Ha terminado la serie «Evil»: el mal es castigado, los que creen distinto pueden ser amigos y luchar

Ha finalizado la teleserie Evil (Maligno, en algunos países hispanos), una serie de ficción muy especial, con su trío de investigadores y asesores de exorcismos, cumplidos 50 capítulos y 4 temporadas.

El padre Acosta, la agnóstica psicóloga Kristen y el ateo paquistaní Ben se enteran de que les cierran la oficina más o menos cuando los cineastas se enteraron de que les cerraban la serie, cuatro capítulos antes del final. En esos cuatro capítulos resuelven la trama y los asuntos pendientes.

Los tres protagonistas han cambiado bastante desde que todo empezó en 2020. También las maldades a las que se enfrentan.

En la primera temporada en 2020 había estafas y abusos con deep fakes y retos idiotas de adolescentes en Internet. Luego llegó la pandemia (en la que apenas entran). En la última, chips implantados en el cerebro, IAs que improvisan fingiendo reemplazar a fallecidos, militares etíopes que torturan a cristianos. Es la única serie que conozcamos que mencione las persecuciones contra cristianos (también hablan de China).

El equipo de Evil son un musulmán ateo, una monja que ve demonios, un cura fortachón con visiones, una psicóloga agnóstica y les acoge un párroco nada brillante.

Al final, melancólicos, repasan sus casos y constatan que han podido ayudar a unas cuantas personas, resolver algunos asuntos, pero que hay maldades a nivel sistémico, porque detrás hay empresas que compran y venden (de todo: dato, óvulos y vientres, secretos, perjurios…).

Para adultos: humor negro, homenajes, giros…

Esta es una serie para adultos que les guste el terror y el humor negro, las referencias inteligentes y los giros sorprendentes. En varios países lo distribuye Paramount, en España se ha emitido en Syfy, pero mezcla muchos géneros, homenajea subgéneros (casa encantada, niño endemoniado, terror rural, robot loco, tribunal corrupto). No es para puristas de “sólo terror” o “sólo ciencia ficción” o “sólo thriller realista”.

Se parece en muchos aspectos (monjas, humor, giros, mezcla de géneros, crítica tecnológica) a Mrs Davies, aunque aquella solo tenía 8 capítulos.

En Evil hay escenas de sexo, pero casi siempre son ilusiones y fantasías (inducidas por demonios, o por la psique) y nunca se muestran las zonas erógenas. El cura Acosta y la psicóloga casada Kristen se sienten atraídos, y fantasean, pero ya adelantamos que serán fieles a sus compromisos.

La gran pregunta desde el principio era ¿de verdad existe lo sobrenatural? ¿Y especialmente lo sobrenatural maligno? ¿O todo se puede explicar con efectos psicológicos y causas físicas y químicas, con locos, drogados y alucinados? Y cuando se acumulan demasiadas casualidades, ¿puede ser que haya una conspiración detrás?

Lo que la serie critica a la Iglesia: 4 cosas

En cuanto a la visión de la Iglesia que tiene la serie, es peculiar. La serie nunca acusa a la Iglesia católica de temas clásicos del anticlericalismo como fomentar la superstición, engañar a la gente, agobiar con el concepto de pecado, renunciar a la razón, exigir obediencia ciega, amenazar con el infierno, conchabarse con políticos o abandonar o estafar a los pobres. Incluso la crítica contra el celibato es muy suave, apenas una insinuación.

No, las acusaciones que se hacen son sólo 4 y muy concretas:

– tratar mal a los homosexuales (una alusión hablada de Kristen, que no detallan ni concretan y que el padre Acosta acepta);

– infrarrepresentar a los negros (detallan que hay 230 sacerdotes negros en EEUU, pero luego un jefazo vaticano nigeriano dice que en su país casi todos son negros);

– tratar mal a las mujeres (tema que repiten mucho, sin concretar cómo ni en qué, excepto que a las monjas les dan órdenes sin escucharlas);

– ser ineficaces contra los abusos sexuales (tema que se menciona un par de veces, pero no se trata en detalle nunca, y eso que es una serie sobre maldades y corrupciones).

Ningún personaje católico intenta nunca responder a estas 4 acusaciones, que se dan como axiomas que no requieren ser debatidos. Respecto al papel de la Iglesia para educar a los niños, se apoya (Kristen lleva a sus 4 hijas a escuela católica), así como el papel de acompañamiento de los sacerdotes y religiosas, y la atención a lo sobrenatural, que se ve como tarea propia y normal de la Iglesia, con sincera intención de evitar la credulidad fanática y buscando ser terapéuticos.

¿Cuánto de verdad es sobrenatural? La serie va cambiando

Kristen lo psicologiza todo: “La hermana Andrea ve problemas mentales y emocionales y los visualiza como demonios; me parece bien, funciona, ella es muy perspicaz. Los exorcismos funcionan por su efecto placebo, y dan paz de verdad a la persona”, asegura ella.

