El presidente Gustavo Petro ha anunciado que el gobierno estima una inversión inicial de 1,7 billones de pesos para atender y reubicar a las comunidades afectadas por la actual emergencia climática. La declaración se dio este miércoles durante su llegada a Quibdó, Chocó, donde inspeccionó las zonas inundadas desde el aire antes de liderar un Puesto de Mando Unificado (PMU) para evaluar medidas ante las lluvias que golpean al país. Petro enfatizó que esta cifra representa el costo inmediato de asistencia, aún en desarrollo, y es apenas el primer paso hacia soluciones más estructurales.
El mandatario destacó que la prioridad es proporcionar ayudas inmediatas, especialmente en alimentos y servicios de salud, al tiempo que cuestionó las políticas de atención a desastres que se han aplicado en el país. “La atención de desastres en Colombia ha consistido solo en eso, en una asistencia puntual, sin ofrecer soluciones de largo plazo que eviten la repetición de las tragedias”, explicó. Según Petro, el contexto climático global obliga a los gobiernos actuales a manejar crisis de manera constante, transitando “de desastre en desastre” y con problemas cada vez más graves. En este sentido, subrayó la necesidad de proteger la vida y preparar a las comunidades para enfrentar un futuro de desastres climáticos crecientes.
El presidente también denunció la inexistencia de un mapa de alto riesgo en Colombia, un instrumento que por ley debería ser elaborado por los municipios a través de sus planes de ordenamiento territorial. Sin embargo, precisó que muchas de estas localidades, sobre todo las más vulnerables, carecen de los recursos para llevar a cabo esta tarea. “Debe ser asumido por la Nación”, señaló, reafirmando la urgencia de contar con estos mapas para impulsar reubicaciones obligatorias en las zonas de mayor riesgo climático. Petro destacó que, para persuadir a las comunidades, se necesitan proyectos de reubicación atractivos que no solo aseguren su seguridad, sino que les ofrezcan un futuro prometedor.
El mandatario hizo referencia a los errores cometidos en anteriores reubicaciones, como en San Andrés y Providencia, donde un mal diseño de proyectos urbanísticos y la corrupción derivaron en desfalcos. “No se puede diseñar un plan urbanístico desde una oficina en Bogotá para regiones con culturas completamente distintas”, afirmó, criticando la gestión de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y exigiendo que esta entidad maneje con transparencia los recursos destinados a emergencias.
Petro llamó a abandonar las prácticas de ingeniería que buscan dominar al agua a través de la canalización o construcciones que la obstruyen. “El agua recuperará su espacio con fuerza, y si no adaptamos la ingeniería, el urbanismo y la localización poblacional, los desastres serán mayores y cada vez más mortales”, concluyó.
carloscastaneda@ prensamercosur.org
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