El músico británico compartió algunos secretos sobre la evolución del legendario vocalista y sorprendió a sus seguidores
El baterista de Queen, Roger Taylor, ha sorprendido a los fanáticos de la banda al revelar un aspecto inédito sobre el proceso de integración de Freddie Mercury al grupo, un detalle que hasta ahora había permanecido oculto en la historia de uno de los íconos más célebres del rock. La revelación fue realizada durante una reciente entrevista en la que Taylor, quien conoció a Mercury antes de que tomara su nombre artístico, brindó un relato íntimo de los desafíos y la particularidad de ese inicio.
Para entender esta revelación, hay que remontarse a la época en la que Queen aún no existía como tal. A fines de los años 60, Roger Taylor y el guitarrista Brian May tocaban juntos en una banda llamada Smile. Por aquellos años, Mercury, cuyo nombre real era Farrokh Bulsara, era un admirador y amigo cercano del grupo. Taylor recordó cómo el joven Freddie, todavía en busca de su propia identidad musical, solía ofrecer consejos sobre su puesta en escena y el estilo visual de la banda.
“Él ya era único; se notaba que su personalidad se encontraba más allá de lo ordinario”, comentó Taylor en la entrevista con el portal británico Guitar.com. Sin embargo, lo que pocos conocían era que, según el baterista, el propio Freddie tenía ciertas inseguridades sobre su capacidad vocal, una revelación que choca con la imagen de seguridad que Mercury proyectó al mundo.
Mercury insistía en formar parte de la banda, pero Taylor y May eran conscientes de que el estilo extravagante del joven podía ser demasiado arriesgado para un público acostumbrado al rock clásico de la época. “Freddie siempre nos decía que podía hacer algo distinto, que podía llevar el espectáculo más allá de lo que imaginábamos”, detalló Taylor. No obstante, en los primeros encuentros, su estilo aún no encontraba la fuerza y cohesión que lo haría inmortal.
A pesar de ello, fue la insistencia y visión de Freddie lo que eventualmente convenció a sus futuros compañeros de darle una oportunidad. Taylor confesó que, durante aquellos primeros días, llegaron a preguntarse si la personalidad avasallante de Mercury podría encajar con el enfoque musical serio que tenían en mente para la banda. Pero la prueba fue inmediata: con Mercury al frente, su presencia en el escenario transformó por completo la dinámica del grupo.
La narración de Taylor arroja luz sobre la realidad de esos primeros momentos. Según relató, uno de los primeros ensayos de la banda con Mercury fue algo caótico: “La energía era desbordante; él no solo quería cantar, quería dirigirlo todo, desde las luces hasta los movimientos de cada uno”, recordó el baterista, sonriendo al rememorar los desafíos iniciales de trabajar con alguien tan lleno de ideas. Para muchos músicos, una actitud como esa podría haber sido motivo de conflicto, pero Taylor y May supieron ver en ello el potencial de una verdadera estrella.
Esa disposición de Mercury de tomar el mando e innovar en cada aspecto del espectáculo fue, paradójicamente, lo que afianzó la química del grupo. Poco a poco, cada uno de los integrantes fue cediendo espacio a la energía creativa de Freddie, hasta el punto en que Queen ya no podía imaginarse sin él al frente.
Curiosamente, Taylor también reveló un dato poco conocido sobre el propio Mercury: su nombre artístico y la simbología detrás del logo de Queen. “Freddie diseñó el logo basándose en los signos zodiacales de cada uno de nosotros. Era increíblemente meticuloso con esos detalles”, comentó,
emocionado al recordar la sensibilidad artística de su amigo.
El icónico logo de la banda, con leones, cangrejos y hadas rodeando una gran corona, fue el producto de esa visión simbólica de Mercury. Fue un intento de proyectar visualmente la unión y grandeza que quería para Queen. “Era como si Freddie supiera desde el primer día que íbamos a hacer historia”, confesó Taylor. “Él tenía un sentido estético y un instinto para la teatralidad que siempre estaban presentes, incluso antes de que tuviera la experiencia”.
Los comienzos de Mercury en Queen estuvieron marcados por la búsqueda y la experimentación, un proceso que hoy parece evidente, pero que entonces fue un camino de incertidumbre para todos. Las anécdotas compartidas por Taylor resaltan un lado más humano y vulnerable del ídolo que, tras décadas de mitificación, suele quedar opacado.
Según el baterista, los primeros ensayos no estuvieron exentos de tensiones, dado que Mercury buscaba constantemente perfeccionar su imagen y su técnica. Incluso, asegura que Freddie solía practicar durante horas frente al espejo, ensayando gestos y poses, algo que a Taylor y a May les resultaba tanto fascinante como extraño. “Freddie quería ser perfecto; sabía que el escenario iba a ser su templo, y quería dominar cada aspecto de su presencia”, reveló el baterista.
Además, Taylor confesó que hubo momentos de dudas y conflictos sobre cómo integrar la extravagancia de Freddie al sonido que ellos habían imaginado. Pero, con el tiempo, el virtuosismo y la entrega del cantante se volvieron esenciales para definir lo que sería Queen. Esa ambición y búsqueda constante de perfección hicieron que Freddie se ganara el respeto de sus compañeros, quienes, al ver la devoción con la que abordaba su arte, entendieron que habían encontrado al frontman perfecto.
Finalmente, la anécdota de Roger Taylor subraya cómo Queen, desde su mismo origen, estuvo marcado por la mezcla única de talentos, visiones y hasta desafíos personales que sus miembros lograron amalgamar. “Lo que fuimos, lo que somos, no podría haber sido sin Freddie. Nos enseñó a todos a buscar algo más allá de lo evidente”, concluyó, recordando con nostalgia esos primeros días.
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