La producción de cocaína se triplicó en la última década, provocando un impacto sin precedentes en Latinoamérica. El auge del narcotráfico intensificó la violencia, desafiando la estabilidad de las naciones, según el Informe Mundial sobre Drogas 2024, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
En 2022, la producción de cocaína alcanzó un récord histórico de 2757 toneladas, un aumento del 20 por ciento respecto a 2021; el triple de los volúmenes registrados en 2013 y 2014. Paralelamente, el cultivo mundial de hoja de coca se expandió en 12 por ciento entre 2021 y 2022, llegando a 355 000 hectáreas, detalla el informe.
La mayor oferta y demanda de cocaína impulsada por su bajo costo, según UNODC, genera una escalada de violencia en rutas de tránsito como Ecuador y el Caribe. Además, provoca graves problemas de salud pública en los países consumidores, especialmente en Europa Occidental y Central.
“El informe de la UNODC es una mala noticia: la producción de coca y cocaína se triplicó en la última década”, recapituló a Diálogo el 10 de agosto Jorge Serrano, miembro del equipo de asesores de la Comisión de Inteligencia del Congreso de Perú. “Esta escalada supera con creces las peores previsiones y exige una respuesta inmediata y coordinada”.
El incremento en la producción de hoja de coca y cocaína no solo alimenta al crimen organizado, sino que también socava las bases de la democracia en la región. “La escalada de violencia y corrupción asociada al narcotráfico, erosiona la confianza de los ciudadanos en sus gobiernos, debilita las instituciones y pone en riesgo al Estado de derecho”, dice Serrano.
“Los países productores como Perú, Colombia y Bolivia podrían enfrentar una crisis sin precedentes que amenace su estabilidad y su futuro y el de las naciones de tránsito”, agregó. “Ecuador es una muestra palpable de esto. En la última década pasó de ser uno de los países más tranquilos y relativamente seguros a ser un país poco manejable, sin que produzca un solo gramo de cocaína”.
Centro del narcotráfico
UNODC indica que Ecuador es epicentro del narcotráfico. La presencia de grupos delictivos transnacionales y locales intensifica las disputas por el control de las rutas del narcotráfico, lo que desencadena un aumento exponencial de los homicidios, especialmente en zonas costeras, usadas para exportar drogas a Norteamérica y Europa.
En 2023, el país registró 7600 homicidios relacionados con el crimen organizado, una de las tasas más altas de la región. El decomiso de más de 220 toneladas de droga en 2023 y 77,5 toneladas adicionales en los primeros meses de 2024, confirma la posición de Ecuador como un punto clave en las rutas del narcotráfico, publicó el 6 de mayo la plataforma Voz de América (VOA).
Ante esta crisis, la comunidad internacional tomó medidas. La UNODC anunció en mayo la apertura de una nueva oficina en Ecuador para combatir el tráfico de cocaína, informó el diario ecuatoriano El Comercio. Mientras, Ecuador y los Estados Unidos han incrementado la cooperación para fortalecer las capacidades del sector de seguridad del país sudamericano. Entre los acuerdos se encuentra el aumento de la colaboración en asuntos técnicos, mejores prácticas, lecciones aprendidas y equipamiento, incluyendo la capacitación de las Fuerzas Armadas del Ecuador y la adquisición de recursos esenciales.
VOA indicó que la posición geográfica de Ecuador lo ha transformado en un eslabón fundamental en la cadena del narcotráfico internacional. La droga, que ingresa desde sus vecinos del norte (Colombia y Perú), es almacenada en el país antes de ser exportada a los principales mercados consumidores del mundo, a través de puertos como el de Guayaquil. “Un negocio que no tiene paragón con otros”, precisó Serrano.
El Caribe, punto clave
“Los países del Caribe se encuentran en una posición extremadamente vulnerable ante el narcotráfico. La ruta más corta para la cocaína que sale de Colombia hacia los EE. UU. atraviesa Venezuela, convirtiendo a esta región en un corredor estratégico para el tráfico de drogas,” precisó Serrano. “Esta situación expone a los países caribeños a una serie de amenazas como la violencia, la corrupción y el lavado de dinero”.
La intensificación de la violencia en esta región se atribuye principalmente a las disputas entre grupos criminales por el control de las rutas del narcotráfico, según UNODC. Países como Haití, Jamaica, Puerto Rico, República Dominicana y el Caribe neerlandés, se convirtieron en puntos clave para el tránsito de grandes cantidades de cocaína, marihuana y otras drogas, según el sitio especializado en crimen organizado en Latinoamérica InSight Crime.
Además, señala que las extensas y poco vigiladas costas caribeñas, combinadas con un intenso tráfico marítimo y aéreo, facilitan el ocultamiento de cargamentos ilícitos. Zonas remotas como la Mosquitia centroamericana fueron convertidas en nodos estratégicos para el despacho y transbordo de drogas; además de la proliferación de armas de fuego ilegales, impulsada por las organizaciones criminales transnacionales.
Dada la vulnerabilidad de muchas naciones caribeñas ante el narcotráfico, los EE. UU. asumieron un papel clave en la lucha contra este flagelo. A través de la Iniciativa de Seguridad de la Cuenca del Caribe y las operaciones del Comando Sur, han invertido más de USD 900 millones desde 2010, para fortalecer la seguridad marítima y portuaria en 13 países de la región, precisó Insight Crime.
Reformulación integral
Es importante considerar que a este escenario se suma la proliferación de otras drogas como el fentanilo, que está ingresando a los EE. UU. desde México, causando una ola de muertes y criminalidad sin precedentes, manifestó Serrano. “También está la implicación de las mafias del narcotráfico en actividades propias del Estado, dando lugar a la aparición de señores de la guerra del narcotráfico en diversas regiones”.
“Es crucial adoptar un nuevo enfoque global para combatir el tráfico ilícito de drogas. Estamos en un punto de inflexión, que exige una reformulación integral de la estrategia en todos los niveles, ya que el narcotráfico y otros delitos conexos están aumentando en toda América”, advirtió Serrano. “Los EE. UU. deben convocar a las democracias latinoamericanas, para diseñar y fortalecer una estrategia conjunta frente a estas amenazas”.
Laura Solano
Fuente de esta noticia: https://dialogo-americas.com/es/articles/el-auge-de-la-cocaina-aumenta-violencia-en-latinoamerica/
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