Chile y los EE. UU. fortalecen cooperación y fraternidad aún en condiciones extremas

Cerca de 1200 militares de Fuerzas de Operaciones Especiales del Ejército de Chile y del Comando de Operaciones Especiales Sur (SOCSOUTH) de los Estados Unidos se reunieron en la región de Magallanes, el extremo sur del continente americano, entre el 24 y el 28 de junio, para participar en el ejercicio bilateral combinado Pacific Dagger 2024.

El objetivo principal fue entrenar y evaluar las capacidades de las tropas en escenarios de frío extremo, además de mejorar la interoperabilidad entre las fuerzas armadas chilenas y estadounidenses, fortaleciendo las habilidades de combate en diversas situaciones tácticas.

Pacific Dagger es un ejercicio liderado por el Comando Sur de los EE. UU. (SOUTHCOM), enfocado en contrarrestar a las amenazas en la región. Está diseñado para ejecutar operaciones de contingencia en un marco de cooperación, confianza y seguridad multinacional, además de aumentar la preparación, la interoperabilidad y las capacidades de las Fuerzas de Operaciones Especiales, informó SOUTHCOM en X.

El puesto de mando de la Fuerza de Tarea Conjunto Combinada estuvo localizado en la comuna de Colina, en Santiago, sede de la Brigada de Operaciones Especiales (BOE) Lautaro, del Ejército de Chile, componente del Comando de Operaciones Especiales (COPE).

El ejercicio contempló incursiones ficticias diurnas y nocturnas en espacios continentales e insulares ejecutadas en forma simultánea, sometiendo a las fuerzas conjuntas a operar con un alto ritmo, en condiciones climáticas extremas para las tareas de inteligencia, infiltración y ejecución de acciones directas, informó el COPE. Todo ello, en un escenario en donde es necesario mantener la libertad de navegación a través de terrenos marítimos clave, complementó SOCSOUTH.

“Lo que hizo único a Pacific Dagger fue la gran cantidad de efectivos operando en un clima extremo, en el periodo más duro climáticamente en la región de Magallanes, Chile, y en días en que se presentó un inusual frente frío”, dijo el 15 de julio a Diálogo el Capitán Jonnathan Arévalo, oficial de comunicaciones de la BOE Lautaro.

“Otro aspecto fue lo desafiante de su logística, que incluyó el traslado de medios desde la región Metropolitana hasta la región de Magallanes, en medio de un sistema frontal importante con nieve y viento, además de los aterrizajes y el traslado de personal a través del estrecho de Magallanes”, aseguró el Cap. Arévalo . “A pesar del alto nivel de riesgo, no contabilizamos ningún accidente”.

“Las Fuerzas Armadas de los EE. UU. y sus Fuerzas Especiales están siempre en un nivel de actualización y operatividad muy alto”, destacó a la prensa el Coronel Davor Versalovic, del COPE del Ejército de Chile y uno de los directores del ejercicio. “Ello permite que, a través de este intercambio de experiencias y trabajo combinado, podamos actualizar a nuestras unidades en lo más reciente en cuanto a procedimientos, tecnologías y empleo de fuerza de operaciones especiales”.

Pacific Dagger se convirtió en un punto de inflexión en el desarrollo de la interoperabilidad entre las Fuerzas Especiales de Chile y de los EE. UU., al trasladar las operaciones realizadas históricamente en zonas desérticas y de altura (altiplano) del norte de Chile, tales como Antofagasta y Colchane, al gélido sur de Chile, en la región de Magallanes.

“Siempre los EE. UU., a través de SOCSOUTH, nos entregan su experiencia y su capacidad; para que nosotros como Fuerzas Especiales de Chile podamos incrementar nuestro nivel de entrenamiento, aunque de alguna manera en este ejercicio se invirtieron los roles”, dijo a Diálogo el Cap. Arévalo. “Aquí, SOCSOUTH pudo ver cómo el Ejército de Chile enfrentó este ejercicio en una zona que requiere de capacidades particulares y de adaptación, que para ellos no es común. Causó mucho interes conocer cómo un soldado chileno que, un día podía estar operando en el desierto, tras unos días de preparación podía ya estar operando en un clima tan disímil como el de la Patagonia”.

“Los procesos de planificación toman un nivel de realce aún mayor cuando los riesgos son tan altos, muchas veces incalculables, como cambios de clima o trabajar en temperaturas tan bajas donde todo se congelaba”, agregó el Cap. Arévalo. “Realizar un ejercicio sin accidentes o sin inconvenientes, exige que el nivel de planificación y de mitigación de los riesgos sea bastante avanzado. Todos cumplimos con éxito”.

Un aspecto clave que facilitó el buen funcionamiento del ejercicio fue, además de la preparación de las tropas, el equipamiento, armamento y tecnología de vanguardia utilizados. En el caso de Chile, esta modernización es parte del Plan Lautaro II, un proyecto de adquisición de equipo anfibio, de montaña e instrumental óptico-optrónico, incluyendo un recambio de los sistemas de paracaídas, entre otros.

“Hoy, gracias a este plan, tenemos uno de los estándares más altos en cuanto a equipamiento”, agregó el Cap. Arévalo. “Esto nos permitió no tener accidentes, lesionados, o problemas de hipotermia, por ejemplo”.

“El Comando Sur de los EE. UU. consolidó, mediante Pacific Dagger, un nivel de preparación del Ejército chileno, que es relevante no solamente por la cuantía de efectivos, sino también por las capacidades instaladas para su coordinación”, dijo a Diálogo Guillermo Holzmann, analista de defensa y académico de la Universidad de Valparaíso, Chile. “Además, este ejercicio profundiza, amplia y consolida las operaciones bajo estándares de la OTAN, lo que para Chile es muy importante de continuar”.

El Ejército de Chile adelantó que actualmente trabaja en conjunto con SOCSOUTH en la preparación de otro ejercicio en tierras chilenas en 2024. Además, proyectan la planificación del ejercicio Estrella Austral 2025, el entrenamiento más grande en cuanto a operaciones especiales.