Los directores son el matrimonio de Robert y Michelle King, que ya ganaron premios y fama con “The Good Wife”, una serie sobre escándalos políticos. Robert es católico, y Michelle es una judía agnóstica tirando a racionalista. Decían que su gran objetivo era mostrar que los tres investigadores, tan distintos, pueden trabajar juntos, ser amigos sinceros, hablar de sus dudas y anhelos, escucharse.

Ya en 2020, Robert King reconocía a IndieWire el punto débil o peligroso de la serie (no muy distinto a lo que sucedía en Expediente X hace décadas). Ante cada fenómeno, ¿hay explicación natural, o es sobrenatural? Tenían miedo a caer en la solución Scooby-Doo, a decir que todo es natural, que siempre habrá un tipo disfrazado de fantasma, con una sábana.

O, lo contrario, a ver demonios por todas partes. Pero el caso es que los 3 protagonistas principales, y la abuela de las niñas, y la Hermana Andrea, y el psicólogo de la psicóloga, y los sectarios malignos… todos acaban viendo demonios, muchos y detallados. ¿Son reales o visiones psicológicas? Tienen cuernos, rabos, bigotes…

Ya en 2020 adelantaba King: “Las metáforas son reales, y las realidades son metáforas, y nunca estás seguro”.

Pero al llegar ya a 2024, 35 capítulos después, Robert King matizaba su postura. “La serie necesita un elemento sobrenatural, o simplemente no será interesante. Pero queremos que haya un poco de duda de si todo está en la cabeza de los personajes. Si vas a tope con lo sobrenatural, empiezas a perder tensión con el mal real que hay, el mal de hoy. El mal está ahí y ese mal es interesante en sí mismo“, explicaba en Hollywood Reporter.

Evil busca denunciar el mal

Lo que viene a decir la serie es: quizá hay un mal sobrenatural, pero atentos al muy extenso mal que causan los hombres dedicando sus recursos e inteligencia.

La cuarta temporada insiste en su reflexión ética sobre la tecnología. Los cineastas no están tan preocupados por los demonios como por las empresas dirigidas por hombres sin ética que usan a la gente para experimentar con la tecnología, tecnologia peligrosa que, insisten, enseguida caen en las manos de los niños.

Mientras Kristen, la profesional, investiga maldades por ahí, sus 4 niñas en casa acceden a todo eso por sus múltiples pantallas sin que ella se entere.

Las apps que imitan a fallecidos se pueden volver locas conectadas a la IA y redes… pero los empresarios Gran Tech despiden al departamento de Ética por plantear quejas.

En el capítulo en que una tormenta tropical lo destroza todo, nadie hace teodicea ni acusa a Dios de los desastres naturales. En cambio, las redes sociales adolescentes hablan de “fantasmas en la tormenta”. ¿Y la versión tecnológica? “Ustedes los adultos arruinaron todo a mi generación transformando el clima”, dice una niña de Kristen, citando a Greta la activista.

AVISO DE SPOILERS

A continuación, señalaremos los elementos de la cuarta temporada, la final, que vemos que se decantan por lo sobrenatural, más que por lo meramente psicológico, y que al final refuerzan la “visión católica” de las cosas.

La hedonista madre de Kristen y abuela de las niñas, tras tres temporadas trabajando para la organización demoníaca (y tratando de destrozar su techo de cristal, porque los cultistas son muy machistas), ve que su hija y nietas corren peligro, piensa que ella misma será atacada y empieza a actuar como una abuela, incluyendo lo más clásico: bautizar al bebé aunque sea a escondidas.

Así, en el capítulo 4 se coloca en el confesionario con el padre David Acosta:

– Padre Acosta, nunca presté atención al poder de Dios o Cristo, sólo veía gente aburrida con sus rosarios. Pero he visto que la Iglesia es lo único que asusta a Leland, le mantiene despierto por la noche. Por eso he venido, necesito ayuda. Hábleme de su creencia en el bautismo, qué pasa si te bautizan.
– Dios limpia nuestro alma pecado del pecado original y nos da la gracia santificante…
– ¿Qué pasa si el Anticristo es bautizado?
– ¡Ningún niño está mas allá de la salvación!
– Pero yo fui bautizada y míreme…
– Pues eso, mírate, estás aquí, estás confesando, estás pensando en tu hija y nietas…
– He hecho cosas…
– ¿Por qué es tan difícil pensar que estás haciendo bien?
– Porque tu Iglesia es un maldito patriarcado que abusa de los niños y trata a las mujeres como mi*rd*…

Habrá bautizo. Y más adelante extremaunción. De hecho, excepto bodas y confirmaciones, en la serie se muestran todos los sacramentos (incluyendo la ordenación de Acosta) y todos de forma significativa y poderosa y respetuosa.

