Sandra Borghi rompe el silencio: su futuro en eltrece, los secretos de su cambio físico y el desafío de tener una familia ensamblada

“Fue un año fuerte. Lo que ocurrió no me pasó por alto”. Con esa frase, Sandra Borghi (49) comienza a abrir su corazón para charlar sobre lo que este 2024 le dejó. Un año en donde la exposición que le dio el caso de Fabiola Yáñez (43) la llevó a un límite, encontrándose en un lugar que no había deseado y viéndose obligada a replantearse ciertas cuestiones de la profesión.

Con más de dos décadas de trabajo en eltrece y TN, siendo la cara de Mediodía noticias, uno de los noticieros más importantes del mediodía en la tevé, recibe a Revista GENTE en el seno de su hogar ubicado en el barrio porteño de Belgrano para abordar por primera vez la verdad de lo que le deparará su futuro profesional.

En estos meses -en donde el mercado de pases en la pantalla chica está más que revuelto- se especuló con todo tipo de posibilidades para ella, pero las versiones nunca fueron confirmadas. Hasta se llegó a decir que tenía el ofrecimiento para ser la compañera de Rodolfo Barili en Telefe Noticias, algo que ella desmiente categóricamente.

“Fue un año movilizante en donde pasaron cosas propias de la sobreexposición que me hicieron replantearme aspectos de la carrera y hasta dónde uno de la tiene que jugar. Yo soy muy jugada, de las que va por todo. Yo llevo el periodismo en el alma y no mido riesgos. Esta característica muchas veces me puso en situaciones de riesgo o entre las cuerdas. En este camino de la búsqueda de la nota con Fabiola cometí muchos errores, pero sabía qué había. Cuando volví vi a mis hijos mal porque estuve expuesta. Me preguntaron por qué me metía en temas así. Me hicieron replantear eso”, cuenta con total sinceridad.

Borghi se define como “una mina que va al frente, y que cuando siente la nota se toma un vuelo y va en esa búsqueda”. Y, en parte, eso es lo que hizo en el caso de la exprimera dama que denunció a Alberto Fernández por violencia de género.

Y recuerda: “Era una entrevista que no tenía asegurada, pero sí el vínculo. Me decía que no estaba preparada para hablar, pero que me quería contar todo en off. Con el aval del gerente de noticias viajé a España, siendo la primera periodista que habló con ella y tuvo la información de primera mano. Me puse a disposición y quedamos en que el día en el que tenga el camino allanado íbamos a avanzar”.

“Cuando denunció conté todo lo que sabía. Después, pasó lo que pasó: decidió darle la entrevista a otro medio y a otra periodista por razones que ella sabrá. A partir de ahí entré en el ojo de la tormenta porque, en definitiva, fue la que contó por primera vez lo que ella me había relatado. En un coworking de Madrid me mostró imágenes, chats y me contó lo que tiempo después se vio al aire en todos los noticieros. Me costó mucho procesar toda la información que tenía en la cabeza”, dice.

-Vos me hablas de que llevas el periodismo en la sangre, ¿cómo te impactó el hecho de que la nota la terminó haciendo otra periodista después de todo el tiempo que invertiste vos?

-En el momento sentí una frustración emocional y profesional. Una de las cosas que más me tiró abajo fue el hecho de no poder tener la nota luego de haber construido un vínculo desde marzo y ella dio la nota a fines de julio (a Tatiana Schapiro). Trabaje mucho por esa nota. Hable horas y horas por videollamada, viaje a España, todo. Es cierto también que en el canal hay una cuestión ética (por los rumores de que Infobae pagó por esa entrevista) a la hora de buscar el periodismo y la verdad. Yo fui hasta las últimas consecuencias, pero bajo los límites que tenemos como medio. Llegamos hasta donde pudimos.

-¿Te afectó en la salud?

-De los nervios y la frustración me salió un quiste en la frente que me lo tuvieron que sacar. Estuve con la cara vendada una semana. Nunca me pasó algo así.

-¿Estuvo en riesgo tu puesto como conductora del noticiero?

-No. Nunca. Siempre conté con el respaldo total y absoluto del gerente de noticias y de los accionistas. Eso queda avalado con mi permanencia en la pantalla en todo momento. La mejor manera de bancar a una conductora es estando al aire, y yo estuve siempre al aire. El lugar que elijo es eltrece y es el lugar en el que me quiero quedar. Eltrece es mi casa, mi familia. Desde la recepcionista, a los chicos de vestuario y maquillaje.

