La humanidad tiene, al menos, 100 años de margen antes de tener que enfrentarse a un meteorito del tamaño del que provocó el fin de la era de los reptiles gigantes. No obstante, la amenaza es real y para no correr la misma suerte que los dinosaurios, la Agencia Espacial Europea (ESA) lanzará este octubre la primera misión de defensa planetaria del viejo continente: Hera.
El propósito de la ESA es alcanzar, hacia finales de 2026, dos asteroides que ya han sido explorados por la NASA hace dos años: Didymos, de casi 800 metros de diámetro y Dimorphos, de 150 metros y que, como si de una Luna se tratase, gira alrededor del primero. “Somos la primera generación capaz de desviar un asteroide”, ha asegurado en rueda de prensa Michael Kueppers, científico de la ESA involucrado en el proyecto.
Kueppers se refiere al éxito de la misión estadounidense Dart que, en septiembre de 2021, supuso hacer impactar, al mejor estilo kamikaze, un satélite contra Didymos con el fin de modificar su trayectoria. “Logramos alterar la órbita en torno a media hora, una deflexión mayor de la que se esperaba”, ha destacado Ignacio Tanco, director de vuelo de la ESA.
Este logro es todo un hito en la historia de la defensa planetaria si se tiene en cuenta que Dimorphos, a pesar de ser el menor del par de asteroides, está calificado como un City Killer, es decir, un meteorito capaz de arrasar con una ciudad entera si llegase a impactar contra la Tierra. “Podría acabar con Madrid, pero no es tan grande para afectar a toda España”, ha detallado Kueppers.
Ahora, el objetivo de la nave europea será, justamente, estudiar las consecuencias del impacto de Dart sobre Dimorphos. En este sentido, Hera intentará descifrar qué tan eficiente ha sido la misión de la NASA y averiguar si se ha formado un cráter sobre la superficie del asteroide o si este ha experimentado cambios en su forma tras el choque. Asimismo, se analizará cuál es la composición interna de Dimorphos.
La misión europea
De acuerdo a las previsiones de la ESA, Hera se acercará a los asteroides hacia octubre de 2026, a una distancia de 195 millones de kilómetros de la Tierra. El primer intento de lanzamiento, a bordo de un cohete Falcon 9 de la empresa SpaceX, tendrá lugar este lunes 7 de octubre desde Estados Unidos. De no poder llevarse a cabo ese día, se puede intentar un nuevo lanzamiento de forma diaria hasta el 27 de octubre. Esta fecha está marcada en rojo en el calendario de la ESA, dado que más allá de ese día la siguiente posibilidad no sería hasta octubre de 2026, lo que obligaría a retrasar dos años toda la misión.
Para poder llevar a cabo su cometido, la nave está equipada con 12 instrumentos para la recopilación de una amplia variedad de datos. Estos mecanismos también emprenderán, a lo largo de los dos años que le llevará a Hera alcanzar los asteroides, distintas demostraciones tecnológicas para su utilización en misiones futuras.
La nave que Europa enviará al espacio transporta, además, otros dos satélites más pequeños, Juventas y Milani, que serán liberados llegado el momento para cumplir con misiones secundarias. Al finalizar con sus cometidos en vuelo, estos satélites del tipo CubeSat aterrizarán en Dimorphos para, entre otras tareas, realizar mediciones de su campo gravitatorio.
De igual manera, Hera también podría llegar a aterrizar en uno de los polos de Didymos hacia el final de su vida útil, con el objetivo de captar imágenes de muy alta resolución de la superficie del mayor de los asteroides. Sin embargo, desde el equipo de la ESA han detallado que esto se decidirá a lo largo de los seis meses que dure la misión científica.
Participación de España
Según la información difundida por la ESA, Hera ha supuesto una inversión de 363 millones de euros, con los que se ha cubierto tanto la nave espacial, el diseño de los instrumentos y satélites secundarios, el lanzamiento y las operaciones a lo largo de los años que dure la misión. En el desarrollo de Hera han participado más de 70 empresas e instituciones europeas de 18 de los estado miembros de la Agencia Espacial Europea. Asimismo, en la misión también ha estado involucrado Japón.
En este sentido, la industria espacial española ha tenido un destacado papel en la misión. La empresa GMV ha liderado el desarrollo del sistema de guiado, navegación y control de la misión, mientras que la firma Emxys ha sido responsable de la electrónica del gravímetro de Juventas. Por su parte, la compañía Sener ha fabricado las antenas de baja ganancia de Hera y la filial española de Thales Alenia Space, con sede en Tres Cantos (Madrid), ha estado al frente del diseño del subsistema de comunicaciones.
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