Una serie de terapias e intervenciones sencillas pueden favorecer el bienestar y prolongar la independencia de las personas que padecen esta demencia. Cuáles son las técnicas para enfrentar los síntomas conductuales y mantener una comunicación efectiva.
A pesar de sus desafíos, la demencia generalmente no quita las habilidades básicas de una persona. Las personas que sufren esta enfermedad todavía pueden hacer muchas de las cosas que realizaban antes de ser diagnosticadas. Y con la ayuda de diversas estrategias e intervenciones, estas habilidades pueden preservarse durante un período más largo de tiempo.
La investigación está comenzando a arrojar algo de luz sobre las formas en que las personas que viven con demencia pueden maximizar su calidad de vida e incluso alcanzar niveles más altos de bienestar. Esto es lo que se sabe sobre los enfoques no farmacológicos que están ayudando a las personas con la enfermedad de Alzheimer a vivir bien.
Herramientas y hábitos para afrontar el diagnóstico
1. Terapia ocupacional. Ayudar a las personas a hacer lo que necesitan y desean hacer en su vida diaria es el objetivo de la terapia ocupacional. Un terapeuta ocupacional evalúa las habilidades y recomienda cambios que pueden ayudar a alguien con la enfermedad de Alzheimer a hacer las cosas de manera segura y efectiva.
Un plan de terapia ocupacional puede incluir realizar cambios ambientales dentro de su hogar, usar dispositivos que puedan ayudar con las actividades de la vida diaria y aprender estrategias de resolución de problemas, incluidas formas de mejorar el sueño y reducir el estrés y la ansiedad.
Es una combinación de estrategias, en lugar de una sola, la que parece ser más efectiva para ayudar a las personas con la enfermedad de Alzheimer a mantener su independencia. Los terapeutas ocupacionales también brindan educación y capacitación a los cuidadores.
Aunque la terapia ocupacional puede no ralentizar el deterioro funcional que viene con la enfermedad de Alzheimer, puede ayudar a las personas con la enfermedad a continuar realizando actividades de la vida diaria y mantenerse comprometidas.
2. Terapia física. Ayuda a reducir el riesgo de caídas, mejora la movilidad y facilita realizar actividades de la vida diaria. Los terapeutas físicos a menudo trabajan con personas que no se mueven bien. Pueden desarrollar un plan enfocado en mejorar el movimiento físico, así como restaurar la función, prevenir la discapacidad y mejorar el bienestar general.
Muchos principios de la terapia física han demostrado ayudar a las personas con la enfermedad de Alzheimer. Por ejemplo, los ejercicios de equilibrio y la actividad aeróbica, como caminar regularmente y usar una cinta de correr, parecen mejorar la función física y la calidad de vida en general. Algunas investigaciones sugieren que la terapia física también puede ayudar a frenar el deterioro en las habilidades cognitivas.
3. Terapia del habla. Los problemas de lenguaje son los síntomas más comunes de la enfermedad de Alzheimer después de la pérdida de memoria. Al principio, las personas con Alzheimer pueden tener dificultades para encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que quieren decir. Cuando tienen problemas para nombrar un objeto específico, por ejemplo, pueden usar un término genérico, como “cosa”. A medida que el Alzheimer avanza, los problemas de lenguaje pueden empeorar hasta el punto de que una persona puede simplemente dejar de hablar por completo.
La terapia del habla puede ayudar a las personas con Alzheimer a seguir usando el lenguaje bien. Por ejemplo, en un pequeño estudio de hombres con Alzheimer, las sesiones de terapia del habla mejoraron la capacidad de los hombres para usar palabras para identificar imágenes de objetos. Los hombres también fueron mejor capaces de repetir palabras después de escucharlas.
Además de la terapia ocupacional, física y del habla, varias estrategias de estilo de vida pueden ayudar a promover la salud en general y contribuir a mantener las habilidades cognitivas y de memoria.
4. Buena nutrición. Las personas con Alzheimer pueden olvidar comer, perder interés en preparar comidas o no hacer una combinación saludable de alimentos. También pueden olvidar beber lo suficiente, lo que causa deshidratación y estreñimiento.
Los cuidadores pueden ayudar ofreciendo opciones saludables que le gusten a la persona con Alzheimer y que pueda comer. Proporcionar agua y otras bebidas saludables que no contengan cafeína también es útil. La cafeína puede aumentar la inquietud, causar problemas para dormir y desencadenar la necesidad de orinar con más frecuencia. Los batidos y smoothies de reemplazo de comidas saludables y ricos en calorías también pueden ser útiles cuando comer se vuelve más difícil.
4. Ejercicio regular. Los beneficios de la actividad física abundan en todas las áreas de la salud y el bienestar, incluidas aquellas para personas con Alzheimer. Por ejemplo, algunas investigaciones sugieren que caminar en una cinta puede mejorar la calidad de vida y el bienestar psicológico. Otros estudios han encontrado que el ejercicio en casa puede ayudar a apoyar el pensamiento y la memoria.
En pocas palabras, la actividad física es una forma importante de manejar los síntomas de la enfermedad de Alzheimer. Caminar diariamente puede mejorar el estado de ánimo y mantener los órganos, músculos y articulaciones saludables. El ejercicio también es útil para promover un sueño reparador, lo que puede ayudar a mejorar el comportamiento. Si caminar es difícil, hacer tareas del hogar como barrer, andar en bicicleta estática, usar bandas de estiramiento y levantar pesas o artículos del hogar son todas opciones.