Cuando avisan de que van a cerrar no sólo la oficina sobrenatural sino toda la parroquia, todos sentimos tristeza. Hay una ceremonia de desconsagración y se buscan las reliquias del altar para retirarlas (se han perdido). La hermana Andrea, con su visión especial, ve a lo demonios danzando y celebrando entre los pasillos nada más se desacraliza el espacio.

Hacia el final de la serie Evil, tres de las cuatro hijas de Kristen rezan con devoción con la Hermana Andrea durante el tornado, sin electricidad.

Se alaba el ritual eclesial, se esconden sus razonamientos

El padre Acosta llega a ser reclutado por un organismo vaticano con agentes y, supuestamente, poderes mentales, que lucha contra la organización demoníaca.

Hay un diálogo absurdo en el que Acosta se plantea si puede usar sus poderes para matar a alguien que sabe que es muy malo. Su párroco dice que él mataría para proteger a su amigo asesinado, y que Dios lo vería como un servicio. La Iglesia tiene una rica enseñanza sobre los límites de la fuerza, la fuerza proporcional y la defensa propia, pero nadie la expone.

En general, de la Iglesia se alaba su ritual y su cercanía a la gente, pero nunca se deja que exponga sus argumentos razonados, ni mucho menos que hable en serio de su mayor valor, que es Jesús.

La teleserie logra sentirse cómoda mostrando curas, monjas e iglesias, pero no a Jesús. Se menciona a Jesús en himnos y rituales, y en escenas bíblicas, pero nunca se le pone como ejemplo, maestro, ni se explican sus argumentaciones o enseñanzas. Kristen nunca muestra interés por Jesús. Ben, de origen musulmán, tiene una novia, de un grupo sectario heterodoxo, que afirma ser ella Jesús (en un vago sentido new age), pero no insiste en el tema.

La evolución de los personajes

Los creadores, el matrimonio King, en unos comentarios añadidos al capítulo final, repasan la evolución de los personajes.

Ben, el ateo escéptico y crítico, llegará a ser mucho más humilde y abierto. Lleva un gorro de papel de plata porque “funciona”. Ve a un djinn (genio, o demonio), y sospecha que tiene que ver con un efecto mental por un accidente en un acelerador de partículas. Tiene mejor imagen de la Iglesia. Reconecta mejor con su familia (tiene una hermana, científica y creyente musulmana).

Kristen, la psicóloga, se define como agnóstica, ha cometido graves pecados, pero reconduce su vida, afianzándose en lo más importante, ser madre. Acaba cerca del padre Acosta, pero de una forma adecuada, no pecaminosa, trabajando por el bien y la Iglesia. Ya no es hostil a la fe. El anuncio de cancelación de la serie parece que no dio tiempo a que recuperara su relación con su marido.

El padre Acosta ha vivido de todo, pero lo cierto es que la serie ha reforzado más y más el factor sobrenatural. Si la abuela no mata a Leland es porque un demonio se lo impide físicamente, no una ilusión o ensueño mental. Y los poderes de Acosta parecen ser reales y ayudar a la gente. Acaba perseverando en Roma en asuntos sobrenaturales, cerca de Kristen y las niñas. Su fe y voluntad de servicio siguen firmes.

Y, como dicen los King, la hermana Andrea no cambia nada en 4 temporadas: ella tenía las ideas claras sobre Dios y el servicio y las mantiene; ayuda a todos, es obediente a la jerarquía, una monja dura y fuerte, sensata y valiente. Cambiar el personaje sería estropearlo. Pero su campo siempre es lo demoníaco o la vida de oración, nunca la vemos decir nada de teología ni moral. Con todo, su ejemplo atrae a una de las hijas de Kristen: ser monja sigue siendo atractivo con mujeres así, viene a enseñarse.

Y el mal, en tantas formas nuevas…

Y el protagonismo final sigue siendo el del mal: decapitaciones, sumisión con drogas e hipnosis, vientres de alquiler, congelación de óvulos (es tan problemático que no se sabe quién es el padre, qué se hace con el óvulo, puede engendrarse así al Anticristo), fecundación in vitro, racismo en el hospital, videojuegos que absorben demasiada información y ponen en peligro la privacidad, herencias del esclavismo, abogados y psicólogos y jueces corruptos y vendidos, terror con fantasmas en aviones (pero el tema es el tráfico de reliquias), drogas y problemas mentales, influencers adictivas, depredadores sexuales en redes que acechan a los niños, el deseo de ser “subidos a la nube” en una falsa inmortalidad tecnológica y sin Dios…

Evil ha tenido estos años muchas nominaciones a premios, pero sin conseguir ninguno. Quizá le faltaba rendir pleitesías woke, quizá se la ha castigado porque sus personajes católicos son atractivos, valientes y sinceros.