Conflicto armado interno: un año después

Alex Lavayen López.

El jueves de la semana pasada se cumplió un año de la declaratoria del conflicto armado interno por parte del presidente Daniel Noboa, para luchar en contra de las bandas del crimen organizado internacional. Con esta oportunidad, se han realizado varios análisis tanto en el ámbito interno como en el internacional. En la mayoría de los casos, se pone en duda la efectividad de las acciones desarrolladas por el Gobierno. Parecería que se esperaba que, en un año, milagrosamente, el Estado ecuatoriano podría haber alcanzado objetivos que otros países no lo han podido lograr en más de medio siglo.

Objetivamente, existen elementos positivos, como haber declarado la situación de conflicto armado para enfrentar una amenaza que no atenta solamente contra el orden público y seguridad ciudadana, temas exclusivamente policiales, sino que trasgrede la soberanía, integridad y supervivencia del Estado ecuatoriano; de esa manera, se recuperó la figura de ‘fuerza pública’ permitiendo la acción coordinada de Fuerzas Armadas, Policía Nacional y otras instituciones de seguridad.

Fue también un acierto militarizar el sistema penitenciario, convertido en centro de mando y control de las operaciones criminales; la creación de FIXE, una fuerza policial específica en contra de la extorsión; y, la intensificación de operaciones de control y vigilancia de los espacios terrestre, aéreo, marítimo, fluvial y cibernético con operaciones de interdicción y protección.

Otro acierto es haber retomado el concepto de seguridad cooperativa, entendiendo que al crimen organizado internacional se lo combate con operaciones de seguridad y defensa también de carácter internacional. Terminar con los programas de seguridad con Estados Unidos fue una de las causas de la tragedia que soporta actualmente el pueblo ecuatoriano.

Por supuesto que existen falencias importantes que se deben corregir. La seguridad nacional compete a la totalidad del Estado; por esta razón existen en todos los países Consejos de seguridad, Secretarías de seguridad, Centros de altos estudios, etc. Es indispensable y urgente recuperar la institucionalidad para enfrentar a los criminales con acciones sistemáticas y no con improvisaciones populistas.

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Alex Lavayen

corresponsal en Prensa Mercosur

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