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BEIJING, 30 dic (Xinhua) — El rápido crecimiento del sector de las nuevas energías en China no es únicamente una historia de éxito nacional, sino que también actúa como un factor de cambio global que ofrece dividendos de colaboración en toda la cadena industrial y proporciona un nuevo impulso a la economía del mundo.

Este impacto global es evidente en el respaldo brindado por el Gobierno de Tailandia a los fabricantes chinos de automóviles para que construyan una cadena de suministro de vehículos eléctricos en el país, una medida que Surasit Thanadtang, director del Centro Tailandés-Chino de Investigación Estratégica, dependiente del Consejo Nacional de Investigación de Tailandia, considera una estrategia inteligente.

Varios de estos fabricantes ya han establecido fábricas en Tailandia, entre los cuales se encuentran SAIC, Great Wall, BYD y Chery. Tal afluencia de sus vehículos eléctricos no solo está atrayendo más inversiones, sino que también inspira a las compañías chinas de la cadena de suministro automotriz a expandir su presencia allí.

Firmas como Gotion High-Tech y SVOLT Energy Technology han puesto en funcionamiento bases de producción de baterías, mientras que fabricantes de electrónica como Ningbo Sunrise Elc Technology y Changzhou Aohong Electronics han anunciado nuevas inversiones en Tailandia.

Este país está utilizando el conocimiento y la experiencia técnica de China para afianzar su propio sector de vehículos eléctricos, impulsar avances tecnológicos y generar oportunidades de empleo, afirmó Surasit.

La incursión china en las nuevas energías no es un empeño aislado. Se trata de una política de puertas abiertas orientada a fomentar el crecimiento. Tal enfoque ha llevado a un número cada vez mayor de multinacionales a alinearse con dicho sector para aprovechar las oportunidades que presenta.

El rápido desarrollo de Tesla es un ejemplo adecuado. Desde el lanzamiento de su planta de Shanghai en 2019, esta instalación ha aprovechado el sistema integral de la cadena de suministro de China y sus capacidades de fabricación inteligente de primer nivel para convertirse en la fábrica de vehículos más eficiente dentro de la red global de la compañía.

Con la capacidad de producir un automóvil en menos de 40 segundos, ha pasado a ser su principal centro de exportación mundial. En 2023 entregó 947.000 unidades, lo que representó más de la mitad de las entregas de Tesla en el mundo el año pasado.

En abril, Mercedes-Benz anunció una mejora de su centro de investigación y desarrollo, situado también en Shanghai, con el propósito de acelerar la innovación inteligente en China, mientras que Volkswagen Group China informó sobre una inversión de 2.500 millones de euros destinada a ampliar su centro de producción e innovación en Hefei, en la provincia de Anhui. A su vez, la base de producción de BMW en Shenyang, en la provincia nororiental de Liaoning, ha registrado inversiones acumuladas cercanas a los 100.000 millones de yuanes (unos 13.910 millones de dólares) desde 2010.

Estas inversiones no solamente tienen que ver con el crecimiento en China, sino también con el aprovechamiento de la experiencia del país para mejorar su competitividad global.

“En el pasado, se decía a menudo que China necesitaba a Bosch y sus tecnologías innovadoras para el desarrollo de la industria automotriz del país. Pero hoy, la narrativa ha cambiado: Bosch también necesita a China”, comentó en noviembre el presidente de Bosch China, Xu Daquan, en la segunda Exposición Internacional de la Cadena de Suministro de China.

La industria china de las nuevas energías también contribuye a forjar un modelo de beneficio compartido en la transición hacia fuentes energéticas verdes y bajas en emisiones de carbono. Por ejemplo, el parque eólico De Aar, en Sudáfrica, el primer proyecto de este tipo financiado, construido y operado por una empresa china en África, ha aliviado la escasez de electricidad local. Mientras tanto, en Kenia, la central solar Garissa, también construida por una compañía china, ha comenzado a funcionar, sacando a decenas de miles de hogares de la pobreza energética.

China está dispuesta a cumplir con sus responsabilidades como un importante país en desarrollo, colaborando con otros para mejorar las industrias de energías limpias y las cadenas de suministro, compartir conocimientos y experiencias, promover el cambio a energías verdes y bajas en emisiones de carbono, y aportar al desarrollo energético sostenible global, según el libro blanco titulado “La transición energética de China”, publicado en agosto.

Actualmente, sus colaboraciones se verifican en proyectos energéticos ecológicos con más de 100 países y regiones. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energías Renovables, el costo promedio mundial por megavatio-hora de las energías eólica y solar se ha desplomado en más de un 60 por ciento y un 80 por ciento, respectivamente, durante la última década.

Una parte sustancial de este ahorro se debe a la innovación, la destreza industrial y la excelencia en ingeniería de China, todo lo cual está reduciendo los costos y haciendo la energía renovable más accesible en el mundo, destacan los expertos.

Fuente: Xinhua News Agency

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