Error

La fidelidad: el acuerdo de amor definitivo

Comparta nuestras noticias

Estoy absolutamente convencido de que el amor para siempre es lo que está en lo profundo de los corazones de los adolescentes hoy. Y aunque esta afirmación va vestida de esperanza, debo reconocer que la idea impuesta de comprometerse mientras apetezca rompe cualquier intento de desfilar en la sociedad con ideas dignas de Disney en 1950.

Ser fieles a la misma persona es cada vez más una ilusión, sobre todo cuando nos venden que lo importante del amor es lo que sientas en ese momento. Todos hemos experimentado cómo los apetitos cambian, ese no puede ser el indicador clave si queremos amor para siempre. Además, aunque no sea tan evidente, cuando uno centra la importancia en sus apetitos o sentimientos, está poniendo el centro en uno mismo, y no en la persona amada. Y en esta línea, si no hay esperanza en el “Hasta que la muerte nos separe”, creo que se acaba apostando por ideas egocéntricas y utilitaristas en las que se impone el “Hasta que me apetezca”. Un eslogan fácil de vender, especialmente porque asume que cuando el asunto cueste, cuando duela, dejará de apetecer y por tanto puede terminar legítimamente siendo fiel a las condiciones con las que se había empezado.

Si pretendemos amar para siempre hay que asumir que no siempre apetecerá, que muchas veces costará e incluso dolerá, y precisamente en esas ocasiones será más amor que nunca. La voluntad nos hará fieles, pero ¿de qué fidelidad estamos hablando?

En mi opinión, existe una visión contractual de la fidelidad matrimonial que pretende sobrevivir con las condiciones pactadas el primer día. Así funcionan los contratos; se establecen unas bases, unas condiciones, y si cumples con ellas obtendrás la contraprestación; que en el caso del matrimonio será la de seguir unidos. Mi experiencia es que si se ama asumiendo estas reglas de juego, en realidad no se ama, sino que se examina, y pronto la otra parte suspenderá.

Suspenderá, en primer lugar, porque la realidad no es la misma con el paso del tiempo y eso nos hace cambiar. Nacen nuevos proyectos, o simplemente cambian las prioridades de los mismos, maduramos. La voluntad acabará frustrada viendo que no puede retener al amado en sus condiciones iniciales. Y en segundo lugar, suspenderá porque tendemos a endurecer las condiciones cuando parece que son demasiado fáciles. Si lo puede hacer mejor de lo esperado, ¿por qué no exigirlo? ¿Acaso no es justo exigirle al otro lo mejor de si mismo cuando uno lo está dando todo?

Cuando los novios salen del altar recién casados, con la mejor de sus intenciones, ponen toda su voluntad en hacer feliz al otro. Pero cuando el otro cambia, muchas veces la sensación es que está cambiando las condiciones del pacto. Os sonará la frase de “esta no es la persona con la que me casé”. Y salvando los casos extremos, posiblemente se esté imponiendo una nueva realidad al escenario que había en la casilla de salida. Si el amor fuera un contrato, cualquier cambio sería suficiente para romper la relación. Sin embargo, opino que precisamente por su capacidad de adaptarse en todo momento a la persona amada, la fidelidad es mucho más que un contrato.

Creo que la voluntad no debe ser la de mantener las condiciones iniciales, sino la de adaptarlas a la persona amada. Lo importante en el amor no son las condiciones, sino con quién las firmas. Y la fidelidad no pretende en primera instancia “aguantar para siempre”, sino que creo que eso es una consecuencia de estar continuamente encontrando las maneras adecuadas de hacer feliz a la otra parte.

Expuesto esto, ¿dónde podemos encontrar el mejor ejemplo de esa fidelidad? En Aquel que nos amó primero, Aquel que instauró el primer acuerdo, la alianza.

Dios hizo una primera alianza de amor con Adán, para toda la humanidad y para siempre, pero, con todo a nuestro favor, en el jardín del Edén ya quedaron patentes nuestras debilidades. Lo que no se debía hacer se acabó haciendo, y tras esa primera y prometedora promesa, Dios tuvo que restablecer cinco alianzas más. La segunda fue con Noé tras arrasarnos con el diluvio, parecía fácil volver a empezar de cero. Después Abrahám y Moisés en tiempos difíciles, sin salud ni prosperidad, pero eso no fue excusa porque ni siquiera en años de esplendor con el Rey David supimos actuar fielmente, en todos los casos terminamos suspendiendo ante las condiciones iniciales. Hasta que finalmente la alianza se instauró con su propio hijo, Jesús.

