Colombia | Petro le dice algunas verdades al alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez.

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La confrontación entre el presidente Gustavo Petro y el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, ha alcanzado nuevos niveles de tensión, después de un intercambio de declaraciones públicas que pone de manifiesto la profunda división política sobre las estrategias de seguridad en la ciudad. La polémica se desató recientemente en la red social X, donde Petro respondió a las acusaciones de Gutiérrez, quien había asegurado en una entrevista con El Colombiano, periódico criollo de Medellín,  que “las cosas buenas que pasan en Medellín definitivamente no son por usted”. En su respuesta, el presidente no solo defendió su enfoque sobre la seguridad, sino que lanzó fuertes cuestionamientos al legado de las políticas de su antecesor y de otros sectores políticos.

“Pensaron que la seguridad se conseguía matando”, afirmó Petro, refiriéndose a los métodos de mano dura aplicados en el pasado, que se basaban en la violencia y la represión para combatir el crimen. En este contexto, el mandatario acusó a ciertos sectores de la política de haber alimentado el conflicto armado para “sacar votos de los sedientos de sangre”. Con estas palabras, Petro no solo aludió a las tácticas de seguridad implementadas en gobiernos anteriores, sino que también insinuó que la violencia estatal solo había contribuido a perpetuar las mafias y la estructura criminal en Medellín.

Un punto clave en la discusión fue la mención que hizo Petro sobre las miles de víctimas de la violencia en la Comuna 13 de la ciudad, un símbolo de los horrores del conflicto armado. El presidente sugirió que algunas de estas víctimas podrían estar enterradas en La Escombrera, un lugar emblemático por su relación con las atrocidades cometidas en esa época. Para Petro, las estrategias de seguridad que privilegiaban la fuerza militar no hicieron más que fortalecer a los actores armados ilegales, en lugar de resolver las causas profundas de la violencia.

Ante las críticas de Gutiérrez, Petro no solo se centró en denunciar las políticas del pasado, sino que también defendió lo que considera los logros de su gobierno en Medellín. Para el presidente, los avances en seguridad en la ciudad son el resultado directo de las políticas sociales implementadas durante su mandato, en particular, la reducción de la tasa de homicidios. “Educar en el preescolar a los niños y disminuir el hambre es la mejor política de seguridad. Es un tema de equidad social”, subrayó, destacando que la verdadera seguridad radica en la justicia social y no en la militarización.

Además, Petro aprovechó la ocasión para resaltar los avances económicos que, según él, han transformado la ciudad. Atribuyó el crecimiento de Medellín a la priorización de sectores productivos como la industria y la agricultura, frente al enfoque tradicional de inversión en el petróleo y la cocaína. En sus palabras, estas políticas no solo han reducido la pobreza y generado empleo, sino que han tenido un impacto directo en la mejora de la seguridad: “Menos hambre, más seguridad, algo que el uribismo nunca entendió”.

El enfrentamiento verbal entre Petro y Gutiérrez subraya las profundas diferencias ideológicas sobre cómo abordar los problemas de seguridad en Colombia, especialmente en Medellín, una ciudad que ha sido escenario de numerosas tragedias relacionadas con el narcotráfico y la violencia. Mientras el presidente aboga por una solución basada en la inclusión social, la equidad y la lucha contra la pobreza, el alcalde Gutiérrez sigue defendiendo un enfoque más tradicional centrado en la mano dura. Esta disputa refleja no solo el desacuerdo entre los dos políticos, sino también el amplio debate que continúa en la sociedad colombiana sobre cómo enfrentar la violencia y construir un futuro más seguro para todos.

carloscastaneda@prensamercosur.org