Malezas: ¿por qué el manejo requiere (cada vez más) de un tratamiento holístico?

El prólogo (viene a cuento para entender de qué se trata).

Holismo: Doctrina que propugna la concepción de cada realidad como un todo distinto de la suma de las partes que lo compone (rae.es).

“Nosotros insistimos en la necesidad de abordar el tema de manera integral. A la hora de arrancar, los cultivos no sólo tienen problemas de malezas, sino también aparecen diferentes situaciones de plagas, dificultades en la emergencia y, al final, todo repercute en la competencia con malezas. Por eso proponemos una visión holística para acercar soluciones que ayuden a lograr el máximo potencial”, dice Pablo Angeletti, gerente de herbicidas y fungicidas de UPL Corp.

De acuerdo con el Comité de Acción de Resistencia a Herbicidas (HRAC), la aparición de malezas resistentes continúa siendo un desafío mundial en razón de un incremento que no se detiene.
Incluso, las cifras coincidentes de organismos oficiales no dejan de impactar: la caída en los rendimientos puede llegar, en algunos casos, al 30 % del potencial de los cultivos, así como es lógico suponer que comprometen la inocuidad y calidad de las cosechas y la posterior operatoria industrial y comercial.

¿Qué hacen las malezas? Estas caídas de rendimiento son por la competencia para el desarrollo de los cultivos en aspectos clave, como nutrientes y agua, especialmente, así como también luz solar.

El Ing. Agr. Martín Principiano, MSci en Protección Vegetal y asesor técnico de establecimientos agrícolas en la zona norte de la provincia de Buenos Aires, agrega un punto determinante acerca del tema: “Estamos notando que existe una concentración en el uso de pocos mecanismos de acción de herbicidas y, a su vez, en pocos principios activos. El amesetamiento en las estrategias de manejo de malezas no sólo responde a un tema de costos, sino también de conocimiento”.

Desde la propia HRAC se recordó que la aplicación de productos con actividad herbicida facilitó en forma notable la actividad, así como permitió reducir la labranza y, a su vez, mejorar la estructura de los suelos para iniciar una fase de retención de materia orgánica y humedad. Pero que, también, el uso de herbicidas como única estrategia de control conllevó el problema de las malezas resistentes.

“Las poblaciones de malezas son dinámicas: frente a la aplicación constante de un mismo herbicida aquellos individuos que —por variabilidad natural— presenten algún grado de resistencias serán seleccionados. Las poblaciones de malezas se vuelven, de esta manera, resistentes al herbicida con los inconvenientes que pueden suponerse”, se explicó.

Los mismos organismos, desde donde el tema es recurrente en procura de soluciones en el sector más dinámico de la economía argentina, coinciden en que el manejo integrado de malezas involucra el uso y la rotación de herbicidas y modos de acción, acompañado por la diversidad de medidas como rotación de cultivos, fecha de siembra ideal y densidad adecuada a cada lote de los distintos ambientes geográficos de producción de nuestro país. Y se insiste en un enfoque holístico para la agricultura sustentable.

¿La meta? Una vez lanzadas las estrategias de manejo integrado se pretende reducir la presión de las plantas invasoras y mantenerlas dentro de niveles aceptables, permitiendo que los herbicidas funcionen en forma correcta para disminuir la presión de selección para la resistencia.

Una hoja de ruta para el manejo integrado de herbicidas contiene —más allá de prácticas agrícolas tradicionales— algunos de los siguientes ítems:

—Rotar los cultivos: permite incorporar una mayor variedad de herbicidas y de métodos culturales.

—Implementar cultivos de servicio: minimiza los tiempos desocupados y sin cobertura de los lotes.

—Rotar los modos de acción de los principios activos: para cada maleza debemos alternar o combinar herbicidas con distintos modos de acción.

—Planear el barbecho en forma cuidadosa: la idea es evitar las situaciones de aplicaciones de presiembra en presencia de malezas que muestren señales de resistencia.

—Usar herbicidas en preemergencia: el tratamiento con residuales debe ser la base del manejo químico de las malezas para ser complementado, luego, por los herbicidas posemergentes.

—Monitorear los lotes para verificar el control efectivo, y reaccionar sin demora ante escapes. Nunca dejar que las malezas produzcan semilla y se diseminen en su campo.

—Evaluar sistemas novedosos como, por ejemplo, las aplicaciones secuenciales.

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