¿Qué podemos aprender de este periplo de amor? Pues entre muchas otras cosas, que lo importante para Dios éramos la humanidad entera, y que aunque en Él no hay tiempo ni sorpresas -por tanto, no me atrevo a decir que Dios se adaptara sobre la marcha-, sí veo un claro ejemplo de fidelidad en cualquier condición, y una fidelidad que exige lo mejor de uno mismo. Hay una pedagogía espectacular en cada una de las alianzas. El sometimiento de Noé construyendo un Arca en tierra firme, el de Abraham preparando el altar para su hijo, o el del viejo Moisés corriendo por el desierto… me recuerdan a esa polémica frase de San Pablo: “Mujeres, someteos a vuestros maridos” (Col 3, 18). No es un sometimiento esclavo, ni lo fue para nuestros protagonistas, sino que es ponerse al cobijo del otro. ¿Quién no se sometería al amor de Dios sabiendo que está dispuesto a dar su vida por hacerle feliz? Y precisamente así debemos pretender amar los maridos, como continua el texto bíblico, como el nuevo Adán en la alianza definitiva, “como Cristo amó a su Iglesia” (Ef 5, 25), es decir, dando la vida para hacer feliz al otro. Fieles.

Si Dios, que es perfecto en virtudes, tuvo que reajustar su acuerdo de fidelidad de esta forma en la historia, ¿cómo no vamos a tener que adaptarnos nosotros a la persona amada? Creo que cada vez es más disruptivo y necesario hablar de amor para siempre. En un momento en el que triunfa el “Hasta que me apetezca”, creo que hay que reivindicar más que nunca el “Hasta que la muerte nos separe”. La alianza matrimonial es un proyecto que debe llenar y ordenar la vida. Y para sostenerlo hasta las puertas del cielo, si Dios quiere, hay que esforzarse en encontrar la manera de adaptar las condiciones al otro, el amor debe ser creativo hasta conseguir la felicidad del otro, y creo que eso es muy fácil, lo difícil es anteponer ese deseo al propio apetito, lo difícil es cuando duele, lo difícil es cuando es amor.

Nos equivocaremos muchas veces, queriendo y sin querer, estamos condenados a convivir con nuestra condición pecadora. Muchas veces creeremos que el otro no tiene méritos suficientes para merecer mi amor, todo el artículo gira en torno a esta idea. Sin embargo, ¿acaso merezco yo que me amen para siempre? ¿Acaso merezco yo que alguien se comprometa también con mis defectos para encontrar la manera de hacerme feliz siempre? Dios cree que sí. ¡Ánimo matrimonios, seamos ejemplo de alianza, seamos ejemplo de cómo Cristo amó a su Iglesia!

Albert Schaefer
Fuente de esta noticia: https://www.religionenlibertad.com/opinion/941049221/fidelidad-acuerdo-amor-definitivo.html

************************************************************************************************************
También estamos en Telegram como @prensamercosur, únete aquí: Telegram Prensa Mercosur

Recibe información al instante en tu celular. Únete al Canal del Diario Prensa Mercosur en WhatsApp a través del siguiente link: https://whatsapp.com/channel/0029VaNRx00ATRSnVrqEHu1También estamos en Telegram como @prensamercosur, únete aquí: https://t.me/prensamercosur Mercosur

Recibe información al instante en tu celular. Únete al Canal del Diario Prensa Mercosur en WhatsApp a través del siguiente link: https://www.whatsapp.com/channel/0029VaNRx00ATRSnVrqEHu1W

Redacción Central
Últimas entradas de Redacción Central (ver todo)

Comparta nuestras noticias
  • Redacción Central

    Redacción Central

    Related Posts

    No estaremos sin hacer nada en la eternidad

    Comparta nuestras noticias

    Comparta nuestras noticias Según una encuesta reciente, aproximadamente el 73 % de los adultos en los Estados Unidos cree en el cielo. Al profundizar un poco más, cerca del 60 % piensa que la vida después de la muerte será un futuro libre de sufrimiento, donde tendremos «cuerpos perfectamente…


    Comparta nuestras noticias
    Read more

    Continue reading
    ¿Cómo evitar el hackeo de tu WhatsApp?

    Comparta nuestras noticias

    Comparta nuestras noticias En Venezuela se ha vuelto una tendencia las estafas gracias al hackeo de la aplicación de mensajería WhatsApp. La creatividad de los estafadores no tiene límite. En este artículo de NTA te contamos como evitarlo. Primero era María, nombre común a escala mundial. Los estafadores intentaban…


    Comparta nuestras noticias
    Read more

    Continue reading

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

    En que te puedo ayudar?
    ×