El 1923 será recordado como el año en que Montevideo y las costas uruguayas enfrentaron uno de los peores temporales de su historia. Este desastre natural no sólo devastó la infraestructura de la ciudad, sino que también cobró vidas y dejó a su paso una serie de tragedias marítimas que aún resuenan en la memoria colectiva.
Desde Visión Marítima, con motivo de la noche de la nostalgia recordamos el fenómeno climático que durante varios días, sacudió las costas del país con vientos huracanados de más de 50 km/h, y ráfagas que superaron los 192 km/h. Las olas, que según algunos relatos alcanzaron hasta los 10 metros de altura, invadieron la ciudad, sumergiendo calles, casas, y dejando a Montevideo completamente paralizada. Pero uno de los episodios más impactantes de este temporal ocurrió en las orillas del Río de la Plata, donde varios barcos quedaron encallados, víctimas de la furia del mar y del viento.
Banco Inglés: El primero de estos incidentes tuvo lugar en el temido Banco Inglés, una zona peligrosa para la navegación en el Río de la Plata debido a su afloramiento rocoso. Allí, el temporal obligó a encallar a dos buques mercantes, cuyas identidades no fueron especificadas en los registros de la época.
Vapor Alemán Rusia: Otro de los barcos afectados fue el vapor alemán Rusia, perteneciente a la Hamburg American Line. Este navío, que transportaba a 220 pasajeros, encalló a solo 100 metros de la costa de La Floresta, en Canelones. El buque quedó varado en las proximidades de la costa y no fue reflotado hasta mayo, cinco meses después del incidente, cuando se llevaron a cabo las tareas de recuperación.
Buque Belga de Bonier: En la costa de José Ignacio, otro navío quedó atrapado en la arena. Se trató del buque belga de Bonier, que se dirigía desde Río de Janeiro hacia Rosario con una carga de madera y yerba mate. La fuerza del temporal lo obligó a desviarse de su ruta y quedar varado, incapaz de continuar su viaje.
Navío Brasileño Cáceres y Holandés Montferland: El temporal también cobró víctimas en las costas de Garzón, donde el navío brasileño Cáceres se hundió, seguido por el buque holandés Montferland, que sufrió la misma suerte. Ambas embarcaciones no pudieron resistir la fuerza del mar y desaparecieron bajo las aguas, dejando un trágico recuerdo en la región.
El puerto de Montevideo, uno de los más importantes de la región, quedó completamente inutilizado durante el temporal. Las comunicaciones telegráficas y telefónicas estaban fuera de servicio, y las infraestructuras portuarias sufrieron daños considerables. La ciudad quedó aislada, sin poder comunicarse con Buenos Aires ni con otras regiones del país, agravando aún más la situación de emergencia.
Este devastador temporal de 1923 dejó una huella imborrable en la historia de Uruguay. Las imágenes de barcos encallados, casas destruidas y vidas perdidas sirven como recordatorio de la potencia incontrolable de la naturaleza. Aunque muchos de estos barcos fueron recuperados con el tiempo, otros se perdieron para siempre, llevándose consigo las historias y los destinos de quienes viajaban a bordo.
A quienes les interese saber más al respecto de este hecho, los invitamos a visitar este interesante video documental de lo sucedido:
Equipo de Visión Marítima
Uruguay Visión Marítima
Fuente de esta noticia: https://www.visionmaritima.com.uy/nostalgia-barcos-encallados-en-el-temporal-de-1923/
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