

Para seguir logrando la aprobación de sus proyectos, el presidente de la República sigue su línea obsecuente al Poder Legislativo, que se autoaumentó G. 64.572 millones del PGN para el 2025.
Desde la asunción al poder de Santiago Peña como presidente de la República y el regreso al poder del movimiento Honor Colorado, con Horacio Cartes como titular de la Asociación Nacional Republicana (ANR), las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo se dieron dentro de un juego de reciprocidad del “toma y daca” (represalia equivalente).
Este ajedrez de relaciones que se da entre poderes y bajo el manto del cartismo, que tiene como sede central al quincho del ex mandatario, ha dado frutos a ambos lados, pero generando una ola de indignación ciudadana, que por ahora, no ha logrado tener impacto en las políticas públicas del actual gobierno.
Peña y sus ministros reconocen la dependencia que tienen del Legislativo, a quienes presentaron varios proyectos de ley emblemáticos que tuvieron resistencia ciudadana, pero aún así fueron tratados y aprobados casi a libro cerrado y bloqueando el debate y las críticas.
DEPENDENCIA. Esta situación de dependencia y reciprocidad entre Peña y los legisladores cartistas, con sus respectivos aliados captados de la oposición, generó un pacto de no agresión, amistad y respeto mutuo, y hasta partidos de fútbol en la residencia presidencial Mburuvicha Róga.
Esta regla se volvió inviolable luego de varios tropiezos iniciales de este gobierno, que aprendió a no cuestionar y respaldar los privilegios que van pidiendo los legisladores con mayores ingresos, seguros vip, jubilación vip, contratos a operadores y parientes, etc.
Peña aprendió a callar o a hablar solamente en favor de los parlamentarios, o a lo sumo lanzar críticas muy sutiles y tímidas, pero jamás vetar o cuestionar las intenciones de los legisladores de aumentar sus privilegios, como se vio recientemente con el caso de los autoaumentos aprobados en el Congreso.
Este viernes, Peña terminó agradeciendo la aprobación del Senado al Presupuesto General de la Nación para el año próximo (PGN 2025), y reconociendo la dependencia que tiene de los legisladores.
“Nadie puede solo, yo no puedo solo, un presidente de la República tiene mucho poder, pero tiene mucha responsabilidad, tiene que responder ante los siete millones de paraguayos. Un millón que están afuera, quiero que vuelvan, sueño con eso, pero no puedo solo, necesito de los senadores y diputados y voy a repetir mi agradecimiento”, fue lo que manifestó.
EXTORSIÓN. El único momento de tensión que se vivió en esta relación fue a fines del año pasado, cuando los parlamentarios ya pretendían el aumento salarial que recién ahora están logrando, con la venia de Peña.
A fines del 2023, Peña había presentado el presupuesto para este año y establecido ya un aumento de G. 5 millones para diputados y senadores, lo cual despertó críticas desde diversos sectores, y hasta el propio Horacio Cartes salió a rechazar dicho aumento, en ese entonces.
Peña dijo entonces que fue extorsionado por los legisladores y al final no se aprobó el aumento, pero este año sí.

DARDO RAMÍREZ
ultimahora.com
