Guerra en Ucrania: el dilema que plantean las negociaciones de paz entre Rusia y Occidente

El triunfo de Donald Trump en Estados Unidos movilizó el tablero internacional, incluso antes de su asunción el 20 de enero de 2025. La guerra en Ucrania ya no es un conflicto contra Rusia librada por Kiev, sino un problema para Occidente que debe finalizar cuanto antes.

Ultimando detalles de su gabinete y sus primeras políticas, Trump ya discrepa con sus socios europeos en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN); al mismo tiempo que Kiev busca que la alianza no condicione su integridad territorial en pos de las conversaciones de paz.

Estados Unidos y la transición entre Joe Biden y Donald Trump

Desde el 24 de febrero de 2022, la administración de Joe Biden auxilió a Ucrania con miles de millones de dólares en paquetes de ayuda y armamento. Dos años más tarde, EE. UU. ya destinó alrededor de 67.000 millones de dólares designados a objetivos financieros, humanitarios y militares; y en abril, el Senado aprobó otros 61.000 millones de dólares en asistencia militar.

Cerca del final de su período como presidente, el demócrata profundizó de forma polémica su injerencia en la guerra europea. Puso fin a los debates en Occidente y autorizó a Kiev a usar los misiles ATACMS contra territorio ruso, medida que acompañaron en simultáneo Francia y Reino Unido con los Storm Shadow.

Esto fue un hito en el conflicto, debido a que los ucranianos usaron recursos occidentales para pasar de la defensa al ataque por primera vez en la guerra. Rusia desplegó los Oreshnik y alimentó la escalada de tensiones, lo que complejizó aún más el conflicto bélico.

En este sentido, la discrepancia en las visiones de Joe Biden y Donald Trump es notoria. La ayuda a Ucrania fue motivo de disputa durante la campaña electoral y el republicano fue sumamente crítico de los envíos de dinero y recursos nacionales hacia Ucrania.

En el primer debate televisivo, Trump calificó al presidente ucraniano Volodímir Zelenski como “el mejor vendedor de la historia“, en referencia a sus giras internacionales en busca de financiamiento. Esa postura se mantuvo inamovible hasta resultar electo nuevamente para la Casa Blanca.

El magnate dejó en claro, incluso en el encuentro con Emmanuel Macron y Volodímir Zelenski en los Campos Elíseos, que buscará poner fin a la guerra, apenas asuma como mandatario.

¿Cómo lo hará realidad? Depende de las conclusiones que salgan de los encuentros entre Kiev y Moscú que todavía no sucedieron. Sin embargo, el republicano ya baraja que los ucranianos renuncien al territorio ocupado en el Donbás, a la asistencia estadounidense y a un ingreso en el corto plazo a la OTAN.

Guerra en Ucrania: los europeos de la OTAN se oponen al plan de Trump

Mientras Donald Trump comienza a establecer su agenda internacional, los socios europeos en la OTAN miran de reojo su llegada a Washington. Sus críticas a la alianza y sus demandas de mayor inversión no pasaron desapercibidas, así como su visión sobre el conflicto ruso-ucraniano.

La idea de que Kiev renuncie a una parte de su territorio y a la adhesión a la OTAN después de años de contribución a una derrota de Rusia no está entre las opciones de los líderes de Alemania, Francia y Reino Unido.

Olaf Scholz insiste en una salida negociada del enfrentamiento armado, al mismo tiempo que mantiene la ayuda para Volodímir Zelenski y conversaciones con Vladimir Putin. Alemania no tenía contactos con Rusia desde el comienzo de la guerra y la consecuente reforma de la importación energética.

Keir Starmer, quien asumió en julio el liderazgo de las islas británicas, aprobó el uso de los Storm Shadow y planes para la autodefensa ucraniana, a la vez que también apoya las conversaciones para la paz.

Por su parte, Emmanuel Macron, el más beligerante de todos los europeos, busca que un país de la OTAN despliegue tropas en ciertas partes de Ucrania. Esta idea fue presentada cuando fue el anfitrión del primer encuentro trilateral entre Francia, el nuevo mandatario de Estados Unidos, y Ucrania en los Campos Elíseos. El encuentro no dejó definiciones, pero sí la promesa de mantener el contacto entre los líderes.

Kiev, entre la paz y el riesgo que suponen las concesiones

La reunión en Francia entre Macron, Trump y Zelenski sirvió para que el mandatario ucraniano expusiera una contrapropuesta a las negociaciones de paz. Volodímir Zelenski planteó que el cese al fuego tiene que estar respaldado por soldados de la Alianza Atlántica ante la posibilidad de una violación por parte de Rusia.

El presidente también solicitó una hoja de ruta para el ingreso de Ucrania a la Unión Europea y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, una problemática que llevó a los enfrentamientos entre Occidente y Rusia en los últimos años.

En cuanto a las condiciones de paz, Zelenski instó a conseguir “una paz justa y duradera, una que los rusos no sean capaces de destruir en unos años” y citó los ejemplos de Georgia, Moldavia y Siria, países en los que el Kremlin ha buscado tener una influencia en el pasado e incluso en el presente.

Además, sostuvo que “no se puede dar la espalda a la ocupación rusa de los territorios ucranianos congelando la línea del frente actual”, una de las concesiones que el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, estaba dispuesto a dar para finalizar el conflicto que lleva más de dos años asolando a Ucrania y a los aliados occidentales.