Los comienzos suelen ser con ilusión. El comienzo de un mes, de un año, de cualquier acción o proyecto es con ilusión. En cada uno de esos momentos suele haber mucho entusiasmo porque hay ilusión. Sobre todo, en enero, el primer mes de año, cuando todo está fresquito y parece que es un comienzo aunque no sea así. Enero continúa a diciembre. Aun andamos con la resaca de la fiesta del amor y de un año anterior, muy complicado.
Diciembre es un mes engañoso en el que se nos hace creer que vivimos en un mundo de paz y amor, donde toda la gente se quiere y quiere a los demás Nos regalamos de cuerpo y alma. Gran mentira. Es una recreación del ser feliz pero no necesariamente es verdad. Y conste que quien escribe esto no es un Grinch, al contrario, es alguien que disfruta la navidad con todas sus tradiciones y colecciona nacimientos como símbolo de gloria y pureza de la humanidad, independientemente de la religión que profese.
La fuerza de la ilusión
Una ilusión da fuerza, es un deseo que nos emociona y nos motiva a ir en la búsqueda de un quehacer, de una meta. Nos ilusionamos cuando conocemos o sentimos un cosquilleo cada vez que vemos a cierta persona (en mi pueblo lo llaman enamorarse). Hay ilusos que piensan que esa emoción es para siempre y pudiera serlo, pero es muy raro. Usualmente lo que sigue a la ilusión es la desilusión.
Hablo de la ilusión romántica porque es hermosa y a casi toda la gente le gusta sentir ese cosquilleo que da el enamoramiento o la ilusión de establecer una pareja como logro de la tranquilidad y no sabe en lo que se está metiendo o ignorando que estar enamorado es vivir en un solo susto.
Otras ilusiones como la de la maternidad, la paternidad, la amistad, la laboral, la económica, la social, la política, el éxito, suelen movernos mucho pero, por lo general, no producen cosquilleo, por el contrario, sólo preocupaciones, angustias, sobresaltos. Digo esto reconociendo la cantidad de satisfacciones que podemos tener mientras estamos prendados de una ilusión.
Los riesgos de la ilusión
Toda ilusión implica riesgos de sufrimiento, de frustraciones, de la necesidad de más y distintos esfuerzos. Tener una ilusión es importante. Yo diría que fundamental. Pero la ilusión no es todo. No es haberse comido el pan, hay que comprarlo.
La mayoría de las veces cuesta mucho materializar la ilusión, sentir que se ha logrado, disfrutarla. Por ello, creo que lo más sano, lo que más ayuda es andar con los pies sobre la tierra – a pesar de estar soñando con nuestra ilusión- estar conscientes de que muchas veces es difícil, algunas casi imposible o imposible, el logro de lo deseado. Aún así, ustedes y yo sabemos que la perseverancia es hermana siamesa de la ilusión.
Un gran riesgo de la ilusión es la fuerza del deseo. Si es muy fuerte la convicción del logro, nos puede alejar de la realidad, distorsionarla (creer en pajaritos preñados, dicen en mi pueblo). Cuando eso ocurre los riesgos de decepción y frustración son muy altos. Y la frustración suele producir rabia, dolor, sentires desagradables y peligrosos que pueden llevar al desencanto.
Lo deseable es que una ilusión, a pesar de la fuerza que tenga, se mantenga conectada en el plano de la realidad. Saber qué tenemos que hacer para lograr lo que queremos y cuáles son algunos de los obstáculos que pudieran presentarse en el camino y, en este caso, saber cómo sortearlos. Eso nos daría confianza en sí mismo y aumenta la posibilidad del logro.
Insiste y vencerás es una verdad a medias
La autoconfianza sola no resuelve, aunque siempre es un potente impulsor. Ayuda más tener consciencia de posibles obstáculos e impedimentos para conseguir la meta y saber que aún cuando hagamos correctamente lo que debemos hacer, no hay garantía de logro de lo perseguido y que, en su búsqueda, pueden darse imprevistos. Y, ante los imprevistos, por lo general, no tenemos acciones previstas y es entonces, cuando puede darse la pérdida de lo buscado y, lo que es peor, el sentimiento de haber fracasado.
Menos mal que siempre queda la posibilidad de volver a intentar conseguir lo que queremos. Eso si, no repitiendo errores. Si no, no tiene sentido volver a intentarlo.
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Del mismo autor: 2024
Leoncio Barrios | @Leonciobarrios
Fuente de esta noticia: https://efectococuyo.com/opinion/la-ilusion-ayuda-pero-no-basta/
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