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Sáb. Nov 23rd, 2024
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Resumir la precampaña y la campaña electoral de Venezuela en 10 reflexiones puede ser un ejercicio didáctico para los electores y, al mismo tiempo, para reducir la ansiedad electoral por estos días. Aquí les dejo un recuento breve que vale la pena analizar para valorar los avances e imaginar los escenarios postelectorales (siempre con el amargo convencimiento de que no somos adivinos y simplemente es una construcción hipotética para darle orden o sentido al porvenir).

Sobre la primera reflexión, es importante explicar de dónde venimos, precisamente desde hace casi un año atrás de aquel Acuerdo de Barbados (octubre 2023). Después de ese acuerdo, el gobierno de Nicolás Maduro se enfrentó al siguiente dilema: ¿dejamos o no dejamos hacer las primarias presidenciales opositoras? Un sector de ellos dijo que los dejaran porque las primarias serían un fracaso, mientras que otro sector dijo que no debían dejarlos correr por ningún motivo. En fin, ya sabemos cuál sector se impuso y permitieron las primarias y hoy se arrepienten.

La estrategia de María Corina

En segundo lugar, el liderazgo de María Corina Machado debió cambiar el discurso. De lo contrario, jamás el gobierno hubiese aceptado a Edmundo González. Pues, ya sabemos que le bloquearon a Corina Yoris y fácilmente pudieron bloquear a Edmundo González. Pero no lo hicieron porque el discurso se ha moderado muchísimo (entre otras cosas).

Además, su actuación cambió radicalmente a lo que se conocía hace un par de años atrás y el gobierno siempre tuvo la esperanza de que se mantuviera con su radicalización para recibir la esperada noticia de la abstención o la no participación de algún candidato opositor para mantener su juego de los últimos años. Y aquí el gran vuelco estratega de María Corina Machado que los descolocó aún más, pues ella se mantuvo en la ruta electoral e hizo todo lo contrario a lo que deseaba el gobierno.

En tercer lugar, el oficialismo nunca tuvo acercamientos públicos con la oposición porque esto se podía interpretar como rendición o negociación antes de las elecciones. Por lo tanto, sus acercamientos fueron con Estados Unidos, Colombia y Brasil (y otros no mencionados, pero que seguro existieron). El oficialismo siempre ha entendido que acercarse a la oposición en plena campaña sería la muestra más clara de debilidad y obviamente sería la imagen de derrota automática.

La apuesta de Maduro

Sobre el cuarto punto, actualmente la probabilidad de triunfo opositora es alta, aunque las irregularidades y la abstención forzada (más de 5 millones de votantes que no podrán votar porque están en el exterior) podrían influir en el resultado final. Y este último factor es la gran apuesta de Maduro.

Recordemos que, según datos oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE), están inscritos 21 millones de personas. Pero usted sabe que buena parte de este número no está en Venezuela. Entonces, el padrón electoral se reduce a unos 16 millones, en el mejor de los casos. Por lo tanto, de 100% de participación total, ya nos va quedando 75%, y este número es el que debemos utilizar para sacar las cuentas. En concreto, ya partimos con 25% de abstención, para decirlo en simple.

Sin embargo, es tanta la irritabilidad, el malestar y el descontento nacional que estas reducciones no son significativas para que favorezca a Maduro (espero no equivocarme).

El quinto punto es que el gobierno conoce estos números y ellos están apostando a rebanar lo más que puedan. ¿Cómo lo están rebanando? Las triquiñuelas de siempre: cambios de centro de electoral sin avisar, bloqueo absoluto para los votantes en el exterior, anulación de tarjetas, pocas mesas electorales en los centros que históricamente pierden, intimidación para cualquier organización que promueva el voto, etc.

En el sexto elemento a considerar es que, ciertamente, hoy estamos a pocas horas para las elecciones y parece que no existirán más decisiones del gobierno que vayan a desanimar el voto (por ejemplo, algún vídeo comprometedor de los candidatos, alguna decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), culpando de no sé qué y lo que usted se imagine).

¿Maduro entrega?

Con respecto al séptimo punto, mi pronóstico más optimista plantea que el gobierno entrega, pero se siente tan extraño que no se puede imaginar como posibilidad cierta. Sin embargo, repito, creo que entrega porque perciben que ellos transfieren la administración de gobierno, pero no el Estado, pues debemos recordar que ellos seguirán en gobernaciones, Asamblea Nacional, TSJ y poderes claves.

Además, esta entrega será con altas garantías (no persecución de sus familias, uso de los recursos mal habidos, levantamiento de sanciones personales y posibilidad de seguir haciendo vida política), porque la oposición no tiene posibilidades. Los tanques, fusiles y aviones los tienen ellos.

Aterrizando en la octava reflexión, nunca debemos olvidar que los miembros del actual gobierno lo que quieren son señales de que podrán seguir haciendo su vida con mediana normalidad. No es posible omitir que los gobiernos autocráticos no tienen ninguna vergüenza para decir “aquí no hay elecciones más nunca”.

Por lo tanto, si ellos están tomando el riesgo de hacer estas elecciones es porque creen mucho en las “rebanadas electorales” que les dé la victoria o en una apertura a una negociación que les garantice la supervivencia política (y su supervivencia personal, lógicamente).

La negociación es la vía

Avanzando en el noveno elemento, es necesario que se hagan las cosas muy bien, porque ganando también perdemos. En palabras simples, si ganamos y no se organiza la transición pacífica (en esos 5 – 6 meses que hay entre la elección y la toma de posesión) a través de una negociación como única vía para solucionar la crisis en paz, desgraciadamente es posible que tengamos lo que se llama: reversión autoritaria. Es decir, arrancar la transición, pero al poco tiempo se revierte y volvemos al punto inicial con los autoritarios de nuevo en el poder.

Por último, hay que seguir disminuyendo los costos de salida de Maduro y compañía, porque sus costos de permanencia en el poder hoy son bajos. Es decir, a ellos no les costaría nada aplazar estas elecciones o no hacerlas jamás. Por muchos años han sido cínicos, ese rol no les incómoda y no les importaría seguir por varios años más cometiendo abusos y arbitrariedades.

En fin, hay que ser cuidadosos de no arrinconar a la bestia porque puede enloquecer para defenderse. Hay que domesticar a la bestia, no estimular su demencia, porque su última carta puede ser jugar el caos, dado que ahí tiene mayor dominio.

De cualquier manera, esto solamente es un análisis (y a veces aspiraciones), no verdades absolutas (mucho menos del futuro). Y ojalá que el próximo lunes sea el primer día del renacer y el abrazo nacional para pavimentar el camino del proceso de reconstrucción de una nación libre y próspera. Es la oportunidad más cierta que hemos tenido en 25 años de empezar ese camino.

***

Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

Del mismo autor: La generación ansiosa

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Oscar Morales Rodríguez
Fuente de esta noticia: https://efectococuyo.com/opinion/como-llegamos-al-28-de-julio-y-que-vendra-despues/

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