En la actualidad, el rendimiento y la productividad son ampliamente valorados. Muchas personas logran destacarse en sus carreras y cumplir con las expectativas sociales, pese a que se enfrentan a esta condición. Cómo identificarla y evitar sus efectos en la vida diaria
Para muchas personas, la ansiedad es sinónimo de parálisis e incapacidad para funcionar. Sin embargo, existe una forma más silenciosa que, si bien no es un diagnóstico oficial según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), afecta a miles de personas: la ansiedad de alto funcionamiento. Este término describe a aquellos individuos que logran destacar en sus profesiones, cumplir con obligaciones y mantener relaciones, a pesar de experimentar esta sensación de forma constante, dudas y autoexigencia extrema.
Tal como explicó la psiquiatra Neha Chaudhary, del Hospital General de Massachusetts y la Facultad de Medicina de Harvard, las personas con ansiedad de alto funcionamiento “pueden seguir destacando en sus carreras y tener relaciones sólidas”, aunque internamente batallan con síntomas como inquietud, insomnio y fatiga.
La ansiedad de alto funcionamiento puede ser difícil de identificar, ya que quienes la padecen a menudo desarrollan una rutina que, lejos de reducir sus síntomas, enmascara el malestar con una apariencia de organización y éxito. Esto los coloca en una posición de riesgo, ya que al no ser evidente, la ansiedad se acumula y pasa desapercibida para quienes los rodean.
9 señales para reconocer la ansiedad de alto funcionamiento
Reconocer la ansiedad de alto funcionamiento en uno mismo o en otras personas no siempre es fácil. A continuación, algunos de los signos sutiles que los especialistas califican como indicadores:
- Exceso de trabajo y dificultad para tomar descansos. Las personas con ansiedad de alto funcionamiento sienten la necesidad constante de estar ocupadas, sin permitirse pausas.
- Resistencia a delegar tareas. Prefieren asumir todas las responsabilidades, creyendo que nadie más puede hacerlo tan bien como ellos.
- Diálogo interno negativo. La autocrítica severa es un rasgo característico; son duros consigo mismos y constantemente se sienten inadecuados.
- Incapacidad para reducir el ritmo o tomar días libres. Les resulta difícil desconectar del trabajo o las obligaciones, incluso en momentos de descanso.
- Sensación de culpa o vergüenza ante pequeños fracasos. Al ser perfeccionistas, cualquier error, por pequeño que sea, les genera sentimientos de culpa.
- Irritabilidad fácil. Al estar constantemente bajo estrés, su tolerancia se reduce y reaccionan de forma desproporcionada ante problemas menores.
- Insomnio o problemas para dormir. Los pensamientos ansiosos pueden mantenerlos despiertos o provocar despertares frecuentes durante la noche.
- Microgestión. Tienen la tendencia de controlar cada detalle de su vida profesional o personal, temiendo que algo salga mal si no están a cargo.
- Temor constante a parecer inadecuados ante los demás. Les preocupa cómo los perciben, lo que puede llevarlos a actuar en exceso para encajar o impresionar.
Cómo es vivir con estrés y autoexigencia constante
Vivir con ansiedad de alto funcionamiento implica una batalla interna que los demás no siempre perciben. Los síntomas no se manifiestan con parálisis, sino en una lucha diaria por cumplir con los estándares más elevados.
“A menudo, el establecimiento de objetivos y una planificación rigurosa comienzan con buenas intenciones”, aseguró Michael Louwers, director médico asociado del Reset Medical and Wellness Center, en los Estados Unidos, “pero quienes padecen este tipo de ansiedad suelen establecer objetivos increíblemente altos e inalcanzables”.
Esta autoexigencia constante puede llevarlos a la postergación de tareas debido al miedo a no cumplir sus expectativas, creando un ciclo de preocupación y frustración que puede derivar en agotamiento.
Por qué las mujeres son más vulnerables a la ansiedad de alto funcionamiento
Las mujeres y ciertos grupos minoritarios suelen estar más predispuestos a la ansiedad de alto funcionamiento. La psiquiatra Judith Joseph, autora del libro High Functioning (Alto Funcionamiento), explicó que estos grupos desarrollaron la habilidad de “ignorar su dolor y malestar para estar ahí para los demás”.
Según ella, las mujeres, en particular, están condicionadas culturalmente para soportar el dolor, desde la menstruación hasta la menopausia, y se espera de ellas que mantengan sus obligaciones pese a estos desafíos físicos.
Esto crea una situación en la que ellas mismas pueden priorizar el bienestar de los demás sobre su propia salud mental, aumentando así la propensión a desarrollar ansiedad de alto funcionamiento.
Cuáles son las consecuencias de no tratarla a tiempo
La ansiedad de alto funcionamiento puede llevar a consecuencias graves si no se aborda.
La psiquiatra Linda Hubbard, del Sistema de Salud de Mayo Clinic, advirtió que aquellos que no tratan esta forma de ansiedad pueden experimentar agotamiento extremo, depresión clínica o dependencia de sustancias.
La falta de intervención oportuna puede hacer que las personas pierdan funcionalidad, lo que, según Joseph, “podría ser demasiado tarde”. Sin el apoyo necesario, estos individuos corren el riesgo de sufrir problemas médicos y psicológicos que afecten aún más su calidad de vida y su rendimiento en diversas áreas.
Reservar tiempo para uno mismo y otras estrategias para controlar esta ansiedad
Existen varias herramientas para quienes enfrentan ansiedad de alto funcionamiento. Chaudhary recomendó prácticas como la respiración profunda diafragmática y el uso de técnicas de relajación. También es importante reservar un tiempo diario para uno mismo, como un momento de descanso o una actividad que desvíe la atención de los pensamientos ansiosos.
La alimentación adecuada también es fundamental, con alimentos ricos en ácidos grasos omega 3 y vitaminas B12 y D que pueden mejorar el estado de ánimo. El aprendizaje de la delegación de tareas y la fijación de límites personales son esenciales para evitar la acumulación de responsabilidades.
Los especialistas también destacan el valor de la terapia cognitivo-conductual (TCC) para ayudar a identificar y transformar pensamientos negativos. Al respecto, Louwers enfatizó que, en muchos casos, reconocer los signos de la ansiedad y buscar ayuda a tiempo es el primer paso para gestionarla y evitar que se convierta en un problema de mayor envergadura.
La ansiedad de alto funcionamiento puede ser invisible para los demás, pero sus efectos en la vida de quienes la padecen son significativos. Buscar el apoyo adecuado y emplear estrategias de manejo no solo ayuda a reducir el estrés, sino que permite una vida más plena y balanceada.
infobae.com
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