-¿Pero existieron ofertas de otros canales?

-Es cierto que existieron justo en ese mismo momento en donde en todos lados decían que yo me iba del canal. Pero a todos les digo lo mismo: no cambio noticiero por otro noticiero, al menos por ahora. Si cambio es porque hago un salto radical en mi carrera. Irme de una señal para hacer lo mismo en otra, no. Estoy bien donde estoy. Me siento cuidada y siempre tuve la posibilidad de crecer.

-¿Y qué hiciste cuando hablaba de tu pase en los medios?

-Llamé a Ricardo Ravanelli (director de noticias de ARTEAR) y le dije: “no me voy de este canal, no me voy a ese noticiero”. Tuve la necesidad de levantar el teléfono. Después no se habló más del tema. En ningún momento me llamaron para decirme que no estaban conformes con mi tarea. Y la frase fue: “La única forma de decirte que te bancamos es estando al aire”.

-A todo esto se le sumaba lo que se decía de vos sobre cuestiones internas de tu trabajo en el canal, tal como lo hacía Yanina Latorre en LAM o en el programa A la tarde.

-Entiendo el juego. Sería inocente de mi parte decir que no me la esperaba, pero tampoco imaginaba semejante revuelo. No me podía explicar cómo el hecho de ir a buscar una nota derivó en todo eso. Dijeron barbaridades, cosas que no eran ciertas. Me generó mucho dolor, me hizo daño. Los pactos o acuerdos que yo tengo con el canal es un arreglo entre privados. Ni siquiera tenían información real. La pantalla era una carnicería. Tuve el apoyo de compañeros que me quisieron mucho.

-¿Quiénes?

-Con José Gil Vidal quedamos muy amigos, una vez por mes nos juntamos a comer. Recién me sonó el timbre y eran unos vinos que él me regaló. Con el Pollo Álvarez quedamos también amigos de la época de Nosotros a la mañana. También lo nombro a Fabián Doman que un día levantó el teléfono para decir que las cosas que contaban sobre mi no me representaban. “Le están pasando otra factura. Yo la banco, es mi hermana menor y pongo las manos en el fuego por ella. Toda la vida laburó. Salió a defenderme”, dijo.

-¿Coincidís en esa teoría de Fabián de que te estaban pasando una factura?

-No sé. Creo que es propio del juego. Me venían a buscar cronistas a la puerta del canal y de mi casa. se me ponían adelante del coche. Fue desmedido porque no tenía ninguna noticia para contar. Me buscaban por todo eso que se decía y que no era cierto. Mentiras que terminaron creando una historia que no era real. Pero la verdad siempre decanta en la verdad.

-Vos también levantaste el teléfono para dar tu versión en el programa de Karina Mazzocco...

-En realidad me escribió ella. Me preguntó si podíamos hablar aprovechando que nos conocíamos porque nos conocemos porque nuestros hijos van al mismo colegio. La atendí, y cuando me di cuenta estaba al aire. Me percaté cuando me empezó a hablar todo el panel.

El desafío de tener una familia ensamblada

“Tener una familia ensamblada es divertido. Las familias tradicionales no existen más, hasta te digo que es un concepto que no califica”, manifiesta sobre la multitud que vive en el hogar. Los tuyos, los míos, y los nuestros en su mejor expresión. “Con Fernando unimos fuerzas”, remata.

“Él me apoya, me acompaña y me estimula en mi carrera. Y yo hago lo mismo con él. Complementamos en las diferencias. Como en toda familia, hay momentos en donde aparece la fricción o los choques. Pero nuestros cuatro hijos nos dieron la lección de bancarse entre sí como en un bloque”, cuenta.

“El año que viene cumplo 50 quiero que nos vayamos los seis juntos de vacaciones. Ya empiezan a estar grandes y las vacaciones solos son imposibles porque siempre aparece un novio o un amigo”, agrega.

-¿Cómo sos como madre?

