Revés judicial para el empresario Carlaván por una de sus camionetas

La Justicia rechazó levantar el pedido de secuestro de la camioneta Dodge RAM con la cual, el año pasado, el empresario Carlos Jorge Carlaván (67) casi atropella a un inspector de la Guardia Urbana antes de fugar.

En principio la jueza en lo Correccional Nº 2, Susana González La Riva, había aceptado la “liberación” del vehículo (patente AF 129 TJ) y su libre circulación y uso por parte de su empresa Droguería Sur S.A.

Sin embargo, la fiscal Marina Lara apeló esa medida y la Cámara Penal la revocó y ordenó que se mantenga la restricción sobre la unidad, que todavía no fue localizada, pese a que ya transcurrieron más de 17 meses del hecho.

El camarista Gustavo Barbieri, con la adhesión de sus colegas Guillermo Petersen y Guillermo Emir Rodríguez, entendió que la decisión de la jueza fue “prematura”.

Paradoja: cuando Carlaván reclamaba por más seguridad vial

Explicó que la suspensión de juicio a prueba en la causa todavía no está definida, porque fue apelada por la fiscalía, con lo cual corresponde mantener el pedido de secuestro de la RAM.

“No habiéndose concretado el debate oral -y no encontrándose tampoco firme a la fecha la decisión que dispuso la suspensión del proceso a prueba del justiciable- resulta prematura la resolución de la jueza de la instancia en tanto ordenó dejar sin efecto el pedido de secuestro del vehículo y dispuso la libre circulación y uso por parte de la firma Droguería Sur”, explicó Barbieri.

También dijo que la decisión de dejar al vehículo sin ningún tipo de restricción ni caución frustra, de esa manera, “toda posible actividad probatoria que pudiera realizar el Ministerio Público Fiscal”.

El caso

La tarde del 2 de abril del año pasado, pese a no estar autorizado a manejar por otros incidentes viales, Carlaván se movilizaba en la RAM por la autovía Raúl Alfonsín y, al ver un operativo de la Guardia Urbana, lo eludió de manera peligrosa y escapó.

Por centímetros no atropelló a uno de los inspectores que trató de detener su marcha.

Por ese hecho está imputado por los delitos de desobediencia y resistencia a la autoridad.

Se hicieron allanamientos en la casa y en la empresa para tratar de dar con el vehículo, pero los resultados fueron negativos.

En 2022 Carlaván ya había sido juzgado por embestir y causarle lesiones a un ruralista que realizaba un piquete en la ruta 33, durante 2008, aunque no recibió pena porque se consideró prescripta la acción penal.

El empresario cuenta con múltiples choques, muchos de ellos violentos o espectaculares, que provocaron importantes daños materiales aunque de milagro ningún herido.

A mediados de febrero de 2023, chocó en Chiclana, a pocos metros de la intersección con Undiano y en cercanías de otro impacto que provocó, el 9 de agosto de 2022, cuando colisionó desde atrás a otro auto.

Hace 2 años, en tanto, se movilizaba en un utilitario y subió a la rotonda de la avenida Cabrera y la autovía Alfonsín, colisionando contra un cartel ubicado en el acceso a la ciudad.

En agosto de 2021, a su vez, había incrustado una camioneta contra la pared de una vivienda en el barrio Patagonia.