Madres, hermanas y abuelas de presos políticos claman justicia frente al Ministerio Público

Una nueva jornada de protesta organizada por los familiares de los presos políticos venezolanos se vivió el jueves, 21 de noviembre, en el centro de Caracas. La convocatoria fue atendida masivamente por personas que viajaron desde otras ciudades del país hacia la capital con el objetivo de dar a conocer los casos de sus familiares y exigir su liberación.

A diferencia de otras actividades de protesta, en este caso el foco era exigir la liberación de los presos políticos de las protestas postelectorales, pero también de las cientos de personas que ya estaban recluidas en centros de detención por el simple hecho de disentir del gobierno venezolano.

Efecto Cocuyo conversó con los familiares para conocer sus historias y cómo ha sido la espera en las afueras de los centros de detención ante la expectativa de una posible excarcelación que, todavía, no ocurre.

Familiares de presos políticos se mantienen en las calles exigiendo libertad

Después de la ronda de excarcelaciones que se inició el pasado viernes 15 de noviembre y donde, según cifras del Ministerio Público, fueron afectadas 225 personas, todavía quedan cientos de detenidos en los principales centros de reclusión del país.

Sus parientes, al conocer la noticia de una posible excarcelación, marcharon a las afueras de los penales para esperar información. Sin embargo, tras días de incertidumbre, de dormir en el suelo y pasar hambre y frío, no se han dado más excarcelaciones.

Entonces, los familiares, principalmente mujeres, acudieron este jueves 21 de noviembre a la sede de la fiscalía, ubicada en Parque Carabobo. Antes de consignar un documento destinado a Tarek William Saab, los manifestantes compartieron testimonios con los medios de comunicación y expresaron en qué condiciones se encuentran recluidas las personas.

Sol Ocariz es hermana de Edward Ocariz, un hombre que fue sacado de su casa en la parroquia Coche de Caracas el 2 de agosto, mientras estaba haciendo el almuerzo. Edward es activista por los derechos humanos y era una de las personas que siempre estaba presente en protestas de este estilo. Hoy le toca a su hermana, quien, además, ha tomado un rol de liderazgo y motivación para el resto de las mujeres que pasan también tienen un familiar preso.

“Mi hermano fue secuestrado de su casa. Sin ninguna orden. Hasta el momento sigue preso. Tiene tres patologías de salud, pero no salió en esta ronda de excarcelaciones. Él tiene hipertensión y está a punto de un infarto o de un accidente cerebrovascular”, dijo Sol Ocariz a Efecto Cocuyo.

Sin embargo, ella saca fuerzas de donde no tiene para animar y organizar a las demás personas. “Hoy esperamos que el fiscal entienda que hay casos individuales. A mi hermano lo sacaron de su casa. Los agentes policiales lo involucraron en otras cosas, pero a mi hermano lo sacaron de su hogar mientras no estaba haciendo nada”, recordó Sol Ocariz.

Una visita a Venezuela que se volvió eterna

Andrés Vásquez lleva unos diez años viviendo en Panamá. Es ingeniero y tiene una empresa en el país centroamericano. El 18 de julio decidió viajar a Venezuela para celebrar el cumpleaños de su pareja y, quedarse unos días más para votar en las elecciones presidenciales. Él y su familia son de Trujillo.

Cuando Andrés emprendió su viaje de vuelta, el 4 de agosto, voló desde el estado andino hasta Maiquetía y, desde ahí tomaría otro avión para Medellín. Sin embargo, en Maiquetía le notificaron que había un problema con su pasaporte. Desde ese momento, su familia no supo más nada sobre él hasta dos días después cuando se enteraron que estaba preso.

“Logramos encontrarlo. Primero lo llevaron a Mariperez y luego a la Zona 7. Después lo trasladan de nuevo y pasamos 20 días sin saber donde estaba hasta que nos enteramos que lo tenían en Tocorón. Lo inculpan de terrorismo, pero ya nosotros demostramos que todo eso es falso. Él está encerrado, sin derecho a nada, sin haber cometido un delito. Esto es demasiado fuerte. Su mamá tiene una crisis hipertensiva que nació a raiz de esto”, dijo María Carrillo, suegra de Andrés Vásquez.

María explica que en su familia se dividen las actividades para poder ayudar a Andrés y que su caso no se olvide. “Ha bajado de peso, pero él le dice a mi hija que tiene esperanza de salir pronto”, recuerda María Carrillo. Ella rompe un tanto en lágrimas al señalar que los planes de su hija y Andrés eran irse juntos a Panamá y empezar una vida como pareja. “Míralo, hasta mis nietos saldrían hermosos”, dijo entre lágrimas María.

Una abuela clama por la libertad de su nieto

En el piso de la plaza de Parque Carabobo, frente a la sede del Ministerio Público, reposan las imágenes y nombres de decenas de presos políticos. En blanco y negro, todas se acompañan. A la izquierda hay una tela negra con letras blancas que dice “liberen a todos los presos políticos” y una más que pide una navidad sin presos políticos.

