Esas preocupaciones, y la división de opiniones sobre los derechos de la mujer, persiguieron la enmienda durante casi 50 años.
La ERA se presentó en el Congreso una y otra vez, pero a pesar de ciertos éxitos menores, como las audiencias públicas y su aprobación en el Senado en 1946, nunca llegó a adoptarse. Mientras tanto, el movimiento por los derechos de la mujer cambiaba radicalmente a medida que las sufragistas de la vieja guardia le pasaban la antorcha a las nuevas activistas. Paul continuó con su incansable defensa durante décadas. Finalmente encontró el apoyo que necesitaba a finales de la década de 1960, cuando las feministas de la segunda ola ayudaron a impulsar la aprobación. Finalmente, en 1972, la ERA fue aprobada en ambas cámaras del Congreso.
Por qué no solo valía con que fuera aprobada por las Cámaras
Pero el duro trabajo aún no había terminado. Para ser incorporada a la Constitución, tres cuartas partes de los estados debían ratificarla en el plazo de siete años fijado por el Congreso. Aunque gozó de un amplio apoyo popular e incluso formó parte de las plataformas nacionales tanto de la Convención Nacional Demócrata como de la Convención Nacional Republicana a partir de la década de 1940, la ERA fue víctima de la convulsión de los cambios políticos.
El rechazo al movimiento feminista y el creciente conservadurismo del Partido Republicano dieron alas a Phyllis Schlafly, una activista contraria al feminismo y a la enmienda. Aunque los legisladores ampliaron el plazo hasta 1982, la inteligente oposición de Schlafly y sus aliados ralentizó e incluso detuvo el progreso en varios estados. El Partido Republicano eliminó la ERA de su plataforma, y cinco estados votaron a favor de rescindir sus ratificaciones en la década de 1970. La enmienda no llegó a su fecha límite de 1982 a sólo tres estados de la ratificación.
Pero, ¿está realmente muerta la enmienda? Puede que no. Nevada e Illinois la ratificaron en 2017 y 2018, dejándola a un solo estado de la mayoría, hasta que la Asamblea General de Virginia aprobó la ERA en enero de 2020.
Sin embargo, dado que ya ha pasado el plazo de ratificación de siete años, podría enfrentarse a importantes obstáculos legales incluso con otra ratificación. Los precedentes del Tribunal Supremo establecen que las enmiendas deben ratificarse en un plazo “contemporáneo”. Por otra parte, la 27ª Enmienda, que prohíbe al Congreso concederse un aumento de sueldo antes de unas elecciones, fue sugerida y redactada por James Madison más de dos siglos antes de su ratificación en 1992. Y no está claro cómo serían tratados los estados que rescindieron sus ratificaciones, incluso si el Congreso acuerda aceptar a los más recientes.
Por eso, incluso con la nueva declaración del Presidente Biden, el destino de la enmienda sigue siendo incierto.
Aunque una enmienda constitucional nunca podría abordar todas las disparidades, los partidarios de la enmienda afirman que podría proporcionar definiciones más claras de la discriminación de género y evitar un retroceso de los derechos de las mujeres en temas como el aborto. Sin embargo, a pesar de los recientes éxitos, el futuro de la ERA sigue siendo incierto, y la fase más polémica de su centenaria historia podría estar todavía por llegar.
National Geographic
Fuente de esta noticia: https://www.nationalgeographic.es/historia/desigualdad-hombres-mujeres-constitucion-estados-unidos
************************************************************************************************************
También estamos en Telegram como @prensamercosur, únete aquí: Telegram Prensa Mercosur
Recibe información al instante en tu celular. Únete al Canal del Diario Prensa Mercosur en WhatsApp a través del siguiente link: https://whatsapp.com/channel/0029VaNRx00ATRSnVrqEHu1También estamos en Telegram como @prensamercosur, únete aquí: https://t.me/prensamercosur Mercosur
Recibe información al instante en tu celular. Únete al Canal del Diario Prensa Mercosur en WhatsApp a través del siguiente link: https://www.whatsapp.com/channel/0029VaNRx00ATRSnVrqEHu1W
- AD judicializada anuncia que participará en elecciones del 27 de abril - 27 de enero de 2025
- EEUU ha enviado 475 vuelos de deportación a Colombia en los últimos cinco años - 27 de enero de 2025
- Presidenta Sheinbaum celebra acuerdo entre EE.UU. y Colombia sobre la crisis migratoria - 27 de enero de 2025