Todos hemos tenido alguna vez esa sensación de picazón y nerviosismo, esa necesidad de hacer algo, cualquier cosa, que no sea lo que estamos haciendo ahora mismo. Es el aburrimiento, y es horrible.
A pesar de lo omnipresente que es esta experiencia, sólo recientemente la comunidad científica ha empezado a estudiar detenidamente esta sensación. Y está descubriendo que, aunque el aburrimiento puede ser desagradable, nos trae un mensaje que haríamos bien en escuchar.
Lo que el aburrimiento intenta decirnos
James Danckert describe el aburrimiento como algo análogo al dolor, y no sólo porque el aburrimiento nos haga sentir mal.
El dolor es la forma que tiene el cuerpo de decirnos que algo va mal y que tenemos que hacer algo al respecto. El aburrimiento desempeña un papel similar, afirma Danckert, neurocientífico cognitivo de la Universidad de Waterloo (Canadá) que estudia el aburrimiento: “Te está diciendo que lo que estás haciendo ahora no funciona. Haz otra cosa”.
En concreto, el aburrimiento te dice que lo que estás haciendo no se ajusta a los recursos mentales o emocionales que tienes en ese momento, afirma Erin Westgate, psicóloga social y directora del Laboratorio de Cognición Social y Emoción de la Universidad Estatal de Florida (Estados Unidos).
Puede que la tarea sea demasiado fácil o demasiado difícil. O puede que simplemente no tenga sentido personal en ese momento. Pero de un modo u otro, no te está funcionando.
El aburrimiento no sólo afecta al tiempo que pasamos sentados en salas de espera o viendo aburridos programas de televisión. También puede colarse en los aspectos más generales de nuestras vidas, como el trabajo y las relaciones. Y ahí también trae un mensaje. “Somos bastante reacios a cambiar las cosas”, afirma Westgate. “Somos lentos a la hora de dejar el trabajo, las relaciones, el lugar de residencia o lo que hacemos. El aburrimiento nos ayuda a reconocer que quizá el cambio sea necesario”.
Reducir el aburrimiento en el aula
Cuando los educadores y los padres aprenden a ver el aburrimiento como una señal de que los niños necesitan hacer algo diferente, el aburrimiento y la inquietud que genera se convierten en un reto para la enseñanza.
Los niños dicen aburrirse con más frecuencia que los adultos, afirma Alicia Walf, neurocientífica del Instituto Politécnico Rensselaer que estudia el estrés y el compromiso en el aula.
Los niños se aburren si el material es demasiado fácil, pero también si es demasiado difícil, explica. El aprendizaje eficaz requiere mantenerse en la “zona Ricitos de Oro”. Aunque puede ser difícil de conseguir en una clase con muchos alumnos, para evitar el aburrimiento hay que adaptar el material al nivel del alumno. La mejor solución es el aprendizaje individualizado, pero eso no siempre es práctico, dice Westgate.
Sin embargo, dice que los profesores y los padres pueden ayudar dando a los alumnos que dominan el material proyectos adicionales en los que trabajar y, al mismo tiempo, ofreciendo a los que todavía tienen dificultades con la lección nuevos enfoques del material.
Encontrar un significado personal también es importante si se quiere evitar que los niños se aburran. Chris Hulleman, investigador del Centro de Estudios Avanzados de Enseñanza y Aprendizaje de la Universidad de Virginia (EE. UU.), trabaja con educadores para mejorar el compromiso y la motivación de los alumnos.
Desarrolló la Intervención Utilidad-Valor, una técnica en la que educadores y padres relacionan las lecciones de clase con algo que el alumno valora.
Un cocinero en ciernes puede aburrirse como una ostra (o llegar a la hiperactividad) con las matemáticas hasta que se le muestra la utilidad de las fracciones para hornear un pastel, mientras que un joven aficionado a los deportes puede interesarse por el álgebra cuando ve cómo se utiliza en las estadísticas deportivas. Un niño al que le encantan los perros puede quedarse dormido leyendo El libro del cementerio, pero devorar con gusto La llamada de la selva.
El aburrimiento como potenciador de la creatividad
Es posible que hayas oído que el aburrimiento aumenta la creatividad, y algunas investigaciones parecen sugerir que es así.
Pero esos estudios no se han reproducido, y otros más recientes han puesto en duda esa idea, dice Andreas Elpidorou, filósofo de la mente de la Universidad de Louisville, en Kentucky, y autor de Propelled: Cómo el aburrimiento, la frustración y la anticipación nos conducen a la buena vida. Un estudio de 2016 descubrió que el aburrimiento probablemente no genera creatividad. La práctica sí. De hecho, el estudio descubrió que, en muchos casos, el aburrimiento mermaba la fluidez en las tareas creativas.
Sin embargo, puede haber una conexión entre el aburrimiento y la creatividad, al menos para algunas personas. Elpidorou señala que se puede responder al aburrimiento de forma creativa.
“En ese caso”, dice, “no alabaría el aburrimiento por eso; te alabaría a ti”.
Y eso nos lleva a lo que puede ser el hecho más importante sobre el aburrimiento: que sea útil o perjudicial depende de cómo respondas a él.
Respuestas constructivas al aburrimiento
La señal que envía el aburrimiento nos dice que hagamos otra cosa, pero no nos dice qué hacer. Esa decisión puede marcar la diferencia entre que el aburrimiento sea algo bueno o no.
Cuando nos invade esa sensación de nerviosismo, es fácil echar mano inmediatamente del teléfono y empezar a navegar por las redes sociales, o algo peor. Según algunas investigaciones, las personas propensas al aburrimiento son más propensas a abusar de las drogas y el alcohol. Por otro lado, el aburrimiento puede empujarte a realizar tareas más significativas, dice Elpidorou. Cuando el aburrimiento ataca, puedes llamar a un amigo del que hace tiempo que no sabes nada, salir a pasear o ir al gimnasio, o coger la guitarra y tocar esa melodía en la que has estado trabajando.
El truco, por supuesto, es prestar atención a esa alerta de aburrimiento y tomar una decisión consciente sobre cómo responder. “Tenemos que respirar hondo y decir: ‘Vale, estoy aburrido. No me va a matar. Averigüemos por qué me aburro y pensemos qué es lo mejor que podemos hacer a continuación”, dice Danckert.
Por supuesto, no todo el mundo tiene el lujo de disponer de opciones constructivas para responder al aburrimiento, señala Elpidorou.
Los profesores y padres de comunidades desfavorecidas pueden carecer de tiempo o recursos para ayudar a los alumnos aburridos a participar en sus clases. Las personas con trabajos insatisfactorios pueden carecer de la formación, la experiencia o los contactos necesarios para conseguir un empleo mejor.
Pero cuando entendemos qué significa el aburrimiento y cuál es la mejor manera de aliviarlo, podemos tomar mejores decisiones, como individuos y como sociedad, sobre cómo prestar atención y responder a esa señal.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.
National Geographic
Fuente de esta noticia: https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2024/07/aburrimiento-fomenta-creatividad-como-aprovecharlo
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