5. Compromiso social y actividades. Es una forma importante de manejar los síntomas y apoyar la calidad de vida. Escuchar música, bailar, asistir a eventos sociales comunitarios y cívicos, y actividades planificadas con amigos, familiares y niños son ejemplos de interacciones sociales. Estas pueden traer significado y disfrute a alguien que vive con Alzheimer.
6. Aparatos y rutinas. Debido a que el Alzheimer afecta principalmente el pensamiento, es útil compensar esas pérdidas. Adherirse a una rutina diaria, usar un calendario, aprovechar la tecnología más reciente y permitir tiempo para descansos entre tareas son formas de hacer esto.
Los dispositivos de seguridad como organizadores de medicamentos, identificaciones portátiles y sensores de puertas y ventanas pueden ayudar a proporcionar una sensación de libertad para alguien con Alzheimer mientras también mantienen a la persona segura.
7. Buen sueño. La demencia a menudo causa problemas de sueño. Alguien con Alzheimer puede despertarse con más frecuencia durante la noche, permanecer despierto más tiempo y sentirse somnoliento durante el día. Las dificultades con el sueño a menudo aumentan a medida que la enfermedad progresa. Los problemas de sueño también pueden aumentar la confusión durante el día y resultar en agitación u otros comportamientos.
Establecer una rutina regular y crear un ambiente de sueño cómodo pueden ayudar a promover una noche de sueño reparador. Las estrategias incluyen limitar el tiempo frente a la pantalla antes de acostarse, limitar el alcohol, la cafeína y la nicotina, asegurarse de que el dormitorio tenga la temperatura adecuada, instalar luces nocturnas, limitar las siestas diurnas y manejar los medicamentos que pueden interferir con el sueño.
8. Manejo del estrés. El cambio a menudo es estresante, especialmente para alguien que vive con la enfermedad de Alzheimer. Demasiado estrés puede afectar el bienestar y la capacidad de funcionar. Por lo tanto, tiene sentido que manejar el estrés proporcione muchos beneficios, incluida una mejor concentración, toma de decisiones y calidad de vida.
Identificar las fuentes de estrés, obtener ayuda para lidiar con esas situaciones y aprender formas de relajarse son todas útiles. Hablar con un amigo de confianza también puede ayudar. Encontrar un lugar para relajarse y reagruparse puede ser útil durante momentos de demasiada estimulación.
Los cuidadores pueden ayudar con la gestión del estrés al centrarse en tareas que no causen estrés adicional. Por ejemplo, si ir de compras es frustrante para alguien con la enfermedad de Alzheimer, las opciones incluyen preparar la lista de compras juntos, ir con la persona cuando vaya de compras o que alguien haga las compras.
9. Disfrutar de la música. Escuchar o cantar canciones puede ayudar a las personas que viven con la enfermedad de Alzheimer. Esto se debe en parte al hecho de que las áreas del cerebro vinculadas a la memoria musical están relativamente intactas en el Alzheimer. La música puede aliviar el estrés, reducir la ansiedad y la depresión, y disminuir la agitación. La música también ayuda a los cuidadores al reducir su ansiedad y angustia y proporcionar una forma de conectarse con la persona que vive con Alzheimer.
10. Vivir bien. Esto significa algo diferente para cada individuo. Más a menudo, incluye un equilibrio de cuidado personal, actividades que ofrecen un sentido de propósito y significado, y actividades que proporcionan disfrute y estimulación.
La definición de vivir bien puede cambiar con el tiempo, por lo que lo que es útil ahora puede evolucionar en etapas posteriores de la enfermedad. Mantener estos principales aspectos del bienestar en mente a lo largo del proceso de Alzheimer ayudará tanto a la persona que vive con la enfermedad de Alzheimer como a su persona de cuidado a encontrar un equilibrio de bienestar.
Recomendaciones para los cuidadores
Además de los medicamentos, otras estrategias pueden ser efectivas para ayudar a abordar los síntomas conductuales:
- Considera tu enfoque. Esto incluye tu lenguaje corporal y tono de voz. Comunicarse de manera respetuosa que preserve el sentido de autonomía, autoestima y autorespeto de una persona puede reducir los síntomas conductuales como la ira y la agitación.
- Reasegura a la persona con una voz calmada. Hazle saber que te importa. Valida lo que la persona está expresando. Por ejemplo, podrías decir: “Puedo ver que estás enojado. Estoy aquí para ti y me importa”.
- Considera el entorno. A veces el entorno puede ser demasiado estimulante. Considera los sonidos, el nivel de ruido. Evalúa la iluminación para ayudar con la confusión y la inquietud.
- Considera la tarea. Cuando es demasiado difícil o confusa, las reacciones como la irritabilidad o la agitación son comunes. Los ajustes simples incluyen ofrecer instrucciones de un solo paso, proporcionar tiempo adicional para completar una tarea o demostrar cómo realizarla.
- Busca la causa raíz. La causa raíz de la mayoría de las angustias es una necesidad psicológica o emocional no satisfecha. Las personas necesitan sentirse respetadas y valoradas y tener un sentido de control.
- Usa la empatía. Trata de ver la situación desde el punto de vista de la persona con demencia. Si estuvieras en su lugar, podrías responder de la misma manera.
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