Las personas pasan y miran con detenimiento algunas de esas fotos. Entre ellas está Aura Rosa Yépez, una mujer de 79 años de edad que tiene a su nieto detenido en Barquisimeto, estado Lara. Aura tiene el pelo rojo y un andar lento, pero seguro. En su mano derecha tiene su teléfono donde muestra con orgullo una foto de ella con su nieto, Juan Diego Lucena.

“A él lo detuvieron por defender el voto. Eso fue en Sanare. Apenas lo he podido ver una sóla vez. Él está detenido en el Conas de Barquisimeto. Yo tenía meses sin verlo, pero yo lo vi y lo abracé. Yo deseo de todo corazón que me suelten a mi muchacho”, manifestó Aura Rosa a Efecto Cocuyo.

Las condiciones de reclusión en el Rodeo y Tocuyito: agua en mal estado, comida podrida y visitas encapuchadas

Una de las principales quejas de las personas que protestaron este jueves 21 de noviembre era sobre las condiciones de reclusión en las que se encuentran su familiares.

Desde alimentos en descomposición, hasta agua de pozo. La alimentación es deplorable, pero también el trato a los familiares en días de visita.

“Las condiciones en el Rodeo son deplorables. No nos permiten el ingreso de agua potable. Todavía seguimos viendo a nuestros familiares y nos ponen capuchas para llegar al área de visita. A ellos los esposan. Varios de los recluidos tienen diarrea por hasta 15 días. Tienen hongos en el cuerpo. La comida es poquísima y ellos siguen bajando de peso. Le pedimos a la comunidad internacional que ponga sus ojos en los presos políticos en Venezuela”, manifestó Hiowanka Rivas Ávila, hermana de Henryberth Rivas Ávila.

Mientras tanto, Marta Cardona, madre de Luis Quiñones, recuerda que su hijo fue detenido mientras estaba haciendo la venta de una bicicleta. Ahora está recluido en Tocuyito, donde las condiciones de detención son inhumanas.

“Les dan comida con gusanos, comida con uñas, comida con pelos. Les dan frijoles pasados y eso les da diarrea. El agua es amarilla, es de pozo, insalubre. A nostros sólo nos permiten pasar un kilo de chucherías y a veces los custodios sacan parte de eso”, dijo la madre de Luis Quiñones.

Mientras esto ocurre puertas adentro de los penales; puertas afuera la desesperación por la espera de información sobre los detenidos es el principal sufrimiento de los familiares que tienen que resolver su estadía en algún lugar cercano a las cárceles o simplemente dormir en el piso.

Jaime Cadenas, un hombre de 61 años detenido mientras compraba en Farmatodo

María Eugenia Cadenas sostiene la foto de su hermano, Jaime. Más abajo tiene un cartel que dice “navidad sin presos políticos” también está escrito el número 61. Esa es la edad de Jaime, quien fue detenido en Guarenas el 29 de julio.

María Eugenia cuenta que su hermano fue a comprar unas cosas en Farmatodo y que, al salir, un grupo de funcionarios lo abordó y se lo llevó. Jaime levantó las manos mientras las personas que estaban dentro del local le pedían a los policías que dejaran al hombre en libertad pues no estaba haciendo nada malo.

“La gente gritaba para que lo dejaran en libertad. A él lo golpearon, lo lanzaron en una unidad de la Policía Nacional. Luego de un mes se lo llevaron a Yare. Pasamos semanas buscándolo. Primero nos decían que estaba en Tocorón y fuimos hasta allá, pero nos enteramos que no era verdad. Luego de varias semanas me dicen que está enfermo”, recordó María Eugenia Cadenas.

“Yo he podido abrazar a mi hermano y ahí me doy cuenta de lo delgado que está. Está muy vulnerable y no sabemos nada de lo que puede pasar con él. Pensé que lo podían liberar porque es una persona de tercera edad, pero tuvimos una espera eterna. Al final no lo soltaron”, dijo con decepción María Eugenia.

Entrega de documento y un mensaje para Tarek William Saab

Una comitiva de tres manifestantes ingresó a la sede del Ministerio Público en Parque Carabobo con un documento dirigido a Tarek William Saab. Sin embargo, el resto de los manifestantes no se quedó atrás. Las personas se posaron en la entrada del edificio y ahí alzaron su voz con la esperanza de hacer un ruido suficientemente fuerte que permita la liberación de sus familiares.

Francis Fernández, esposa del periodista y activista Carlos Julio Rojas, dio un mensaje directamente a Saab. «Hay un video donde se lo ve él a diciendo que le respetaran sus derechos humanos. Yo le digo a él ahora que vea ese video y que se ponga en el lugar de todas las personas detenidas. Hoy yo le pido que le respeten sus derechos a todas las personas que están presas. La libertad es un derecho», dijo Fernández.

Al final de la actividad, los manifestantes cantaron el himno de Venezuela, entre lágrimas, esperando que esta vez sí pueda darse el milagro de pasar la navidad con aquellos familiares que fueron apresados injustamente.