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La reciente detención de Carlos Correa, reconocido defensor de los derechos humanos en Venezuela, junto a casos similares como el de Enrique Márquez, destacado progresista venezolano, refleja un panorama alarmante en la región. Estos hechos, sumados a cuestionamientos sobre la legitimidad de las elecciones en el país, han generado preocupación en el gobierno colombiano, que reafirma su compromiso con los derechos humanos y la democracia.
Desde Colombia, se ha instado reiteradamente a la transparencia electoral en Venezuela. Sin embargo, la solicitud de observación internacional en las elecciones pasadas, planteada en escenarios políticos en Europa, Estados Unidos y Venezuela, no fue atendida. Las fuerzas colombianas subrayan que no puede hablarse de elecciones libres bajo un escenario de bloqueos e intimidaciones.
El gobierno colombiano enfatiza que, pese a las tensiones entre ambos países, los lazos históricos, culturales y familiares que unen a sus pueblos deben prevalecer sobre cualquier desavenencia gubernamental. La ruptura de relaciones o el cierre de fronteras, según las autoridades colombianas, solo favorece a redes criminales, agrava la crisis humanitaria y perpetúa la violación de los derechos fundamentales de millones de ciudadanos.
En línea con su política exterior, Colombia reitera que no intervendrá en los asuntos internos de Venezuela sin una invitación expresa. Sin embargo, desde su propia lucha por los derechos humanos, el país hace un llamado al respeto de estos principios en suelo venezolano. La libertad de expresión, el respeto a los derechos civiles y la liberación de todos los presos políticos son demandas prioritarias en este llamado.
Las fuerzas progresistas colombianas reafirman su compromiso con la construcción de puentes de diálogo político y social entre los sectores progresistas de ambas naciones, con el objetivo de lograr la paz regional y prevenir la violencia. En este contexto, señalan que la libertad de los pueblos y el fortalecimiento de su soberanía deben ser las metas fundamentales del progresismo.
La declaración también alerta sobre las intenciones de ciertos sectores de la política estadounidense, que parecerían privilegiar intereses económicos sobre el bienestar de los pueblos. Ante esto, se subraya que la unidad y el diálogo interno son herramientas esenciales para la soberanía y la democracia en cualquier nación.
El gobierno colombiano concluye su posición con un firme llamado a la liberación de todas las personas detenidas por razones políticas en Venezuela y a la realización de elecciones libres, sin bloqueos ni intimidaciones, como único camino hacia una verdadera democracia en la región.
carloscastaneda@prensamercosur.org
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