-Soy una madre a la que no se le escapa nada. Mi marido dice que estoy al aire y tengo el control remoto de mi casa en mis manos. Controlo todo. No se me escapa un detalle. Soy la que organiza la comida, la que sabe cuando tienen exámenes, la que arma el armario, todo. Trato de no ser sobreprotectora para que construyan su propia experiencia de vida, pero estoy muy encima. Tengo todos los frentes controlados: tengo las ubicaciones de todos en mi celular permanentemente. Es un laburo que no te da paz, pero ser madre es mi primer rol en la vida.

La transformación física de Sandra Borghi

Todos los días a las 8 de la mañana la cita es con el gimnasio. “Es mi momento de dedicarme a mi salud, mi bienestar. Para poder amar hay que estar bien una”, manifiesta sobre el cambio de chip que la llevó a bajar ocho kilos.

“No estaba cómoda con mi cuerpo. Soy petisa y siempre fue un tema en mi vida. Esto implica que para verme bien tengo que mantenerme en estado porque siento que si engordas unos kilos no los podes disimular. Yo no quiero naturalizar esto, pero no me dejaba conforme lo que me devolvía el espejo”, se sincera.

“Es por eso que hace un año decidí llegar a mi peso médico haciendo un tratamiento con un grupo de nutricionistas que me hicieron una guía y seguimiento. No es una dieta, y eso me gustó. Yo vivía a dieta y no bajé un gramo. Con ellos incorporé hábitos saludables como hacer actividad física, algo que ahora no negocio”, explica.

“La gente te cuestiona y te dice por qué haces dieta si estás flaca. Y el estar o no flaca es subjetivo. ‘Estas flaca, ¿Estas enferma?’. Me ponen eso y me vuelvo loca porque mis hijos ven las redes. Yo estoy tranquila porque estoy acompañada por un grupo de profesionales. Verte bien también es un tema de salud mental porque me pone en autoestima alta y me deja entrar a un lugar de mayor seguridad”, dice.

El sueño de la gran casa familiar

Los vaivenes económicos hicieron que el sueño de la casa propia se transforme, para muchos, en una utopía.

“Mi marido y yo teníamos dos departamentos chiquitos. Cuando hace 13 años nos fuimos a vivir junto y unimos las dos familias alquilamos uno grande para que entremos todos. Mi departamento yo lo había comprado cuando tenía 30 años con un crédito que terminé de pagar hace dos meses, con cuotas fijas de 1.200 pesos. Una locura. Eso me permitió de joven tener la primera vivienda”, comienza contando.

Y sigue: “El alquiler se mantuvo, pero el año pasado con el delirio del dólar escaló un montón en pesos y me lo quisieron dolarizar a 1.200 dólares por mes. Yo a ese alquiler no lo podía seguir manteniendo por el valor, y tenía el otro departamento ocupado porque lo alquilaba. Entonces, como no teníamos capacidad de sacar un crédito, compramos un departamento juntos con ayuda familiar. Mis suegros, mi cuñado, mi mejor amiga Mariel di Lenarda, otro amigo que se llama Claudio. Todos pudieron plata y recién ahora terminamos de saldar las deudas”.

“Este episodio de ‘me tengo que ir porque no puedo seguir pagando el alquiler’ lo conté en Instagram (tiene 1,2 millones de reproducciones y 49 mil me gusta) y estalló. Era el momento en el que varios famosos decían que no podían cubrir el costo del alquiler. Se viralizó y las marcas me contactaban para ofrecerme sus servicios a cambio de canje por publicidad. Me llovían las oportunidades. Pude rearmar este departamento que se caía a pedazos con eso”, revela con alegría.

“Una firma de griferías, una empresa de electricidad, otra de pinturas y puntualmente se me acercó una seguidora para ofrecerme hacer todo el interiorismo. De esa forma, lo que podría haber tardado cinco años por los costos, terminó siendo una cuestión de meses”, valora.

“A Leti le debo la vida. Acá metieron una inversión de 50 millones de pesos porque me montaron la casa íntegramente. Este departamento es un sueño. De no poder pagar el alquiler pasamos a tener este hogar hermoso”, manifiesta emocionada.

Fotos: Chris Beliera
Video y edición: Cande Petech y Rama Palais

Maquilló: Silvana Mazzolla @silmazzolla

Painaron: Luciano Castro @lucianocastro1 y @laureanohair

Estilismo: Lucila Romano @lucilaromanook

Agradecemos a @grungebsas, @annarossattiok y Soledad LLladó de @floracomunicaciones