Uruguay se pone en marcha para desplegar la bioeconomía azul

Este mes, se llevó a cabo un trascendental conversatorio titulado “Agenda en I+D+i en Bioeconomía Azul”, organizado por la Dirección Nacional de Innovación, Ciencia y Tecnología (DICYT) de Uruguay, en el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable. Este evento, que reunió a destacados representantes de la academia, el gobierno, el sector productivo y la sociedad civil, marca un hito en la estrategia del país para desarrollar la Bioeconomía Azul, un sector con potencial para transformar su economía y fortalecer su sostenibilidad.

¿Qué es la bioeconomía azul?
La Bioeconomía Azul se refiere a todas las actividades económicas que utilizan recursos biológicos acuáticos renovables para desarrollar productos y procesos innovadores. Esto abarca sectores tan diversos como la acuicultura, la pesca sostenible, la biotecnología marina, la energía renovable del mar, el turismo costero y marino, y la minería de los fondos marinos. En resumen, se trata de aprovechar de manera sostenible los recursos marinos para generar valor económico, social y ambiental.

En el primer panel, el Dr. Fernando Amestoy presentó el documento «Bioeconomía Azul: Recomendaciones para la Innovación y el Desarrollo del Sector en Uruguay». Este análisis detallado evaluó el marco normativo nacional y el mapa de actores vinculados al área, identificando las fallas sistémicas y las barreras que limitan la innovación. Se destacaron los desafíos y las oportunidades que el país debe enfrentar desde una perspectiva amplia, que articule a diferentes actores, como la academia, el gobierno, el sector productivo y la sociedad civil. Además, Amestoy propuso la creación de clústeres de organizaciones públicas y privadas en las zonas Este y Oeste del país, como una estrategia para potenciar las capacidades científico-tecnológicas existentes y dinamizar la economía local.

El segundo panel contó con las exposiciones del Dr. Yamandú Marín, experto en planificación espacial marina, y del profesor Artur Gibbon, director del Parque Científico y Tecnológico OCEANTEC en Brasil. Marín presentó un análisis gráfico de la distribución del espacio marino nacional, la evolución histórica de los recursos y de las intervenciones, y la distribución de los actores competentes. Por su parte, Gibbon ofreció una visión desde la experiencia brasileña, destacando la importancia económica, social y ambiental de los recursos marinos para Brasil, y cómo un clúster público-privado como OCEANTEC puede ser un modelo a seguir para Uruguay.

Desafíos y oportunidades para Uruguay
Los debates generados en el conversatorio subrayaron la necesidad de una nueva institucionalidad que pueda integrar las diferentes dimensiones y sectores de la Bioeconomía Azul en Uruguay. Entre los principales desafíos se encuentran la articulación de esfuerzos entre el gobierno, la academia y el sector productivo, la creación de sinergias con otros planes nacionales y la necesidad de una gobernanza que asegure la sostenibilidad en la explotación de los recursos marinos. 

Además, se destacó la importancia de desarrollar una agenda de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) que aborde los desafíos específicos de la Bioeconomía Azul en Uruguay, tomando como referencia experiencias internacionales exitosas, como la de la Unión Europea. La creación de clústeres regionales de innovación podría ser clave para generar nuevas oportunidades económicas en las regiones costeras del país, potenciando así su desarrollo integral.

El conversatorio “Agenda en I+D+i en Bioeconomía Azul” no solo fue un espacio de reflexión sobre el estado actual del sector en Uruguay, sino que también sirvió como plataforma para delinear el camino hacia el futuro. La apuesta de Uruguay por la Bioeconomía Azul refleja un compromiso con el desarrollo sostenible y la innovación, posicionando al país como un potencial líder en esta área en América Latina. La clave estará en la capacidad del país para articular a todos los actores involucrados y generar un marco institucional que permita aprovechar al máximo sus recursos marinos, en beneficio del desarrollo económico, social y ambiental del país.
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